Qué son los «coronabonos» y por qué pueden salvar a la economía española
Europa vuelve a debatir sobre mutualizar la deuda de los Estados para luchar contra una crisis que nada tiene que ver con los excesos de 2008
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La magnitud que la amenaza económica desatada por el coronavirus supone para las cuentas públicas de los países de la Eurozona ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de que el Banco Central Europeo emita eurobonos, actualmente bautizados como coronabonos. Numerosos economistas e incluso el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos , han alzado la voz para pedir la puesta en marcha de algún tipo de instrumento que permita mutualizar los riesgos presupuestarios de los países derivados de la pandemia. «Una mayor ambición y coordinación de la respuesta a escala europea no es una opción; es una necesidad », dijo la semana pasada Hernández de Cos en un comunicado. A continuación sigue un repaso a las principales claves de esta herramienta financiera con la que se pretende proteger a Europa frente al tsunami del Covid-19.
¿Es una iniciativa nueva?
La idea de lanzar un bono de deuda compuesta a su vez por los distintos bonos nacionales ya ha encallado en anteriores ocasiones. Frenada sobre todo por el miedo en los países del norte a terminar pagando con esta iniciativa la fiesta de los del sur. De hecho, durante la crisis del euro, Alemania, junto a otros países del centro de Europa se negaron en rotundo a hacer una emisión conjunta de deuda, incluso en los momentos más duros en los que la supervivencia de la UE estuvo amenazada.
¿Por qué es ahora distinto?
Esta crisis no se trata de fiestas, ni de déficits, sino de una epidemia sanitaria que amenaza a todos los territorios y sociedades de la Eurozona sin discriminación. El daño económico que se avecina es muy grave y dependerá de las medidas que haya que tomar para controlar la epidemia y, sobre todo, su duración. Mientras esto dure, los distintos gobiernos van a tener que tejer una red de protección sin precedentes, ofreciendo apoyo a trabajadores y empresas, lo que augura un aumento de los gastos presupuestarios sin precedentes.
¿Qué posición tienen ahora los países al respecto?
En la última videoconferencia del Consejo Europeo, el 17 de marzo, el primer ministro italiano solicitó la utilización de eurobonos en esta crisis, y la respuesta de la canciller alemana, Ángela Merkel, no fue una oposición tajante , y hasta admitió que su ministro de finanzas participara en los debates. Además, Alemania ha activado una contundente respuesta para proteger a sus empresas y trabajadores. Al lado de Merkel se situarían Sebastian Kurz , el primer ministro austriaco, y Ursula von der Leyen , actual presidenta de la Comisión Europea, mientras que la principal oposición la habría mostrado el primer ministro holandés, Mark Rutt e .
Ayer por la noche se confirmó que El Eurogrupo no propondrá por ahora la creación de bonos de deuda colectiva. Ni en la anterior crisis hubo un acuerdo para crear los «eurobonos» ni ahora parece que se vayan a aprobar los «coronabonos», según informó Enrique Serbeto . El ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, admitió al comienzo de la reunión que «no hay consenso» para este tipo de emisiones, así que los ministros buscaron otra fórmula más imaginativa para proponer a los jefes de Estado y de Gobierno, que mañana se reunirán (telemáticamente) para tomar la decisión final, si es que hay una.
¿Y España?
Además del gobernador del Banco de España, el propio presidente Pedro Sánchez se ha mostrado activo a la hora de solicitar a Europa que ponga en marcha los eurobonos. Durante su comparecencia el pasado sábado, Sánchez enumeró las medidas que España lleva defendiendo ante Europa en las últimas semanas y citó un «gran Plan Marshall de inversiones públicas» para el conjunto de la UE, así como relajar las normas del Pacto de Estabilidad o la emisión de eurobonos para mutualizar la deuda . «Hemos defendido que el Mecanismo de Estabilidad que dotó la UE después de la crisis de 2008 sea un mecanismo de estabilidad para emitir bonos que mutualicen la deuda a nivel europeo, por ejemplo, emitiendo bonos en coronavirus», dijo Sánchez. «Es lo que ha propuesto por ejemplo la gobernadora del BCE, Lagarde, y la presidenta de la CE, Von der Leyen, y que desde luego el Gobierno de España junto con otros mucho países pedimos y exigimos, y lo vamos a seguir haciendo en los foros que correspondan», aseveró.
¿En qué pueden ayudar ahora los Eurobonos?
Se trata de evitar la fragmentación de la Eurozona . Cuando llega algún «shock» fuerte al mercado del Viejo Continente, el BCE tiene que dedicarse a evitar que las diferentes primas de riesgo se disparen porque esa situación impide que sus decisiones de política monetaria lleguen sin distorsiones a la economía real. Ahora la actuación decidida del BCE -aunque con retraso, tras una primera intervención de Lagarde que avivó el pánico- supone un seguro contra esta fractura del mercado de deuda. Pero lo cierto es que las diferencias entre los volúmenes de deuda pública de los distintos países pueden volver a poner a prueba las costuras de la Unión Europea , sacando a relucir las divergencias estructurales entre sus miembro. España figura entre los países más endeudados de la zona euro y su economía, basada en buena parte en servicios y turismo, y con un amplio porcentaje de pymes , está muy expuesta al choque del virus.
¿Cómo puede ponerse en marcha?
Actualmente nos movemos en el terreno de las suposiciones. Aunque una de las opciones que se barajan sería el uso del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), dando vía libre a una mutualización de su deuda excepción y temporal. Actualmente el MEDE cuenta con una capacidad de préstamo de 410.000 millones de euros. Para los países que mantienen una posición más reacia a la puesta en marcha de este instrumento, el hecho de que sea algo excepcional y temporal será utilizado como incentivo. Cabe recordar que el grupo de sabios que asesora al gobierno alemán ya propuso durante la crisis del euro que se creara un «fondo de salvamento de la deuda» que se hiciera cargo del exceso de deuda de cada país miembro sobre el 60% de manera excepcional y temporal.