Díaz empieza a desmontar la reforma laboral ante el estupor de los empresarios: «No es momento de abrir este melón»

Trabajo ha arrancado la ronda de negociaciones con los agentes sociales

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, en el Congreso EP

La nueva vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz , ha arrancado las negociaciones para tumbar la reforma laboral de Rajoy, uno de los objetivos más ideológicos y más difíciles a los que se enfrenta. El departamento que dirige se ha reunido con los agentes sociales para constituir la mesa de diálogo con la que la ministra de Trabajo busca comenzar a limar lo que consideran los aspectos «más lesivos» de la legislación, el principal objetivo con el que llegó al Gobierno. Y lo hace presionada por los sindicatos y en un momento de máxima convulsión política, con la economía y la clase empresarial preparándose para los duros meses de contracción que aún quedan por delante después de un año de crisis ya sobre sus espaldas.

La laboral es, junto a las pensiones, la gran mesa de negociación de la legislatura, lo que anticipa unas conversaciones complejas. El talante conciliador de la ministra, que cuenta ya en su haber con siete acuerdos con empresarios y sindicatos , facilita que el mundo empresarial acuda hoy con la intención de «escuchar qué planteamientos ofrece Trabajo», aunque según remarcan, la oposición será máxima en cuanto a acometer ahora cambios legales: «No es momento de abrir este melón» , aseguran fuentes empresariales.

Este mismo sentir se ha reflejado esta mañana en una reunión mantenida por la cúpula de la CEOE y en la que también ha quedado patente que, aunque se escuchará lo que tenga que contar el ministerio, la resistencia será máxima: «Ahora es el momento de salir de la crisis, de pensar en los ERTE y en las ayudas directas. Nada más. Debemos mantenernos firmes» . Uno de los principales herramientas del Gobierno en la negociación prometen ser los compromisos adquiridos en las fichas remitidas a Bruselas relacionadas al ámbito laboral, extremo que genera muchas dudas en el mundo empresarial por la falta de transparencia y negociación con el que se habrían redactado estas reformas.

La intención del ministerio de Trabajo es que las negociaciones se retomen en el punto en que se quedaron en marzo. Y es que la pandemia interrumpió unos trabajos que ya habían comenzado con la anterior titular de Trabajo y actual presidenta del Pacto de Toledo, la socialista Magdalena Valerio. Entonces se habían tratado cuestiones como la negociación colectiva, la subcontratación o las cláusulas de descuelgue. Los sindicatos apoyarían esta idea que, sin embargo, se rechaza en entre los empresarios, que piden analizar todos los cambios de manera integral ante la delicadísima situación que viven las empresas.

Más allá de este primer bloque, en la diana del Gobierno está la excesiva temporalidad y el objetivo es recortarla . Díaz quiere simplificar y reordenar las modalidades de contratación con la intención de generalizar el contrato indefinido. La idea es devolver la causalidad al contrato temporal y para ello se podrían proponer fórmulas para exigir a las empresas una justificación clara de los motivos por los que recurre a esta contratación, de forma que se limite para el desempeño de actividades puramente eventuales.

La intención de la titular de Trabajo es dejar en solo tres las modalidades de contratos, que quedarían en indefinido, temporal justificado y de formación. Pero, además, acompañar esta reforma del acceso al mercado de trabajo con una revisión de las subvenciones y bonificaciones a la contratación para simplificarlas y ceñirlas a los contratos indefinidos para personas desempleadas. Se trataría de endurecer, de nuevo, la utilización de contratos de muy corta duración, así como asegurar «un uso adecuado de la subcontratación desincentivando los supuestos en los que es un mero instrumento de reducción de costes», según el documento enviado a Bruselas.

Una negociación muy compleja que afecta a las competencias de varios ministerios y que da su pistoletazo de salida coincidiendo con el ascenso de la ministra Díaz a vicepresidenta tercera del Gobierno, en sustitución de Pablo Iglesias , que competirá contra Isabel Ayuso por la Comunidad de Madrid. Las distintas sensibilidades dentro de la coalición y, en especial, las relaciones con la ministra de Economía y próxima vicepresidenta segunda, Nadia Calviño , y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá , prometen marcar también los tiempos de la futura reforma.

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