China eximirá de aranceles al cerdo y la soja de EE.UU.
Pekín librará de gravámenes a parte de estas importaciones para firmar la primera fase del acuerdo sobre la guerra comercial
A trancas y barrancas, con concesiones y amenazas, siguen las negociaciones entre Estados Unidos y China para poner fin a la guerra comercial que les enfrenta desde el año pasado. Justo después de que el presidente Trump insinuara el jueves que podía cancelar la nueva ronda de aranceles prevista para el día 15 de este mes, Pekín asegura que está trabajando en exenciones a las tasas que deben pagar sus importaciones de soja y cerdo estadounidenses.
En un breve teletipo, así lo anunció ayer la agencia estatal china de noticias Xinhua, que no especifica ni cuándo entrarán en vigor dichas exenciones ni a cuántas importaciones afectarán. Las empresas importadoras deben enviar sus solicitudes a la Comisión Arancelaria de Aduanas, que « decidirá una gama de artículos que serán excluidos de las medidas contra la Sección 301 de EE.UU.», detalló en referencia a las investigaciones de Washington sobre las violaciones de la propiedad intelectual en China.
A base de aranceles multimillonarios cruzados, las dos principales potencias económicas del planeta se han enzarzado en una virulenta guerra comercial que revela su lucha por la hegemonía global. Frente al auge de China, propiciado por su frenético pero desigual desarrollo económico, Trump ha lanzado una batería de aranceles que pretende cubrir prácticamente todas las importaciones estadounidenses de la «fábrica global ».
Aunque en las últimas semanas ha habido avances en las negociaciones, el diálogo sufre tantos altibajos como los ánimos de Trump, que un día dispara el optimismo al hablar de un acuerdo inminente y al siguiente desata el pesimismo amenazando con más aranceles. Tras el trato sobre productos agrícolas alcanzado en octubre, el presidente de EE.UU. y su homólogo chino, Xi Jinping, tenían previsto firmar la «Fase 1» del acuerdo en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se iba a celebrar este mes en Chile. Pero su suspensión por las protestas en ese país obliga a buscar otro lugar de encuentro, que Trump quiere que sea en suelo norteamericano.
Mientras ultiman los detalles del acuerdo, ambos países siguen enfrascados en unas negociaciones condicionadas no solo por factores económicos, sino también políticos. Entre ellos destacan las protestas de Hong Kong y el Acta por los Derechos Humanos y la Democracia firmada por Trump, que ha enfurecido al autoritario régimen de Pekín por su apoyo a los manifestantes.