La confianza empresarial se hunde tras el Brexit

El ministro de Economía anuncia un reajuste fiscal al revelarse un parón similar al del año 2008

Theresa May, nueva primera ministra de Reino Unido EFE

Luis Ventoso

A diferencia de lo que ocurrió en España en los años más crudos de la crisis, cuando algunos medios españoles se abonaban al apocalipsis y hasta pedían el rescate, la mayoría de la prensa inglesa ha tratado de enmascarar las consecuencias del Brexit. Salvo excepciones como el «Financial Times», en general los malos datos no se destacan en las portadas, especialmente en las de los periódicos que pidieron el «out», que mantienen una campaña de optimismo de corte nacionalista. La bolsa se mantiene a niveles de antes de la votación del 23 de junio y esta semana se ha conocido un positivo dato de paro, que ha caído al 4,9%. Acogiéndose a esos dos indicadores, algunos diarios han echado las campanas al vuelo. «Gran Bretaña: 'boom' tras el voto contra la UE. Ignorad a los agoreros. Todo son buenas noticias », rezaba esta semana la primera del diario sensacionalista «Daily Express».

Pero la realidad es tozuda. IHS Marking , una consultora londinense de prestigio mundial y a la que los mercados escuchan, ha publicado hoy una lúgubre encuesta sobre la situación de la economía británica cuatro semanas después del triunfo del Brexit. Han entrevistado a los responsables de compras de 1.250 empresas y su conclusión es que se está registrando una desaceleración que no se veía desde abril de 2009 , en plena sacudida de la crisis financiera global. Según sus cálculos, la economía podría contraerse un 0,4% en el último trimestre de este año, que contrasta con el alza del 0,4% del primero. «Se está produciendo un dramático deterioro» , concluyen.

Reino Unido registra una desaceleración que no se veía desde abril de 2009

La encuesta provocó una caída inmediata de la libra, que perdió un 1% frente al dólar. Tras el Brexit, la divisa británica cotiza frente a la estadounidense a niveles de mediados de los años 80. La libra también se ha debilitado ante el euro : en agosto del año pasado estaba a 1,44 euros y ahora, a 1,19. La esterlina débil ha estimulado las exportaciones británicas, pero la energía y las materias primas les resultan ahora más caras a sus empresas. Los empresarios se quejan además de que el Gobierno no parece tener un plan claro para manejar el Brexit. Por ahora, Theresa May se limita a repetir su mantra «Brexit es Brexit», que empieza a sonar un poco vacuo.

Philip Hammond, el nuevo ministro de Economía, desdeñó el estudio que recoge una acusada pérdida de confianza de las empresas y dijo que no son «datos concretos, sino sensaciones». Pero lo cierto es que el informe le ha obligado a reaccionar. Antes de salir de viaje a China, donde explorará opciones comerciales de futuro alternativas a la UE, reconoció que en su presupuesto de otoño tendrá que reajustar la política fiscal. Los analistas esperan más gasto público y tal vez recortes fiscales a modo de estímulos. El objetivo de la consolidación fiscal se aparcará. También se cree que el próximo mes el Banco de Inglaterra recortará los tipos de interés.

La nueva primera ministra arrumbó nada más llegar una de las promesas más queridas por Cameron y su ministro Osborne, la de lograr en 2020 un superávit fiscal. May ha renunciado a esa meta, porque sabe que el Brexit obligará a hacer una política expansiva, a fin de intentar contrarrestar el parón generado por la desconfianza entre los inversores mundiales y la de los propios empresarios británicos. De ser un imán para el dinero del mundo, Londres ha pasado en solo cuatro semanas a convertirse en una plaza que siembra dudas.

Se teme que Reino Unido pueda entrar en recesión a comienzos del año que viene

El FMI ha recortado un 0,9% la previsión de crecimiento para este año del Reino Unido , que se queda ahora en 1,3%. Chris Wilson, el economista jefe de la consultora IHS Markit no oculta el calado del problema de su país. «Solo hemos visto un parón así en la crisis asiática de 1998, en el pinchazo de la burbuja tecnológica y en la crisis financiera global en 2008 y 2009. La diferencia es que esta vez es un problema doméstico, lo que lo agrava. Está ocurriendo justamente lo que nos advirtieron los economistas que podía pasar».

La encuesta de IHS recoge también el pulso del resto de la UE, donde frente a la contracción británica se mantiene el mismo ritmo previo al referéndum, incluso con un aumento del empleo.

Si la batería de medidas del Banco de Inglaterra y el Gobierno no es rápida y contundente, se teme que el Reino Unido pueda entrar en recesión a comienzos ya del año que viene, a pesar del entusiasmo de la prensa «brexiter».

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