El PIB de China cae un 6,8% en el primer trimestre por el coronavirus

La parálisis completa del país para controlar la epidemia lleva a su primera contracción de las últimas décadas tras crecer a toda velocidad desde su apertura al capitalismo

La fábrica de Honda en Wuhan, «zona cero» del coronavirus, ya ha retomado la producción PABLO M. DÍEZ
Pablo M. Díez

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Ya se sabe lo que todo el mundo se esperaba: el batacazo que se iba a llevar la economía china tras su parálisis durante los tres primeros meses del año por la epidemia del coronavirus, que estalló en la ciudad de Wuhan en enero. Durante este primer trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) cayó un 6,8%, lo que supone su primera contracción desde que se empezaron a publicar dichos datos en 1992.

Desde su apertura al capitalismo tras la muerte de Mao en 1976, la economía china venía creciendo y registrando unas subidas anuales medias del 9% durante las dos décadas anteriores , en las que ha pasado de ser la “fábrica global” a convertirse en el mayor mercado del mundo. Pero la enfermedad Covid-19 ha hundido a la segunda potencia del planeta en términos brutos, presagiando lo que le espera al resto de países que están ahora en cuarentena para controlar la pandemia. Lo que no habían logrado ni la guerra comercial con Estados Unidos ni las crisis anteriores, como la financiera de 1997 en Asia o el SARS en 2003, lo ha conseguido algo microscópico como el coronavirus. En lugar de crecer en torno al 6 por ciento, objetivo marcado por el régimen de Pekín, el PIB se ha desplomado un 6,8%, a medio camino entre las previsiones más optimistas del 6%y las más pesimistas del 8 %.

A tenor de las cifras del Buró Nacional de Estadísticas difundidas por la agencia Xinhua, el PIB ascendió a 20,6 billones de yuanes (2,6 billones de euros), sufriendo importantes caídas en todos sus sectores. Los servicios, que representan un 60% de la economía china, menguaron un 5,2%, mientras que la agricultura bajó un 3,2 y la industria un 9,6%. “Nos enfrentamos ahora a la creciente presión en la prevención de las infecciones, así como a nuevas dificultades y retos para retomar el trabajo y la producción”, explicó en Pekín el portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, Mao Shengyong, según informa France Presse.

Tras el desplome de enero y febrero, cuando se cerró el epicentro de Wuhan y Hubei y el país entero se paró, en marzo siguieron cayendo otros indicadores clave de la economía. Mientras la producción industrial se redujo un 1,1%, mucho menos que en los dos meses anteriores por la progresiva reapertura de las fábricas, las ventas al por menor se contrajeron un 15,8%. Aunque ya hay más gente en las calles tras el control de la epidemia, todavía hay miedo a entrar en lugares cerrados como los centros comerciales y, sobre todo, mucha preocupación por el futuro, ya que numerosos trabajadores han sido despedidos o han visto sus sueldos recortados. En este sentido, el paro alcanzó en marzo un 5,9%, tres décimas menos que en febrero, porque al menos medio millón de empresas se han visto obligadas a cerrar, a tenor de los datos oficiales. Para este año, los expertos calculan que 30 millones de chinos perderán sus empleos, diez millones más que en la crisis de 2008.

La recuperación tardará en llegar

Lo peor de todo es que la recuperación de China tardará en llegar porque, tras controlar la epidemia y ponerse de nuevo en marcha, ahora se encuentra que el mundo está detenido por el coronavirus. Con sus exportaciones sumando un 20%del PIB, ni el consumo interno ni la venta masiva de material de protección y sanitario al extranjero podrá impedir que caigan a la mitad y supongan una merma de 1,8 puntos porcentuales, vaticinan algunos expertos.

Junto a estas reducciones, la inversión en activos fijos también cayó un 16,1% y las compras inmobiliarias un 7,7%. Por todos estos motivos, el Banco Mundial (BM) prevé que la economía china apenas crezca este año, solo un 0,1% en el peor de los casos, o un 2%en el mejor. Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) también cree que el gigante asiático conseguirá evitar la recesión con un crecimiento del 1,2%, todo dependerá el control de la pandemia en el resto de países y de los casos importados, cada vez más numerosos. La única buena noticia es la previsión del FMI, que calcula un rebote de hasta el 9,2%. Pero el próximo año.

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