Elon Musk adquiere el 9% de Twitter y catapulta a la red social
Al precio al que cerraron las acciones el pasado viernes, la participación con la que se ha hecho el consejero delegado de Tesla equivale a 2.624 millones de euros
Elon Musk, el multimillonario y visionario tecnológico , le ha pegado un bocado enorme a su red social favorita. Un registro en la Comisión de Bolsa y Valores divulgado este lunes muestra que el consejero delegado de Tesla controla casi 73,5 millones de acciones de Twitter, un paquete accionarial que supone el 9,2% de la compañía y que en el cierre del mercado del viernes tendría un valor de casi 3.000 millones de dólares.
Ahora mismo, la participación de Musk tendrá un valor mucho mayor. La noticia de su desembarco en Twitter ha disparado el precio de su acción, que registraba subidas de más del 25%. “Oh, hola LOL', fue la reacción críptica y bromista de Musk en la propia red social tras conocerse su adquisición y la reacción del mercado (LOL es un acrónimo de ‘Laugh Out Loud’, algo así como ‘me río alto’). Era un mensaje en el estilo socarrón que Musk , el hombre más rico del mundo según la lista ‘ Forbes ’, utiliza en sus interacciones en redes sociales.
Musk ya era un ‘capo’ en Twitter antes de quedarse con el 9,2% de la red social: con sus más de 80 millones de seguidores, está en el ‘top 10’ de los usuarios más populares.
Utiliza sus mensajes para opinar de todo, compartir memes y hacer anuncios polémicos. Por ejemplo, en agosto de 2018, aseguró que tenía «financiación asegurada» para privatizar Tesla con un precio de 420 dólares la acción. La declaración supuso una tormenta en el mercado e investigaciones de los reguladores. El año pasado, sometió a una votación en Twitter si debía vender el 10% de sus acciones en Tesla como una forma de declarar más impuestos (el pueblo votó que sí). En otra ocasión, escribió que el valor bursátil de Tesla era «demasiado alto en mi opinión» y provocó agitaciones en el mercado. O que vendería 'todas' sus posesiones físicas y que ni siquiera conservaría una casa («mi novia se ha cabreado conmigo», escribió después).
Pero Musk también ha utilizado su tribuna para ser crítico con el propio Twitter. En especial, de forma reciente con las limitaciones a la libertad de expresión en la red social: «Dado que Twitter sirve ‘de facto’ como una plaza pública, si no es capaz de seguir los derechos fundamentales de libertad de expresión deteriora la democracia», compartió a finales del mes pasado. Después, se preguntaba si era necesaria «una nueva plataforma». En vez de crearla, se ha quedado con buena parte de Twitter. Habrá que ver si hay un siguiente paso más agresivo, como tratar de tomar control sobre la red social.
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