Díaz habría dimitido de no salir la reforma laboral: «Hubiera sido consecuente con lo que me han enseñado»
«Que siga gritando la derecha y la ultra derecha», dice la vicepresidenta sobre las críticas sobre cómo se aprobó la norma
Asegura que «pasa página» y califica las críticas de la oposición de «esperpento» y «bodevil»
«Si la reforma laboral no hubiera salido hubiera sido coherente con lo que me han enseñado», ha asegurado este lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al ser preguntada por si hubiera dimitido de no haber prosperado en el Congreso la reforma laboral que se convalidó el pasado jueves la Cámara Baja con una mayoría muy ajustada. La ministra habría informado días antes de la votación a su equipo si el escenario no era favorable. Ella sabía que se la jugaba en una reforma clave y se temía lo peor. El pasado lunes ya era conocedora de que los números para que prospera la normativa no salían, de que «era muy peligroso depender de dos votos de UPN», según ha reconocido hoy.
«Que siga gritando la derecha y la ultra derecha», ha dicho tajante la vicepresidenta, convencida de que la decisión del Congreso y el voto erróneo del PP, que permitió que saliera adelante la nueva norma laboral no tendrá vuelta atrás. «Los servicios jurídicos del Gobierno están trabajando», ha señalado. Fue muy crítica con la reacción de la oposición que tildó de «esperpento» y «bodevil» y aseguró que «se alejan de una norma que favorece los derechos de los trabajadores y trabajadoras y de sus propios hijos e hijas que tienen contratos precarios». Ayer dio las gracias a los agentes sociales por el acuerdo y defendió que el diálogo social es «la mejor herramienta para salir de la crisis con más igualdad».
El pasado jueves el Congreso vivió uno de los episodios más rocambolescos con la aprobación de una de las reformas determinantes para España reciba una nueva remesa de 12.000 millones. El PSOE y Unidas Podemos acudían tranquilos a la cita de la aprobación tras cerrar un pacto en el diálogo social, después de que el PDECat y UPN anunciasen sus votos a favor y consolidasen la vía Ciudadanos (Cs) con el alcance de la mayoría absoluta del Congreso. Pero en pocas horas se dió la vuelta a la tortilla y las rebeliones y errores hicieron contener la respiración a la vicepresidenta Yolanda Díaz, quien se jugaba su proyección nacional con esta medida.
El primer susto lo dieron a primera hora de la mañana los dos diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, al advertir de que no estaban de acuerdo con la decisión de su presidente, Javier Esparza, de votar a favor de la reforma laboral. Horas después, en los pasillos del Congreso, uno de ellos aclaraba en privado que había que «cumplir» las «directrices» del partido. Es decir, la mayoría absoluta del Gobierno parecía asegurada. El debate se prolongó desde las nueve de la mañana hasta pasadas las seis de la tarde cuando un error de un diputado del PP hizo estallar una crisis política que aún está por escribir.
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