La casa ‘girasol’ inteligente se ilumina desde Andalucía

La firma malagueña SunHouse 360º propone diseños vanguardistas en los que las estructuras rotan para lograr la máxima eficiencia energética

Sunhouse 360º

Alexia Columba Jerez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las nuevas formas de habitar y de imitar la naturaleza para conseguir su eficiencia se traducen en diseños creativos que se asemejan a un girasol que sigue la trayectoria del Sol a la carta. Un planteamiento flexible que aprovecha las posibilidades del entorno trastocando el diseño original y dándole un giro que en esta ocasión sí sería de 360º. Esta particular iniciativa comenzó con la petición particular de un cliente, Bertrand Coue , que luego se convertiría en el socio del arquitecto José Carlos Moya , con el que cofundaría en 2014 la empresa andaluza SunHouse 360º . «Nos preguntamos por qué no saltar de un encargo privado a una empresa que uniese la sostenibilidad con un diseño atractivo, reciclable y ligero», relata Moya. Desde entonces la empresa ha crecido un 80% y doblado su plantilla.

Su valor diferencial es que han desarrollado la primera vivienda giratoria inteligente de Europa, dado que la casa posee un software que analiza los datos de temperatura, velocidad de los vientos, radiación solar exterior. Y confronta esa información con las condiciones que el usuario quiere mantener dentro. Así, la vivienda ‘decide’ cuál es la mejor orientación. Esta idea tiene la característica de que puede girar en ambos sentidos, sin límites de vueltas. «Todos los modelos tienen un componente principalmente concéntrico por el eje de giro sobre el que pivota toda la casa, Y es en el diseño Urban donde la fachada se abre totalmente a la luz exterior, porque está totalmente acristalada, y esto potencia su capacidad de seguir el movimiento del sol», señala Moya.

El giro se produce a través de una app que uno se puede descargar y un software que han desarrollado. La vivienda fundamentalmente se apoya sobre un disco de giro con un motor de una potencia baja, que se mueve a una velocidad de cerca de un caballo y medio. Tiene cuatro modos de giro: puede moverse manualmente, se puede decir a la vivienda que siga el movimiento del sol o se pueden seleccionar determinadas vistas que estén predefinidas y a las que la vivienda puede orientarse. Y por último, existe el modo eco, en el que la vivienda es capaz de moverse autónomamente para lograr el modo más eficiente de conservación de la energía.

Futuro simbiótico

El ahorro energético llega al 70% en relación a una vivienda normal. La velocidad máxima consigue 30 minutos por una vuelta completa, aunque en condiciones normales sería una hora por giro completo. Además, l a casa puede contar de forma opcional con una instalación de energía solar , consistente en una instalación de placas fotovoltaicas pensadas inicialmente para generar electricidad, pero que también podrían usarse para calentar el agua. De hecho, el arquitecto apunta que solo con la energía de las placas fotovoltaicas la casa podría moverse.

Para Moya el reto fue centralizar las tres redes principales de toda vivienda: saneamiento, agua y electricidad, y hacer que pase de una parte fija a una parte móvil. Todo ello gracias a que desarrollaron un elemento de PVC que tiene de 80 centímetros a un metro y que es capaz de anclarse a la parte fija y de moverse con la parte giratoria, permitiendo en el proceso el flujo de las instalaciones.

Ahora, Moya explica que «estamos preparando dos nuevos proyectos , con módulos de 50 o 60 metros que pueden instalarse en viviendas ya hechas. De tal manera que si el propietario quiere una casa convencional, pero que el salón o la oficina giren puede añadirse al diseño original». También puede implementarse su versatilidad para usarla en restaurantes de hoteles situados en la última planta o aplicarse a módulos para camping, que es un encargo recibido de Israel. Aunque la petición más curioso vino de un cliente italiano que quería aplicar el diseño a una granja.

Actualmente disponen de cuatro modelos de diseño. Los dos más grandes son el modelo Urban que tiene 240 metros cuadrados y el modelo 360 con 300 metros cuadrados. Y los módulos más pequeños, el Compact y el Compact+, tienen 95 metros , y 40 metros cuadrados, respectivamente. Están estudiando su promoción en Andorra, y a nivel nacional han construido en Granada, Burgos o Marbella.

Las futuras aplicaciones pasan por consolidar su presencia en el casco urbano y ponerlo en las azoteas de edificios para que sirvan como captadores de energía. «Además en centroeuropa o en el Norte de Europa nos da el pálpito de que tener acceso a un número de horas más elevado es oro». Lo que está claro es que los diseños en los próximos años tendrán que confrontar el reto de un desarrollo exponencial de materiales y tecnología con una forma de habitar en simbiosis con el medio.

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