El cierre del gasoducto del Magreb y la llegada del frío tensionan el suministro de gas y sus precios

A partir de ahora surge una importante incertidumbre sobre la seguridad del suministro de gas a España, ya que Argelia es nuestro principal proveedor de esta materia prima (aproximadamente el 50% del total). Además, el cierre del gasoducto se produce en el peor de los momentos, con la llegada del frío –y el consiguiente incremento de la demanda–, y con un escenario de precios internacionales muy altos.

En condiciones normales, España no debería tener problemas de suministro de gas en los próximos meses. Sin embargo, cualquier incidente que se pueda producir en el gasoducto Medgaz o la llegada de una fuerte ola de frío como la de Filomena de enero pasado tensionaría el suministro de gas y, sobre todo, de sus precios si gran parte de los aprovisionamientos tuvieran que realizarse en buques metaneros. Hay que recordar que actualmente los fletes de esos barcos están muy solicitados y con precios muy caros por el aumento de la demanda de gas en China y en India.

Prueba de ello es que en agosto se exportó gas desde las plantas españolas a India, por primera vez desde octubre de 2017 (2.040 GWh), y a China (1.154 GWh), algo que no sucedía desde hacía siete años. Aunque son cifras muy poco significativas respecto a los 31.222 gigavatios hora (GWh) importados en total por España ese mes, refleja la situación actual, con una fuerte demanda de los mencionados países.

En los primeros ocho meses del año, España importó 264.550 GWh, un 10,6% más que en el mismo periodo del año anterior. El 49,11% llegó por los dos gasoductos y el 50,89% en forma de GNL en buques. Los principales suministradores fueron, además de la mencionada Argelia (47,33%), Nigeria (10,65%), EE.UU. (10,18%) y Rusia (10%).

Lógicamente, si hubiera algún problema con el gasoducto Medgaz, nuestro país aumentaría las importaciones de Nigeria, EE.UU. y Rusia o de cualquiera del resto de países –una veintena– que nos suministran habitualmente.

Desde Enagás, el operador del sistema gasista nacional, se ha lanzado un mensaje tranquilizador y destacan que este mes ha empezado con un 65% más de gas natural licuado (GNL) en las seis plantas de regasificación (donde descargan los buques metaneros) que hay en España: 18,8 teravatios hora (TWh) frente a los 11,4 TWh de octubre de 2020. La existencia media de gas en los tanques de las citadas plantas suma es del 78%, siendo la de Sagunto (Comunidad Valenciana) la que más tiene en estos momentos (98% de su capacidad), seguida de las de Barcelona (91%), Cartagena y Huelva (ambas con el 72%), Bilbao (64%) y Mugardos (55%).

En cuanto a los almacenamientos subterráneos, están ya al 82% de su capacidad, con 28,3 TWh almacenados. En total, las existencias de gas equivalen a 40 días de consumo. Además, para este mes se ha contratado el 100% de la capacidad ofertada en las plantas de regasificación, el máximo posible, reservando solo un 5%, según la legislación, para su oferta y contratación diaria.

Por lo tanto, la capacidad contratada en los tanques de GNL para noviembre es del 95% «el máximo posible», subraya Enagás, frente al 57% contratada en noviembre de 2020. Para diciembre, y a falta de una subasta, la capacidad contratada es ya del 77,41%, cuando el año pasado fue del 58,71%.

En cuanto a los ‘slots’ para las descargas de buques en las plantas españolas para el invierno, que abarca de noviembre a marzo, ya hay adjudicados 136. El invierno pasado descargaron en las plantas españolas 86 barcos. Este año, hasta la semana pasada, habían descargado 197 buques, según Enagás.

«Con esta situación, a día hoy y con las reservas de ‘slots’ y capacidad ya realizadas por los comercializadores, no hay indicios objetivos de una situación de falta de suministro gasista en los próximos meses», afirma el operador del sistema.

Afortunadamente, España cuenta con una de las mejores infraestructuras gasistas del mundo. De hecho, solo Corea del Sur tiene más regasificadoras que nuestro país (seis).  El único déficit está en las interconexiones internacionales, ya que aunque contamos con dos gasoductos que conectan con Francia y otros dos con Portugal, las cantidades de gas que llegan por ellos es muy baja.

En estos momentos de incrementos de la demanda y de subida de los precios más de uno se lamentará del fracaso del proyecto de construcción de un gasoducto, el MidCat, que iba a discurrir entre Martorell (Barcelona) y Barbaira (Languedoc-Rossellón, Francia), a través de los Pirineos.

La oposición vecinal en Cataluña y la habitual desidia francesa con las interconexiones con España (como en el sector eléctico), facilitaron que tanto la Unión Europea como los reguladores de ambos países (CNMC y CRE) dieran carpetazo al proyecto en 2019. El proyecto había nacido en 2005 con una inversión prevista de 3.000 millones de euros.