Carmelo Tajadura

Podemos y los bancos: populismo e ignorancia

«Sus ideas sobre el sector financiero no ayudarían a recuperar dinero para el contribuyente sino, con elevada probabilidad, todo lo contrario»

El líder de Podemos, Pablo Iglesias Jaime García

Carmelo Tajadura

Parece cercana la entrada de Podemos en el gobierno donde podría intentar poner en práctica el acoso a los bancos que viene pregonando. Lo que parece una mezcla de ignorancia en materia financiera, deseo de ofrecer «carnaza» a su electorado y afán recaudatorio.

Propone cobrar a los bancos el coste de la crisis, los famosos 60.000 millones de que tanto se habla (en realidad, 65.000). No parecen saber que una parte del mismo (23.164 millones) la ha pagado el propio sector a través del Fondo de Garantía de Depósitos , salvo que se la quieran cobrar dos veces. También deben ignorar que, en realidad, el rescate no fue «bancario» porque los únicos bancos que recibieron dinero fueron Valencia y Gallego, ambos pertenecientes a sendas Cajas y gestionados (tan mal) como sus propietarias. Por otra parte, no se rescató a las instituciones ni a sus dueños, porque aquellas se vendieron y estos perdieron su propiedad, sino a los acreedores (sobre todo pequeños ahorradores), que habrían sufrido sobremanera con una quiebra. Es curioso que después de que, en la comisión parlamentaria, Podemos apoyó la no asunción de responsabilidad de las diferentes Administraciones Públicas por su injerencia en las Cajas, desviándola hacia el Banco de España y otros, ahora quiera pasar factura a las entidades financieras mejor gestionadas, que sobrevivieron y han contribuido a la normalización sectorial asumiendo aquellas instituciones quebradas.

Uno de los impuestos cuya adopción parece probable es el de transacciones financieras, mal llamado tasa Tobin (que era diferente). Afecta a los intermediarios del mercado, pero sin duda se repercutirá al cliente, como el de los depósitos, lo que no creo que se busque. También se quiere establecer un tipo mínimo en el impuesto de sociedades y, además, un recargo de 10 puntos para «recuperar» las mencionadas ayudas al sector (este último no parece compartido por el PSOE). Ambos implicarían limitar y postergar la deducibilidad de los créditos fiscales, de los que una parte proviene precisamente de la colaboración prestada asumiendo Cajas quebradas. Lo que resulta relativamente contradictorio con el hecho de que el Estado haya garantizado ante el BCE esas deducciones bancarias, única manera de que los bancos pudieran computarlas como capital.

Podemos pretendía además que esos tipos mínimos se aplicasen sobre el beneficio contable consolidado, no sobre la base imponible en España. Una auténtica barbaridad porque supondría hacer tributar por duplicado los beneficios obtenidos en el exterior, que ya pagan impuestos en origen. Y provocaría, con seguridad, deslocalización empresarial . Porque el Santander o el BBVA deben defender a sus accionistas y no les costaría mucho llevar la sede social y fiscal a otro país. Creo que el PSOE no aceptaría este dislate, aunque quiere gravar los dividendos repatriados con un tipo del 5%, lo que también constituye una parcial doble imposición.

En cualquier caso, cargar con nuevos impuestos al sector bancario no resulta precisamente muy oportuno. Porque los bancos están ganando menos que lo que el mercado exige para invertir (coste de capital). Es decir, que están perdiendo dinero en términos económicos (salvo Bankinter), en un entorno claramente desfavorable para el negocio. Por lo que una presión impositiva reforzada no es racional desde el punto de vista económico y, por el contrario, resulta peligroso debilitar más a los bancos dada la importancia de estas entidades para el crecimiento y la actividad económica.

En fin, Podemos también quiere que Bankia actúe como banco público. ¡Qué poco ha debido aprender de la debacle de las Cajas o de la enorme morosidad del ICO cuando se le hizo forzar el crédito en la crisis! Bankia debería privatizarse, de un modo u otro, cuanto antes. Pero su estructura de balance heredada y el nivel de los tipos le hacen cotizar a un precio demasiado reducido como para vender en el mercado ya. Quizás una fusión con intercambio de acciones, sobre todo si la ecuación de canje reconociera en el precio de Bankia una prima de control por la cesión de la mayoría en la operación, podría ser interesante.

En definitiva, las ideas de Podemos sobre el sector financiero no ayudarían a recuperar dinero para el contribuyente sino, con elevada probabilidad, todo lo contrario.

Carmelo Tajadura es economista

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