Draghi reconoce una «pérdida de impulso del crecimiento» en la Eurozona
El presidente del BCE ha reconocido que las incertidumbres sobre las perspectivas de inflación a medio plazo se incrementan y el crecimiento de la economía de la zona euro pierde impulso, aunque ha omitido el mal dato de crecimiento alemán
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Cuando estalló en España la burbuja inmobiliaria, desde el gobierno se insistía en que aquello no era más que una «desaceleración del crecimiento de los precios de la vivienda», y a los portavoces que repetían esa consigna se les quedaba la misma cara que se le ha quedado hoy a Mario Draghi, después de decir que «recientemente se ha detectado una pérdida del impulso del crecimiento en Europa» . Durante su intervención en el ciclo de conferencias del Congreso Europeo de Banca en Fránkfurt, ha expresado su temor a que la desaceleración económica cause daños colaterales en el proceso de integración europea y ha metido prisa, desea ver culminada la Unión Económica y Monetaria antes de que sea demasiado tarde porque, ha dicho, «la respuesta correcta es más Europa».
Draghi ha reconocido que las incertidumbres sobre las perspectivas de inflación a medio plazo se incrementan y que el crecimiento de la economía de la zona euro pierde impulso. No ha dado señales de acuse de recibo del campanazo con el que la economía alemana acaba de dar la gran señal de alarma, un retroceso del 0,1% del PIB en el tercer trimestre y ni siquiera ha pronunciado la palabra recesión.
Todo lo contrario, ha dedicado buena parte de su discurso a contrarrestar los temores acerca de un final inminente de la actual recuperación económica con la que, por otra parte, cuentan ya sin reservas los mercados financieros. «Ciertamente no hay ninguna razón por la que el crecimiento en la zona del euro deba terminar abruptamente. La economía de la eurozona ha estado creciendo durante unos cinco años y el BCE espera que el crecimiento continúe también en los próximos años» , ha dicho, antes de lanzarse a una clase de Macro con las de la Facultad, en la que ha justificado que una desaceleración gradual del crecimiento es normal a medida que el ciclo económico madura y el crecimiento se acerca a su potencial a largo plazo.
Según su esquema, la fase de crecimiento en la zona euro sigue siendo relativamente corta y de pequeña escala , por lo que a las vacas gordas les quedaría aún mucho por pastar. Incluso ha buscado argumentos en la datación histórica, recordando que desde 1975 los repuntes económicos en la zona euro han durado un promedio de poco menos de ocho años y han conducido a un aumento del 21% en la producción económica. De acabarse, el actual repunte sólo habría durado cinco años y medio, con un aumento del poder económico del 10%, por lo que los datos no le cuadran con un cambio de ciclo. «No hay razones por las que la expansión de la zona euro deba llegar a su fin de manera abrupta» , ha insistido, admitiendo sin embargo que «elementos puntuales» como el momento por el que pasa la industria del automóvil y las nuevas normativas a las que debe hacer frente, pueden acelerar el debilitamiento.
Cinco trimestres consecutivos desacelerando
Lo cierto es que la economía euro sigue perdiendo ritmo otro trimestre, con el peor frenazo ya desde 2014 . Los datos de julio a septiembre dan un crecimiento del PIB del 0,2% y encadenan cinco trimestres consecutivos de desaceleración. El incremento de ocupados ha vuelto a niveles de primer trimestre de 2015m dos décimas por debajo del trimestre anterior, y la actividad industrial registra una caída en septiembre respecto a agosto del 0,3% en la zona euro y del 0,2% en la UE. Y todo esto sin contar con los efectos del proteccionismo comercial de EE.UU., la incierta deriva de Italia o los derroteros de Brexit. Y sin entrar a valorar, por supuesto, los efectos a medio plazo del endurecimiento de la política monetaria que el propio Draghi ha anunciado para 2019.
El presidente del BCE ha hablado en Fráncfurt incluso del «impacto del clima» como un efecto a tener en cuenta en la no reconocida desaceleración y, sin mencionar expresamente a Italia, ha advertido que la falta de consolidación fiscal en países con elevados niveles de endeudamiento «incrementa su vulnerabilidad a 'shocks', ya sean estos autónomamente producidos por el cuestionamiento de las reglas de la Unión Monetaria o importados por contagio financiero». «Para proteger a sus hogares y empresas del aumento de los tipos de interés», ha dicho, «los países altamente endeudados no deberían incrementar su deuda y todos los países deberían respetar las reglas de la Unión».
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