China crece un 4,8 por ciento en el primer trimestre pese al confinamiento de Shanghái
El impacto de las restricciones aleja al PIB del objetivo anual, fijado en el 5,5 por ciento
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Pese a todos los obstáculos dentro y fuera de sus fronteras, la economía de China empieza el año como acabó el anterior: creciendo. Su producto interior bruto (PIB) aumentó un 4,8 por ciento en el primer trimestre de 2022, según datos publicados esta mañana por la Oficina Nacional de Estadística.
Esta tasa anualizada supone una aceleración con respecto al 4 por ciento del periodo precedente, el último trimestre de 2021. Lo hace, además, a un ritmo superior a lo previsto: la encuesta de expertos realizada por 'Bloomberg' arrojaba un pronóstico del 4,2 por ciento .
Dicho repunte llega mientras la ciudad más poblada del gigante asiático y su núcleo comercial, Shanghái, mantiene un confinamiento domiciliario de duración indefinida ante el foco más virulento desde el comienzo de la pandemia, causante de casi 400.000 casos desde marzo . Las restricciones, en vigor desde hace tres semanas, han lastrado el desempeño económico del país, aunque sus efectos serán palpables en la cuenta de resultados del próximo trimestre. A esto se suma, asimismo, los efectos de la invasión rusa de Ucrania.
«Tenemos que ser conscientes de que el entorno nacional e internacional se está volviendo cada vez más complicado e incierto, y que el desarrollo económico afronta retos y dificultades significativos», ha declarado esta mañana Fu Linghui , portavoz del organismo gubernamental, al presentar los datos.
China se coloca, de este modo, ligeramente por debajo de la trayectoria necesaria para alcanzar el objetivo fijado en la reunión anual del aparato legislativo el pasado mes de marzo, «alrededor del 5,5 por cierto», el más bajo desde 1991. A consecuencia del rebrote de Shanghái , el Banco Mundial ha rebajado sus previsiones de crecimiento para el PIB chino al 5 por ciento, en línea con otros organismos internacionales como el Banco Asiático de Desarrollo.
La semana pasada, el primer ministro Li Keqiang alertó de una «cierta urgencia» y llamó a «estabilizar los fundamentos económicos». El cuerpo institucional ya ha reaccionado: el banco central anunció el viernes una esperada rebaja al coeficiente de caja bancario, liberando por tanto liquidez que permita espolear una economía amenazada por varios frentes .
«Existe la posibilidad de que la generosidad de los estímulos de 2008 y 2020 se repita si la preocupación sobre el crecimiento sigue aumentando. Pero, por ahora, la mayoría de los indicios muestran que el banco central está adoptando una posición cautelosa», apuntaba el analista Julian Evans-Pritchard en un informe reciente de la consultora Capital Economics.
Mayor desempleo
Otras cifras reveladas esta mañana completan la evaluación de la economía china. El desempleo urbano –índice que no contabiliza una gran masa de trabajadores migrantes– saltó al 5,8 por ciento, unas décimas por encima del objetivo gubernamental, fijado « por debajo de 5,5 ». En el caso de los menores de 25 años, este alcanza el 16 por ciento. Las autoridades también aspiran a crear «11 millones de nuevos puestos de trabajo urbano», de los que entre enero y marzo completaron 2,85.
La producción industrial, indicador de la actividad en el sector manufacturero, creció un 5 por ciento durante el mes de marzo, inferior a la media de 7,5 correspondiente a enero y febrero; mientras que la inversión en activos fijos repuntó un 9,3 por cierto. Las ventas al por menor reflejaron la caída más significativa , perdiendo un 3,5 por ciento anual en el mismo mes tras crecer un 6,8 en los dos anteriores.
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