Draghi resiste las presiones alemanas

El presidente italiano ha lanzado un mensaje de optimismo sobre la economía europea y ha dicho que ve unos fundamentos sólidos en el crecimiento

El presidente del BCE, Mario Draghi, este lunes en el Parlamento Europeo EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

Hace solo una semana, la canciller Merkel convirtió la visita a una escuela de Berlín en un improvisado púlpito financiero y se quejó públicamente de que el euro “está demasiado débil ”, señalando como causa de este fenómeno la política monetaria del BCE y como consecuencia el “relativamente elevado superávit” alemán. Esto lo habían dicho antes técnicos del Bundesbank, incluso el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble y lo habían cantado a coro economistas alemanes de todas las tendencias, pero nunca antes Merkel se había inmiscuido tan directa y públicamente en las decisiones de Mario Draghi. Y tras escuchar el discurso del presidente del BCE, esta tarde en Bruselas, todo apunta a que las palabras de Merkel le han entrado por un oído y le han salido por otro.

El presidente italiano ha lanzado un mensaje de optimismo sobre la economía europea y ha dicho que ve unos fundamentos sólidos en el crecimiento, cada vez más confianza y menos riesgos. Sin embargo, ha repetido que sigue siendo necesaria “una cantidad extraordinaria de apoyo de la política monetaria ” y que “es demasiado pronto” para recortar estímulos. “La recuperación económica se está haciendo cada vez más sólida y sigue abarcando cada vez más sectores y países… El sentimiento de los consumidores y las empresas ha subido a máximos de seis años, lo que apoya las expectativas de un fortalecimiento del crecimiento en los próximos meses ”, ha afirmado Draghi en su intervención ante el Comité de Asuntos Económicos en la sede del Parlamento Europeo.

En su opinión, “los riesgos a la baja para el crecimiento están disminuyendo y algunos de los riesgos de cola que afrontábamos el año pasado han retrocedido considerablemente. El hecho de que el consumo doméstico y la inversión sean los principales motores de la recuperación la hace más robusta y resistente a los riesgos, que siguen relacionados con factores globales", lo que podría leerse como un inicio de que el BCE ve la luz al final de túnel . Sin embargo, Draghi ha advertido con toda claridad que es todavía pronto para cortar con los estímulos monetarios que han venido apoyando la recuperación. “La inflación permanece atenuada [...] Para que la presión doméstica en los precios se fortalezca, aún necesitamos unas condiciones de financiación muy acomodaticias , que a su vez dependen de una cantidad sustancial de acomodación monetaria”, ha seguido aferrándose al mismo argumento.

“Seguimos firmemente convencidos de que una cantidad extraordinaria de apoyo de la política monetaria, incluido el preanuncio (forward guidance), es todavía necesaria dado el actual nivel de recursos infrautilizados que deben ser reabsorbidos y para que la inflación vuelva y se estabilice de forma duradera en niveles cercanos al 2%” , ha defendido, repitiendo una vez más a los Gobiernos y a las instituciones de la UE que también tienen que hacer su parte para que la inflación vuelva más rápidamente a esos niveles cercanos al 2%. También ha mencionado la necesidad de mejorar el marco institucional de la Unión Económica y Monetaria y ha vuelto a dirigirse directamente a los bancos para señalarles las asignaturas pendientes.

Su mensaje a los bancos es que deben prepararse “a tiempo” para las consecuencias de la salida de Reino Unido de la UE, admitiendo que el proceso genera riesgos para la supervisión comunitaria de las entidades. “Estamos preparados para ayudar a los bancos a reorganizar sus actividades en la eurozona y es muy importante que estos bancos lleven a cabo todas estas preparaciones a tiempo ”, ha dicho, insistiendo en que, para los bancos, "la reducción de los elevados niveles de activos improductivos es una importante tarea en curso”, un mensaje que el informe mensual del BCE ha detallado en su última edición. “Si la consolidación se produce mediante fusiones de bancos frágiles de pequeño o mediano tamaño, las instituciones resultantes simplemente serán bancos frágiles mayores. Pero si las entidades débiles son adquiridas por los grupos más fuertes, el proceso ayudará a resolver los problemas de activos improductivos de los bancos absorbidos", dice el documento.

El BCE, por lo tanto, no modificará su política en la próxima reunión del 8 de junio, por muy alto y claro que la canciller Merkel esté apuntando con el dedo acusador desde Berlín. Y Draghi no está solo en esta decisión. Varios consejeros han apoyado al presidente del BCE en estos últimos días con declaraciones en ese sentido . El vicepresidente de la entidad, Vítor Constâncio, ha advertido que “tenemos que tener cuidado de no dar marcha atrás en nuestros estímulos de forma precipitada”. “Todo esto justifica una cierta precaución. El Consejo del BCE es muy consciente de que la situación económica mejora y esto, por supuesto, que lo tendremos en consideración de cara a nuestras próximas decisiones”, matizó el portugués, pero manteniéndose firme en que todavía es pronto. También el miembro del Comité Ejecutivo, Benoît Coeuré, ha respaldado que los tipos de interés negativos han sido una herramienta de política monetaria “efectiva” y que “no hay razón alguna” para cambiar todavía su dirección. Coeuré ha justificado que tras realizar un análisis de los efectos secundarios del mantenimiento de los tipos de interés a las tasas actuales, los resultados sugieren que “no hay razón alguna para cambiar la tendencia”, dando a entender que el nuevo eje franco alemán con el que Merkel y Macron quieren “refundar Europa” no está operativo en el seno del BCE.

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