Denuncia contra las compras de bonos del BCE ante el Constitucional alemán por «financiación de Estados»
Un grupo de empresarios y profesores alemanes liderados por el científico financiero de Berlín Markus Kerber ha presentado una demanda contra el programa de ayuda de emergencia PEPP, diseñado para soportar la economía durante la pandemia
En vísperas de la reunión del Consejo, en la que el rendimiento de los bonos presiona al BCE pero a la que Christine Lagarde acude hoy dispuesta a reiterar su mensaje de garantía a la financiación, los demandantes recuerdan a los banqueros centrales que su mandato tiene límites legales. Un grupo de empresarios y profesores alemanes liderados por el científico financiero de Berlín Markus Kerber ha presentado una demanda contra el programa de ayuda de emergencia PEPP, diseñado para soportar la economía durante la pandemia, ante el Tribunal Constitucional alemán. «El PEPP es un caso flagrante de financiación monetaria de los gobiernos», dice el pliego de acusación, que recuerda que esa práctica está «claramente prohibida por el artículo 123 del Tratado de la UE», lo que significa que el BCE está saliendo ilegalmente de su ámbito de competencia. Pero a diferencia de demandas anteriores esta no se presenta directamente contra el BCE, sino contra el gobierno federal y el parlamento alemán, por no cumplir con su responsabilidad y no colocar a las autoridades monetarias en su lugar. En año electoral y con la CDU todavía sin candidato y comenzando a caer en las encuestas, la presión de esta demanda no es nada desdeñable.
En las 140 páginas de la denuncia, se explica en detalle hasta qué punto el programa de ayuda de emergencia pandémica PEPP representa una expansión sustancial del mandato del BCE en comparación con los programas de compra existentes, como el PSPP. El programa de compra de bonos PSPP, que se lanzó en 2015, tenía como objetivo evitar la deflación y hacer que la inflación en la zona euro vuelva a su propio objetivo ligeramente inferior al 2%. «Con el PEPP, la referencia de política monetaria ya no es visible», se queja Kerber, que considera que el programa es una medida de política económica y financiera para estabilizar o incluso rescatar la zona euro. «El BCE ni siquiera tiene el mandato de mantener unida a la zona euro», insiste, señalando que el PEPP se ha convertido en una cuestión de «transgresiones estructurales graves del BCE y del Eurosistema», dice en la denuncia. Porque la competencia de la política económica recae en los Estados miembros, no en la autoridad monetaria.
La demanda advierte, además, que el BCE iría más allá de las líneas rojas marcadas por el propio Tribunal Constitucional Federal con su programa de emergencia, ya que en su fallo sobre el programa de compra de bonos del PSPP, por ejemplo, los máximos guardianes constitucionales alemanes formularon reglas claras que el BCE debe cumplir para que las compras no incurran en la prohibida financiación estatal. De hecho, los jueces de Karlsruhe habían indicado que existen límites máximos de compra claros para los programas de rescate y que la clave de capital también debe tenerse en cuenta, para no crear sospechas de una preferencia unilateral por países individuales. El BCE tampoco puede tener más de un tercio de los bonos individuales para no tener derecho a voto en la reestructuración. Kerber insiste en que ninguna de estas reglas se aplica a PEPP.
En opinión de los demandantes, el Bundesbank, que realiza las compras de bonos para Alemania en nombre del BCE, debería estar exento de ejecutar esas compras de deuda pública . Defienden que la autoridad del BCE para emitir instrucciones en virtud del artículo 130 del Tratado de la UE no se aplica porque el BCE está actuando ultra vires con el PEPP. No están de acuerdo con que Alemania esté comprando, por ejemplo, bonos públicos españoles de dudosa aceptación en el mercado, asumiendo miles de millones en riesgos de responsabilidad sin tener ningún control democrático real.
Desde 2015, el BCE ha adquirido deuda pública por un volumen de alrededor de 3,2 billones de euros , lo que lo convierte en el mayor acreedor de la zona euro. Casi 900.000 millones de euros se gastaron en el marco del PEPP. Esto significa que, por ejemplo, el BCE tiene bonos alemanes en el marco del PEPP por valor de casi 769.000 millones de euros, el 32,8% del total. Italianos por 551.300 millones, el 21,5%. El 23,4% de los bonos franceses y el 29,4% de los españoles, unos 384.800 millones de euros. Estos porcentajes, según la demanda, convierten al BCE en un financiador oculto de los gobiernos europeos.
Esto también incluye bonos federales por un total de 736 mil millones de euros y bonos italianos por un total de 530 mil millones de euros. Las autoridades monetarias tienen, por ejemplo, bonos federales por valor de 769 mil millones de euros y títulos de deuda italianos por 551 mil millones de euros. El BCE posee alrededor de un tercio de la deuda alemana y una quinta parte de la italiana . «El BCE queda atrapado cuando aumenta la inflación», ha advertido Kerber en declaraciones a Die Welt. El BCE ha ampliado significativamente las compras brutas de PEPP en las últimas dos semanas. Según cálculos del servicio financiero Bloomberg, solo la semana pasada se compraron bonos con un volumen de 18.200 millones de euros, significativamente más que los 16.900 millones de euros de la semana anterior.