La demanda de EE.UU. contra Volkswagen preocupa a la clase política alemana
La coalición de gobierno liderada por Angela Merkel confía en que el escándalo no afecte al empleo y salpique al conjunto de la industria automotriz alemana
El jefe de marca de Volkswagen, Herbert Diess, presenta este miércoles por la madrugada (europea) en el CES de Las Vegas –la mayor feria electrónica del planeta– el prototipo eléctrico de la clásica furgoneta Bulli T1, el «E-Bulli». Un objeto de culto de los hippies que recuerda a Woodstock busca tocar el corazón de los norteamericanos horas después que Estados Unidos haya demandado al constructor de Wolfsburgo. Los medios especulan con una multa de un máximo de 90.000 millones de dólares por haber instalado «dispositivos de manipulación ilegales» para modificar el sistema de control de las emisiones en casi 600.000 vehículos diésel y por «impedir y obstaculizar» los controles federales de dichas emisiones. Con la acción de VW en caída libre el martes en la Bolsa de Fráncfort, las reacciones desde Berlín no han cesado de aparecer.
Tanto la coalición con la que gobierna la canciller Angela Merkel como los partidos de la oposición han dado su opinión acerca de la demanda civil. «Por supuesto que nos preocupan las noticias llegadas desde EE.UU., se trata de la protección de los empleos de la industria automotriz alemana », ha comentado a la agencia Reuters el dirigente socialdemócrata (SPD, partido de Gobierno) Hubertus Heil, quien espera que con «una aclaración rápida y completa puedan evitarse consecuencias dramáticas». El responsable aquí es la dirección de VW, aclara Heil: debe evitarse que los empleados del consorcio paguen por la «inexcusable mala conducta de los responsables» de la manipulación, ha dicho.
La vicepresidenta de Los Verdes –en la oposición– Kerstin Andreae, por su parte, ha mostrado comprensión por la demanda estadounidense: «VW ha violado la 'Clean Air Act' (la ley de aire limpio) y ha estafado con la manipulación en la emisión de óxidos de nitrógeno que superan 40 veces lo permitido ». Andreae ha agregado que nadie tiene interés en que VW colapse, pero «no puede haber espacio sin ley para las empresas, incluso de la importancia económica como VW». Según la política ecoliberal, tanto los ministros de Transporte –Alexander Dobrindt (CSU)– como el de Economía –Sigmar Gabriel (SPD)– han fracasado en su intento de aclarar el escándalo.