El coste de la luz de la gran industria en España es más del doble que en Alemania y Francia
Los recargos e impuestos siguen encareciendo los precios finales en nuestro país

Las industrias electrointensivas en España –aquellas que soportan un gran consumo de energía en sus procesos productivos como, por ejemplo, Acerinox, Alcoa, ArcelorMittal, Air Liquide, Ercros, Sidenor, Tubos Reunidos, Asturiana de Zinc, Ferroatlántica, grupo Gallardo y Carburos Metálicos–, volvieron a tener el año ... pasado unos elevados costes. En esta ocasión, fueron más del doble que los que tuvieron los mismos sectores en Francia y Alemania, lo que repercute muy negativamente en la competencia de las empresas españolas respecto a las de esos países.
En concreto, y según datos de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE), el precio final de la electricidad en España para las compañías electrointensivas fue de 45,16 euros el megavatio hora (MWh), frente a los 21,15 euros en Francia y los 20,13 euros en Alemania.
En 2020, los costes regulados —peajes y cargos del sistema— no han variado, al igual que en los últimos años, pero suponen más del 25% del precio final. Sí variaron los servicios de ajuste, que se han encarecido, en particular los precios de las restricciones técnicas, en más de 1,1 euro el MWh.
Además, la industria electrointensiva española no disfrutó en 2020 de las compensaciones de los peajes de transporte eléctrico ni de la de los cargos de financiación de las renovables, existentes para Alemania y Francia, por lo que el precio eléctrico a fin de año en España es más del doble que el precio alemán y que del francés, según AEGE.
Es decir, que frente a unos precios de la electricidad muy similares en el mercado (33,96 euros el MWh en España, 32,19 euros en Francia y 30,49 euros en Alemania), los diversos costes regulados, recargos e impuestos que se aplican en nuestro país son los que encarecen el precio final de la electricidad para las grandes industrias.
Desde AEGE subrayan que «para la industria electro-intensiva, industria de los productos básicos, los precios de la energía eléctrica son un asunto vital puesto que la electricidad llega a representar el 50% de nuestros costes de producción».
Y destacan que las menores ayudas por costes de compensación de CO2 y la falta de subastas de interrumpibilidad en España encarecen aún más el precio final de la luz en nuestro país.
El problema de los elevados costes energéticos de las empresas españolas ha sido reiteradamente denunciado por la CEOE, para quien l a energía «es un factor de competitividad clave para muchas empresas y sectores industriales» . Por ello, el objetivo de esta organización en cada una de las iniciativas legislativas, tanto a nivel europeo como nacional, «es lograr un precio competitivo de la energía para mejorar la situación económica de nuestras empresas».
Además, la patronal trabaja para «reiterar la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado que permita lograr un sistema energético estable, predecible y sostenible en el tiempo. Para ello, es necesario un mix energético que garantice que nuestro país cumpla con las políticas y compromisos adquiridos al menor coste posible.
El Estatuto ha defraudado
Hay que recordar que el pasado 15 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobó el esperado Estatuto de los Consumidores Electrointensivos, una medida que beneficiará a 612 empresas de alto consumo eléctrico, «rebajando su recibo de la luz y elevando así su competitividad», según destacó la ministra de Industria, Reyes Maroto.
En total, beneficiará a 612 empresas de más de 60 actividades industriales, que suman unos 300.000 trabajadores , y, junto con las compensaciones por costes de emisiones indirectas de CO2 (dióxido de carbono) y el Fondo Español de Reserva para Garantías de Entidades Electrointensivas, «supondrá un nuevo marco legal al servicio de la gran industria».
Sin embargo, después de dos años de espera para que ese estatuto viera la luz, «no nos sirve, solo nos rebaja en 54 céntimos de euro el precio de la electricidad» , afirmó Andrés Barceló, director general de Unesid, la patronal de la siderurgia en España.
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