China crece un 2,3% en 2020 y se erige como la única gran economía que resiste al coronavirus

La recuperación se ha basado en la producción industrial para las exportaciones, pero al consumo le cuesta despegar por la incertidumbre y los últimos rebrotes

Los habitantes de Wuhan durante la celebración de Año Nuevo en Wuhan AFP
Pablo M. Díez

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A pesar del impacto del coronavirus tras su estallido en Wuhan hace ahora un año, que obligó a parar el país los tres primeros meses, China siguió creciendo en 2020. Resistiendo a la pandemia, su Producto Interior Bruto (PIB) se elevó un 2,3 por ciento y será la única gran economía que no presente números rojos en tan catastrófico año.

Confirmando su recuperación en V, el PIB chino subió durante el cuarto trimestre un 6,5 por ciento interanual, más de lo previsto por los expertos e incluso por encima del 6 por ciento registrado en el mismo periodo de 2019, antes de la epidemia. Tras desplomarse en el primer trimestre un 6,8 por ciento por el coronavirus, que obligó a detener todo el país, la economía china creció un 3,2% en el segundo y un 4,9% en el tercero gracias al control de la epidemia. Mientras el resto de países, sobre todo en Europa y América, sigue sin levantar cabeza tras la virulenta tercera ola desatada tras la Navidad, el gigante asiático presenta un crecimiento envidiable dentro de la crisis que vive la economía global, la mayor desde la “Gran Depresión” de 1929. Aun así, es el más bajo desde la contracción del 1,6 por ciento que sufrió China en 1976, al final de la convulsa “Revolución Cultural”. Además, y aunque está por encima del 1,9 que preveía el Fondo Monetario Internacional (FMI), se halla muy lejos del 3 por ciento que los analistas más optimistas vaticinaban en la Prensa oficial con evidentes fines propagandísticos.

“Se han cumplido los objetivos económicos y sociales fijados mejor de lo esperado y se espera que China sea la única gran economía del mundo que consiga un crecimiento positivo en todo el año”, se congratuló el director del Buró Nacional de Estadísticas, Ning Jizhe, según informa el periódico “South China Morning Post”. Además, el volumen de la economía china superó los 100 billones de yuanes (15,4 billones de dólares / 12,7 billones de euros), otra de las metas marcadas por el régimen para 2020.

De esta recuperación de China ha tirado, fundamentalmente, la producción industrial, que se ha beneficiado del aumento de las ventas al extranjero porque otros países exportadores no han conseguido recuperar todavía la actividad por culpa del coronavirus. Gracias a la creciente demanda de material sanitario y artículos electrónicos, la producción industrial creció un 7,3 por ciento interanual y cerró el año con una subida del 2,8 por ciento. Aunque es una cifra muy digna dadas las circunstancias, está muy por debajo del crecimiento del 5,7 por ciento de 2019.

Y las ventas al por menor, que son otra variable fundamental porque indican el ánimo de los consumidores, cayeron el año pasado un 3,9 por ciento, frente a la subida del 8 por ciento registrada en 2019. Aunque las ventas al por menor subieron en diciembre por quinto mes consecutivo, un 4,6 por ciento interanual, lo hicieron cuatro décimas que en noviembre, volviendo a demostrar que este es el factor al que más le está costando despegar por las incertidumbres que genera la pandemia.

En este aspecto, las perspectivas para principios de año tampoco son demasiado halagüeñas porque los rebrotes del coronavirus en Pekín y tres provincias del norte, que han sido cerradas y donde hay más 20 millones de personas confinadas, han hecho saltar las alarmas. Aunque la epidemia está controlada en China, donde se respira bastante normalidad desde antes del verano, estos brotes amenazan las vacaciones del Año Nuevo Lunar, en las que cientos de millones de inmigrantes rurales vuelven a sus pueblos con sus familias. Para impedir la propagación del coronavirus, las autoridades ya han reforzado los controles y pedido, ordenado en muchos casos, que no se salga de las ciudades y no se hagan viajes a menos que sea estrictamente necesario. Unas restricciones que volverán a dañar la economía y, sobre todo, el consumo.

Por último, la inversión en activos fijos creció un 2,9 por ciento, frente al 5,4 de 2019, y el paro se mantuvo oficialmente en el 4,7 por ciento, frente al 5,5 por ciento del año anterior. Aunque el dato del desempleo no es realmente muy representativo en China porque no incluye a millones de emigrantes rurales que van a trabajar a las grandes ciudades, oficialmente se crearon casi 12 millones de trabajos urbanos, muy por encima de los nueve millones prometidos.

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