La crisis que reivindicó todo el valor del capital humano

En un momento de máxima incertidumbre, muchas compañías apostaron por reconocer el esfuerzo de sus trabajadores con mejoras laborales, bonificaciones e incluso subidas salariales

Una cajera con mascarilla en un supermercado de Córdoba VALERIO MERINO

Charo Barroso

En medio de la incertidumbre, de ERTE y de negocios con los cierres echados, algunas empresas han decidido proteger o compensar a sus trabajadores. Amén de la primera línea del personal sanitario, trabajadores de fábricas de productos alimenticios, repartidores, empleados de supermercados, farmacéuticos... han trabajado para que no falte nada a quienes permanecían confinados en casa. Para recompensar su esfuerzo (además de velar en primer lugar por su seguridad) se han introducido mejoras laborales en forma de bonificación, tarjetas regalo o, incluso, subidas salariales .

El informe «Global Talent Trends» elaborado por Mercer señala que las empresas preocupadas por el bienestar de sus empleados están mejor preparadas para superar la crisis sanitaria y son hasta cuatro veces más productivas. En su estudio precisa que cada vez más las empresas están poniendo el foco en la protección de la salud, bienestar financiero y aspiraciones de formación de sus empleados. Además, señala que sus directivos «deben reconsiderar sus responsabilidades con los empleados y sus ganancias futuras, ya que el 63% de los líderes de Recursos Humanos predice un estancamiento de los sueldos. Y deben hacerlo mientras enfrentan desafíos imprevistos como la Covid-19 y un probable debilitamiento económico que podría afectar a la adopción de nuevas estrategias de fuerza laboral». En este sentido, insiste en que más que nunca los trabajadores esperan que sus empleadores cuiden su salud y que para las empresas «ganar con empatía» será algo clave para mantenerlos motivados en medio de tanta incertidumbre.

Sobre esta cuestión, Guido Stein, profesor del Departamento de Dirección de Personas en las Organizaciones y Unidad Docente de Negociación de IESE Business School, coincide en que las empresas no han de incrementar ni la incertidumbre, ni crear más dolor del necesario a sus empleados, aunque puntualiza que «a pesar de que el deseo sea cuidar al trabajador, hacerlo económicamente cuando se te cae la cuenta de resultados es difícil ».

Crisis asimétrica

Recuerda que esta crisis ha afectado de manera asimétrica: «Es como los pacientes, los hay con patologías livianas y otros mucho más graves. Hay que estar cerca del paciente, no hacerle sufrir, ni meterle un miedo innecesario. La protección psicológica del trabajador es ahora no solo deber moral , sino también una estrategia sensata de gestión. Y aquellas que tengan liquidez y solvencia para tener detalles contantes y sonantes con su personal, pues estupendo. Es un momento en el que no hay que ahorrar esfuerzos».

No obstante, Stein advierte de que «habrá otras que no solo no podrán, sino que además tendrán que tomar decisiones duras para sobrevivir y recuperarse. Tanto para empresas como para trabajadores es el momento de los deberes y no de los derechos. Hay que entender que no reanimar a determinados enfermos no es eutanasia y que los protocolos médicos están para que las decisiones se puedan tomar con rapidez. Si los médicos han sido capaces, los directivos también han de serlo », sentencia.

José Canseco, profesor de EAE Business School y CEO de TheHuman Touch, «es importante distinguir tanto las medidas de preocupación de las empresas por sus empleados como el fomento de la seguridad, de la conciliación laboral, flexibilidad, ayudas... donde con cuantas más se apoye al empleado mejor, y separarlas de otras acciones de incentivo, de ‘‘stock options’’, que están ligadas al beneficio a largo plazo».

Muchos supermercados premiaron con bonificaciones o incentivos el esfuerzo de sus trabajadores para que ningún alimento faltara en los hogares españoles

Y precisa que, ante la compleja situación del mercado en la que nos encontramos por la Covid-19 , lo contraproducente es aumentar el objetivo. «Hay que ser realistas con el nuevo escenario y si se establecen incentivos futuros para el empleado cuando va a ser casi imposible lograrlos, lo único que se conseguirá es desanimar al trabajador, que ni va a alcanzarlos ni los va a cobrar. A esta franja de desánimo la llamamos el valle de la muerte».

Para Canseco es importante ofrecer seguridad física y emocional a los empleados. «En un tiempo de incertidumbre, y donde hemos parado el motor, se necesitan estímulos que compensen y cualquier iniciativa es positiva para volver a arrancar», dice, e insiste en que desde hace tiempo muchas empresas señalan que han puesto en valor a las personas: «Ahora, en tiempos difíciles y duros pueden demostrar si eso es verdad. Pero también hay que entender que para muchas hacerlo cuando se está cayendo el chiringuito es complicado . Se nubla la visión estratégica y es más difícil pensar en el empleado».

Otras de las opciones para cuidar a los empleados en esta crisis sanitaria, en especial en Estados Unidos, donde no existe sanidad pública, ha sido el regalo de seguros médicos. «En España tienen ya implantado este incentivo muchas compañías. No obstante, en sectores como el marítimo o para ejecutivos internacionales se hará necesaria una mayor cobertura. La empresa tiene que generar seguridad», señala Canseco, para quien en este momento es clave «pensar de forma diferente, transformar la manera de hacer las cosas, realizar propuestas de valor y diferentes, frescas e innovadoras. Las empresas que actúen así y además den valor al trabajador serán las primeras en salir adelante ».

Las acciones de las compañías para proteger a sus trabajadores son, y mucho más ahora, algo valorado por la sociedad. La consultora Edelman ha lanzado una encuesta especial para conocer cómo está cambiando la confianza en las organizaciones y expectativas de la ciudadanía en esta crisis sanitaria. La opinión es clara: el 49% de los encuestados considera que las empresas están mejor preparadas para afrontar esta pandemia que los países , y un 62% de los trabajadores confía en que su compañía responda de forma efectiva y responsable, y un 78% espera que las compañías aseguren la protección de la salud de los empleados. Y puntualiza que «la comunicación transparente, la protección de la salud de los empleados y la estabilidad laboral diferenciarán a las compañías comprometidas con el desarrollo justo y sostenible».

Salario emocional

Javier Cervera, del área de Incentivos de Edenred España, empresa especializada en beneficios para empleados, tiene clara la importancia de incentivar y premiar a los trabajadores por el esfuerzo que realizan y de su valor durante la pandemia. «Hay compañías que están premiando el no absentismo de los trabajadores. Muchos de los que tienen que salir a realizar su labor fuera de casa están haciendo un esfuerzo extraordinario que merece una recompensa extraordinaria. Se enfrentan al miedo de contagiarse, al temor de llegar a casa y proteger a la familia y, por si esto fuera poco, algunos se han encontrado con desconfianza o el desagradecimiento de vecinos. El riesgo emocional que están soportando es alto», señala Cervera, para quien «suprimir los incentivos no es acertado. Ahora muchas no podrán recompensar al trabajador, pero basta con dejar su compromiso por escrito para cuando sea posible en el futuro». En referencia al hecho de que la mayoría de las acciones de compensación de las compañías hayan sido monetarias, Cervera explica que el empleado suele preferir la opción de una retribución económica para poder decidir con libertad en qué gastarla, e insiste en que es mucho mejor que esta sea fuera de nómina.

Este experto está convencido de que habrá «un antes y un después de la crisis sanitaria en la relación entre empresa y trabajador; donde primará la confianza y la preocupación por el empleado más allá de una palmadita en la espalda».

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