Datos alarmantes
El porcentaje de la deuda pública respecto al PIB subió del 16,5% en 1980 al 97,2% en 2018
Hace poco más de un siglo, el 5 de diciembre de 1918, Santiago Alba se vio forzado a abandonar el Ministerio de Hacienda. Preocupado por la subida de la deuda pública , decidió recabar impuestos derivados de los beneficios empresariales generados en España por su neutralidad en la I Guerra Europea. El resultado fue una reacción empresarial y política que dio con el Gobierno en el suelo. Y ahora nos encontramos con otra situación alarmante, a causa de incrementos colosales del gasto público . Como consecuencia, el porcentaje de la deuda pública respecto al PIB subió del 16,5% en 1980 al 97,2% en 2018, y la impresión de la evolución en 2019 es que el proceso prosigue.
Se contempla esto como un fenómeno muy general, por ejemplo, esa es la noticia continua que tenemos en relación con las pensiones . También es la información de lo que se puede disponer en el conjunto de las autonomías, salvo en Madrid, Galicia y Castilla y León.
La base de este impulso deficitario tiene raíces múltiples. Esencialmente se derivan de lo que yo he calificado como búsqueda de una base económica intelectualmente justificable , bien visible por parte del PSOE y los partidos aliados para llevarle recientemente al poder.
Creer que la base inmediata para eso es clara, es un error. Procede considerar que el lado del gasto público y añadido el complemento de aumentar el consumo , no genera daño con subidas salariales y rigideces importantes en el mercado laboral. Se lograba ese apoyo de los sindicatos que fue visible cuando Felipe González, en vísperas de alcanzar el poder señaló su voluntad de liquidar el Acuerdo Nacional de Empleo. Y ante las consecuencias penosas del déficit público para una economía abierta al exterior, como España, miembro de la Eurozona, complementariamente, recordando viejas tesis derivadas del anticapitalismo nacido en el manifiesto célebre de 1848, no se imaginan más que alzas en la presión tributaria sobre el mundo empresarial, especialmente sobre el banquero y sobre las rentas particulares medias y altas.
El profesor Schwartz señalaba la «imposibilidad, ahora y siempre, de resolver los problemas de Hacienda con más recaudación» , al contemplar el inicio de este panorama. Mostraba otro camino, el de contener el gasto público y una fuerte actividad. ¿No conviene tenerlo en cuenta?
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