El efervescente negocio de cultivar la calma
El «mindfulness» se abre camino en nuestro país con la proliferación de programas de empresa, cursos, libros, manuales e incluso app que invitan a meditar y reducir el estrés
Hasta la Nasa ha encontrado en el «mindfulness» una nueva forma de mejorar el bienestar y la productividad de sus trabajadores cuando se mueven en entornos de máxima exigencia. Al igual que la agencia espacial estadounidense, otros grandes gigantes americanos se han rendido ante estas técnicas de meditación para el buen desarrollo de sus empleados. Ahí están Apple, Google, Nike, Twitter, Protec and Gamble, McKinsey... Las empresas españolas no quieren dejan escapar tal oportunidad. Iberdrola, Endesa, Repsol, Mahou San Miguel, Sodexo, Naturgy, Allianz Seguros, Celetem y Altadis son algunas de las que ya ofrecen a sus trabajadores los beneficios de programas, talleres y sesiones que ayudan a entrenar la atención plena, como es la traducción de ese término al español. Según el Instituto Top Employers, en las corporaciones están en auge iniciativas relacionadas con el «mindfulness», como aulas de silencio para meditar, pausas para aliviar el estrés durante el horario laboral (implantadas ya por el 62% de las empresas Top Employers España), clases de yoga (55%) y programas de desarrollo personal y autoconciencia (52%), por ejemplo.
No cabe duda de que el «mindfulness» es una práctica cada vez más extendida. Además, «no solo es una herramienta de autoconocimiento, cuyo origen lo encontramos en el budismo, sino que también se está convirtiendo en un gran negocio», sostiene David González, socio y director Senior de LLYC (Llorente&Cuenca). Según la consultora IBISWorld, sólo en Estados Unidos generó unos 1.190 millones de dólares en 2017. «Un informe de Fidelity Investments de 2016 indicaba que el 22% de las empresas estadounidenses ofrecía programas de "mindfulness" a sus empleados. En 2018, la cifra se elevó al 36%. En la actualidad, se estima que el 52% de los trabajadores ya los conocen», cuenta Rafael Senén, cofundador de El Rincón de Mindfulness, un centro dedicado a la divulgación y formación en estas prácticas. En España es bien distinto: se estima que solo el 5% de los empleados ha tenido acceso a esa formación.
Instituciones como el Parlamento británico, el Congreso de EE.UU. y la Universidad de Harvard, «lo tienen interiorizado —prosigue Senén— poniendo recursos y espacios a disposición de los empleados que practican "mindfulness"». Y no solo en Harvard, es una práctica plenamente asumida en las más prestigiosas universidades americanas, como la de Massachusetts y la de Brown, que cuentan cada una con un centro especializado en estas técnicas. «Son muy rigurosos en la praxis del "mindfulness", tienen una metodología con base científica, de cómo se tiene que hacer cada práctica, cada ejercicio y cada técnica...», matiza Carlos González, profesor de ESIC.
Se estima que solo el 5% de los trabajadores españoles ha tenido acceso a este tipo de formación
Pero el «mindfulness» no solo se ha colado en el entorno empresarial, laboral y profesional, además de en las universidades, ya se ha introducido también en los colegios, en las escuelas de negocio... «Igual que enseñamos a nuestros profesionales a hablar en público o a cómo dirigir reuniones, el "mindfulnes" enseña a nuestros alumnos a ser capaces de autorregularse y mantener la atención en lo que está ocurriendo en ese momento. Por ejemplo, estar atentos a qué necesita un cliente, concentrarse en la presentación de un proyecto... Es enseñar a mantenerse presentes y estar aquí», explica el profesor González. En un mundo en constante cambio y adaptación como el que vivimos, tan incierto, donde resulta tan fácil perder la atención, esa meditación y concentración es una forma de entrenar el cerebro ante el estrés, la ansiedad, las distracciones... que llenan la vida diaria. «El "mindfulness" es la capacidad de vivir el presente de una manera consciente», afirma Rafael Senén.
Por eso, resulta una herramienta muy útil no solo para directivos, CEOs, personal de Recursos Humanos y empleados; también la utilizan militares del ejército estadounidense, oficiales de policía, médicos, enfermeras, psicólogos, profesores, estudiantes... y cualquier ciudadano que se precie. «Ha llamado la atención de sectores muy distintos entre sí», asegura David González. De ahí la proliferación, cada vez mayor, de programas específicos, cursos, manuales, libros... relacionados con el «mindfulness». También aparecen nuevas app, como la de la compañía de software Calm. Esta aplicación para meditar y dormir ha logrado que esta startup de base tecnológica se convierta en el primer unicornio de meditación, es decir que ya supera los 1.000 millones de dólares.
Las bondades
Los beneficios de este método ya los adelantó un informe de Adecco en 2016: aumenta la productividad en el trabajo (se calculó que en torno al 20%) y reduce la sensación de estrés. De hecho, el estudio indicaba que el 65% de los trabajadores consultados afirmaba tener mayor sensación de calma y relax y detectó que, en las empresas que llevaban a cabo esta práctica, se había reducido en un 78% los días de baja por ansiedad, estrés o depresión. «El "mindfulness" es una de las más efectivas técnicas para reducir el estrés laboral. Y sus beneficios van mucho más allá, ya que no solo mejora la vida del trabajador, sino que favorece la consecución de los distintos proyectos empresariales bajo un ambiente de mayor eficiencia y armonía», defiende David González. Para Rafael Senén sus bondades son muchas: «mayor calidad en la toma de decisiones, mejora la comunicación y las relaciones interpersonales, aumenta la empatía inteligente y el liderazgo consciente...
Beneficios que están al alcance de todos. «No es necesario ser una gran corporación, también las pymes pueden incorporar sesiones "mindfulness". Una pyme con seis empleados puede recibir una sesión de dos horas y media por 300 euros. Enseñamos incluso a profesores de cualquier tipo de colegio a incorporar técnicas de "mindfulness" en el aula, a los estudiantes...», cuenta Rafael Senén.
Un estudio de Adecco concluyó que aumenta la productividad en el trabajo y reduce el estrés
Hasta ahora los instructores acreditados se han formado en centros reconocidos o en universidades americanas. «Tienen itinerarios formativos específicos de instructor en mindfulness», dice Senén. Desde hace un par de años, algunas universidades españolas han empezado a abrir sus puertas a estas prácticas, «con máster y algunos grados de expertos», explica. Aunque en España, el «mindfulness» todavía tiene que coger fuerza, resulta paradógico que en pleno siglo XXI se recuperen técnicas milenarias para tener presente una lección que ya sabían los antiguos: hay que vivir el momento de forma consciente. Y además esto es un negocio.
La publicidad también quiere vivir el momento
El «mindfulness» también ha llegado al mundo de la publicidad y el marketing, es la nueva forma de cautivar al consumidor. Las marcas le animan a tomarse la vida con más pausas para respirar. «Tener atención plena, vivir el momento al 100% y liberarte de tus pensamientos» es lo que pedía Suchard en su campaña las pasadas navidades en la que alentaba a vivir en familia, sin distracciones, saboreando uno de sus turrones. «Las marcas han de moverse en un entorno en el que los contenidos y mensajes son cada vez menos relevantes, además, hay que sumar que los consumidores son cada vez más críticos y menos receptivos, y se encuentran en un entorno conectado, por lo tanto están cada vez más rodeados de ruido», explica David González, de LLYC. Así nacen nuevos conceptos, como recoge el informe «Tendencias Consumer 2020», de LLYC, como el «calm marketing», «un marketing más silencioso y personalizado, un marketing que aporta valor añadido al consumidor y mejora la experiencia», dice González . O el «calm technology», prácticas para que el ser humano «use la tecnología como una simple herramienta, en lugar de dejar que esta le atrape y domine. La tecnología es aquello que informa, pero no exige una atención», cuenta.
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