La economía china crece un 3,2% en el segundo trimestre tras superar el coronavirus

Con estos datos, China se convierte en la primera potencia que parece salir del impacto del Covid-19

En las grandes ciudades chinas, como Pekín, vuelven a surgir los puestos ambulantes para ganarse la vida tras el impacto del coronavirus Pablo M. Díez
Pablo M. Díez

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Mientras el resto del mundo sigue parado o a medio gas por el coronavirus, China, donde empezó la pandemia, ya muestra signos de recuperación económica. Su Producto Interior Bruto (PIB) creció un 3,2% en el segundo trimestre , esquivando así la recesión porque había caído un 6,8% en el primero, cuando la epidemia que estalló en Wuhan obligó a paralizar el país.

Las cifras oficiales, difundidas este jueves, mejoran la previsión del 2,4% que había pronosticado la agencia Bloomberg. Con estos datos, China se convierte en la primera potencia que parece salir del impacto del coronavirus , que está descontrolado en Estados Unidos y cuyos brotes dificultan la apertura económica en Europa y Japón. Pero la situación puede cambiar tan rápidamente por dichos rebrotes, como se vio el mes pasado en Pekín con el foco ya controlado en su mayor mercado de abastos, que el régimen no quiere pillarse los dedos y prefiere ser prudente en sus previsiones. Tanto que, en la Asamblea Nacional celebrada en mayo, el primer ministro, Li Keqiang, no marcó por primera vez en décadas su habitual objetivo de crecimiento económico.

A tenor de los datos publicados por el Buró Nacional de Estadísticas, la producción industrial se elevó un 4,8% en junio, cuatro décimas más que en mayo y al nivel de lo esperado. Pero las ventas al por menor, que son un indicador clave del consumo y de la confianza de la sociedad, cayeron un 1,8% interanual, aunque menos que el 2,8% registrado en mayo y por debajo del crecimiento del 0,5% calculado por Bloomberg, según recoge el periódico «South China Morning Post».

Por su parte, la inversión en activos fijos, que incluye los gastos en infraestructuras, propiedades inmobiliarias, maquinaria y equipamiento, disminuyó un 3,1% en el primer trimestre, la mitad de la caída registrada en los cinco primeros meses.

Aunque las cifras oficiales reflejan un desempleo urbano del 5,7% en junio, medio punto menos que el pico del 6,2% alcanzado en febrero, la realidad será mucho peor porque millones de personas han perdido sus trabajos en las grandes ciudades por la pandemia y se han visto obligados a volver a sus pueblos. Para este año, las autoridades se han propuesto crear nueve millones de empleos urbanos, mientras que en 2019 fueron 13,5. Tal reducción evidencia la sangría laboral que ha dejado la epidemia, que ha afectado por igual a los trabajadores menos cualificados como a buena parte de la clase media que ya abunda en las megalópolis chinas. En sectores muy castigados como la hostelería y la restauración, quienes tienen la suerte de conservar su empleo han visto drásticas reducciones salariales. Ante la incertidumbre que se avecina, las familias chinas, ya de por sí muy ahorradoras, están gastando menos todavía.

Tal y como reconoció el propio primer ministro durante la Asamblea Nacional, la reunión anual del Parlamento orgánico del régimen, en China hay 600 millones de personas que viven con solo mil yuanes al mes (125 euros). Una cantidad mínima que refleja las enormes desigualdades sociales en esta superpotencia económica en términos brutos.

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