La directiva europea Mifid II nubla el futuro de los pequeños brókers

Fuentes del sector creen que en Europa al menos un 60% desaparecerán

La directiva Mifid II presiona a las casas de valores más pequeñas EFE
Laura Montero Carretero

Laura Montero Carretero

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Desde su entrada en vigor en enero de 2018, la directiva europea relativa a los mercados de instrumentos financieros, conocida como Mifid II, ha comprometido el futuro de un buen número de brókers pequeños y locales , con dificultades para sobrevivir en un entorno cada vez más competitivo que evoluciona al ritmo que marcan los grandes bancos de inversión.

La normativa sectorial fue aprobada por Bruselas para reforzar la protección al inversor y aumentar la transparencia , pero también trajo consigo una larga lista de efectos colaterales para las casas de intermediación bursátil, obligadas a separar el coste de ejecutar la compraventa de acciones en Bolsa del coste correspondiente al asesoramiento o análisis de compañías, unas partidas que antes se englobaban dentro de un paquete único.

La intención del regulador es que los partícipes de los fondos de inversión, que asumen una comisión de gestión, sepan cuánto están pagando por ejecución y cuánto por el análisis que los brókers le están proporcionando a la gestora. Se produce, así, un auténtico cambio del paradigma de negocio existente hasta el momento.

Los principales damnificados de la directiva han sido los pequeños brókers. Por un lado, la ejecución (compraventa) de valores cada vez está más basada en algoritmos, lo que requiere de una mayor inversión para tener sistemas de ejecución electrónicos. «Esto ha hecho que muy pocos intermediarios, sobre todo los grandes bancos de inversión americanos, se hayan quedado prácticamente con toda la ejecución en Europa», apuntan desde una gestora independiente de fondos de inversión.

Por lo que respecta al análisis, las gestoras se han visto en la tesitura de explicitarle ese coste a los partícipes de los fondos de inversión o de internalizarlo en su cuenta de resultados. «Cuando les afecta a su margen son más duras. Han bajado el coste del análisis a lo bestia, están dispuestas a pagar muy poco por un servicio de análisis bueno y, además, los cinco grandes bancos de inversión americanos se han aprovechado para bajar el precio del servicio de análisis», señalan fuentes del sector.

Un ejemplo es lo que hizo el banco estadounidense JPMorgan Chase, que anticipándose a la implantación de Mifid II, ofreció en 2017 suscripciones de análisis a inversores por 10.000 dólares anuales , una cifra muy inferior a la que podían llegar a prever las casas de valores más pequeñas.

Cierres masivos

Desde el sector estiman que en torno al 60% o 70% de los brókers de Europa desaparecerán , con la consiguiente merma de la capacidad de la industria. Para los que aún resisten el panorama es poco halagüeño. Los reducidos ingresos que obtienen por la labor de análisis hace que muchos de ellos cuenten con menos profesionales.

Expertos del sector alertan de que habrá valores de mediana y pequeña capitalización que se quedarán sin analistas que los sigan, por lo que los partícipes de los fondos tendrán un universo de compañías en las que invertir más limitado , lo que redundará en una peor rentabilidad.

Las pequeñas boutiques de valores se enfrentan, además, a una nueva y cruda realidad : la compraventa de títulos es, cada vez más, un negocio de volúmenes debido a las escasas comisiones que las gestoras pagan por el servicio. Las grandes casas están tomando ventaja en la ejecución en las bolsas europeas, beneficiándose del estrechamiento de márgenes y la caída de comisiones de los pequeños brókers.

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