China: un gigante que debemos poner en perspectiva
«Cuando se desvela la adquisición de una gran empresa en Europa, lo primero que nos viene a la cabeza es que haya sido una empresa china la adquirente»
Hace unos años tenía que hacer esfuerzos para convencer a quien me escuchara de que China está por convertirse en la primera economía del mundo a todos los efectos. Hoy por hoy, las noticias incesantes sobre el poderío de China me han hecho la tarea mas fácil. Así, cuando se desvela la adquisición de una gran empresa en Europa, lo primero que nos viene a la cabeza es que haya sido una empresa china la adquirente.
No cabe duda de que China se ha convertido en un importante inversor en el mundo . Si nos centramos en la inversión directa y, más concretamente, en la adquisición de empresas, China se ha hecho con importantes empresas europeas: la suiza Sygenta por 40.000 millones de dólares en 2016; la empresa eléctrica portuguesa, EDP, por 27.000 millones en 2018; y algunas más pequeñas, pero quizás más importantes desde el punto de vista tecnológico, como puede ser la empresa alemana de robótica Kuka en 2016.
Aunque las cifras puedan parecer gigantescas, la realidad es que las adquisiciones por parte de empresas chinas distan aún mucho de emular las de empresas europeas y americanas. En otras palabras, en lo que respecta a la inversión directa, Europa, seguida de Estados Unidos, es un inversor mucho más importante de lo que lo es China.
En lo que, sin duda, China es un gigante es en la producción y exportación de bienes, así como en la realización y financiación de proyectos de infraestructuras de gran envergadura. En cuanto al primer punto, amerita recordar que la capacidad exportadora de la Unión Europea en su conjunto es muy superior a la de China , pero sí que es cierto que China hace ya años que ha sobrepasado a Alemania en capacidad exportadora. Esta realidad y muchas otras de esta naturaleza deberían hacernos pensar como europeos que la unión sin duda hace la fuerza.
En lo que respecta a la inversión directa, Europa, seguida de Estados Unidos, es un inversor mucho más importante de lo que lo es China
Por último, el empuje que China está dando a la construcción y financiación de infraestructuras, especialmente en países emergentes y, en concreto, a lo largo de la llamada «Nueva Ruta de la Seda», es colosal. Se habla de más de 300.0000 millones de dólares en préstamos en esos países pero, por muy grande que parezca, dista mucho del montante de préstamos transfronterizos que los bancos europeos otorgan cada año al resto del mundo, que es mucho mayor.
En otras palabras, aunque China sin duda es la primera potencia económica del mundo, o está muy cerca de serlo, según la medida que queramos tomar, sigue sin ser el principal inversor y ni siquiera el principal exportador ni el principal prestamista. La vieja Europa, con sus problemas y con su futuro incierto, está arriba en el pódium en todos estos aspectos. Con la salvedad de que cuando hablo de la vieja Europa me refiero a la Unión Europa, que pronto perderá a uno de sus principales miembros y que cada vez está más fracturada.
China ha hecho grandes progresos pero Occidente, y sin duda Europa, se lo ha puesto muy fácil.
Alicia García Herrero es economista jefe para Asia-Pacífico en Natixis e investigadora sénior en Bruegel