Los «culpables» de que el camping esté de moda

Para que alguien disfrute de sus vacaciones, otra persona tiene que trabajar y un buen ejemplo son los directores de estos establecimientos, que este verano están viviendo una buena temporada después de años a la baja

El camping es una buena opción para viajar en familia ISABEL B. PERMUY
Enrique Delgado Sanz

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Unos viven allí, otros prefieren dormir en casa. Unos están a pie de playa y otros junto a montes de interior, pero todos ellos acogen día a día a gente nueva , ya sean extranjeros, familias con niños o jóvenes en busca de aventuras y jornadas para el recuerdo con sus amigos en la naturaleza. Son los dueños, gerentes o simplemente los jefes de los campings , que este verano no dan abasto, y que tampoco escatiman horas de trabajo para que sus visitantes disfruten de las vacaciones.

«Nosotros trabajamos con la ilusión de la gente, que pasa todo el año pensando en sus vacaciones. Nos la jugamos . El reto es que no se arrepientan», resume Pablo Parra, director del Camping Resort El Escorial , en Madrid, un establecimiento que puede dar alojamiento a entre 4.000 y 5.000 personas cada día.

También de interior, más concretamente en Soria, Julio Bravo, dirige el Camping Cañón del Río Lobos , del que acaba de hacerse cargo este verano. Pese a ello, él también tiene clara su misión: « Que quien venga esté contento . Que la gente esté a gusto es una de las mayores satisfacciones que podemos tener». Y para conseguirlo, todo tiene que estar perfecto y nada, o las menos cosas posibles, pueden salir mal.

Bravo ha comenzado este año con la aventura de dirigir un camping CEDIDA

«La verdad es que siempre ocurren cosas , y más en un resort tan grande, porque cuando no hay un problema con un socorrista es con alguien de limpieza o aparece alguna queja de la gente, pero la clave es luchar contra todos estos problemas», explica Parra. «Todos echamos una mano, a mi hijo Diego le he fastidiado un poco el verano y también nos ayuda cuando hace falta», detalla Bravo, quien antes de meterse en la aventura de dirigir el camping, era consciente de la tarea.

Flexibilidad y exigencia diaria

«Ya sabía que esto era duro», suscribe el empresario que, además de coordinar todas las labores, echa una mano allá donde es necesario. «El trabajo en este camping tiene dos partes fundamentales, la del propio camping y la restauración, que es más complicada. Por ejemplo el otro día se fue una persona y tuvimos que sacar adelante el trabajo de ocho entre seis y medio», ejemplifica Bravo.

Parra ha hecho de todo en el camping, donde entró con 16 años ISABEL B. PERMUY

Situaciones así seguro que también ha vivido Parra, quien sostiene una trayectoria más larga trabajando en el camping. « Empecé de jovencito y he ido pasando por diferentes puestos. A los 16 o 17 años fui socorrista, luego vigilante, pasé por la recepción, también he sido encargado y ahora llevo cinco años de director», enumera este gestor, que coincide con Bravo al señalar que, para que un camping funcione, el líder debe ser flexible: «Ahora en temporada alta , cuando voy, nunca puedo hacer lo que está programado. No apagas fuegos, pero sí vas solucionando los problemas que surgen».

Otro estilo de vida

«Nosotros aquí, como estamos en el norte, vivimos día a día y mirando al cielo», reconoce entre risas Mercedes Ariza, administradora del Camping Playa de Otur , al lado de Luarca, en Asturias. Según llueva o no, la actividad en los campings del norte varía, como es normal, y eso condiciona mucho el volumen de trabajo por allí. «No hay manera de prever las cosas porque si llueve, se vacía, pero si hace un sol que no veas, estamos hasta la bandera, por lo que todo es muy difícil de organizar», explica la administradora, que aún recuerda cómo empezó en este negocio hace 12 veranos junto a su marido.

Ambos trabajaban en Madrid pero quisieron cambiar su forma de vida y, como campistas expertos que eran, les surgió la oportunidad de entrar a dirigir el camping. «Nosotros ya habíamos estado aquí veraneando, pero por un cúmulo de circunstancias, nos dijeron que si nos interesaba», revela Ariza, quien recuerda las dudas iniciales —«se nos hacía muy grande en todos los sentidos, dice—, que quizá le hacen valorar más el buen momento actual: « Estamos encantados , esto es el paraíso». Y efectivamente, para los que acuden todos los días a disfrutar de la naturaleza, el camping es un paraíso, por lo que nunca está de más reconocer la labor de unas personas que trabajan cuando todos los demás están de vacaciones. Aunque también les guste lo que hacen.

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