Baja productividad y mala gestión de personas
«Uno de los mayores enemigos de la productividad es el "absentismo presencial"»
![Carlos Balado: Baja productividad y mala gestión de personas](https://s1.abcstatics.com/media/economia/2020/11/16/Unionejecutivospia-kO3B--1248x698@abc.jpg)
España debe hacer más que solo lamentar la situación del mercado laboral, porque desde la década de los años ochenta la suma de problemas en el mercado de trabajo persiste, cuando la economía crece la tasa de paro desciende muy poco, pero si se produce una situación adversa, el empleo se resiente mucho.
El mercado de trabajo español es dual, conviven trabajadores bien pagados con trabajadores precarios . Se suma al anterior un problema de distribución territorial, con más desempleo en ciertas zonas del país.
Registra también un problema de cualificación que hace que muchas personas no puedan encontrar un trabajo adecuado a su formación, habilidades y conocimientos, y que a las empresas les cueste encontrar trabajadores aptos. Paradójicamente, y a pesar de haber aumentado la formación académica media de la población en edad de trabajar, el Banco de España dice que «existen dudas acerca de las habilidades concretas que poseen los trabajadores cualificados, aprendidas tanto en su etapa formativa como en su experiencia previa, son acordes con las demandadas». ¿Qué se está enseñando entonces?
Lo grave de esta «capacidad infrautilizada» es que afecta a muchas personas que podrían aportar al sistema en cotizaciones e IRPF, pero que no consiguen un empleo.
Si se va al núcleo del problema del mercado laboral se puede ver que la baja productividad (el cociente que existe entre la cantidad de recursos utilizados y la producción conseguida) y su comportamiento contra cíclico, es una debilidad estructural de nuestra economía.
En 1995, el valor añadido bruto (VAB) real era de 27 euros por hora trabajada en España, un 14% menos que en Europa, una diferencia que se ha ampliado hasta cerca del 22%.
La acumulación de capital humano es uno de los tres componentes de la productividad, y si se observa ésta bajo una mirada más sociológica que económica, aparece el absentismo como uno de sus mayores enemigos.
Las horas perdidas en España equivalen a que 753.000 asalariados no van a trabajar durante un año, con un coste para las empresas de 6.900 millones. Mas difícil de cuantificar, pero muy dañino, es el denominado «absentismo presencial» cuando el trabajador acude al puesto de trabajo, pero insatisfecho, dedica parte de su tiempo a realizar tareas que no son propias de su actividad laboral, y/o manifiesta una actitud voluntaria por debajo de sus posibilidades o potencial.
El 96% de los empleados creen que, si fueran más felices en su trabajo, entendiendo por tal buen clima laboral, estabilidad en el empleo, realización personal y el desarrollo de sus habilidades, rendirían más, según los datos de Adecco, y aunque el salario es el principal motivo del cambio de empresa, una de cada cuatro personas se ven atadas a su empleo para cumplir con sus obligaciones o por el buen salario que tienen.
Sin duda, la insatisfacción en el trabajo se traduce en una falta de productividad . William Ouchi, profesor de gestión empresarial, inventó en 1981 la Teoría Z, para mejorar la productividad de una empresa. Ouchi demostró que existe una estrecha relación entre el grado de satisfacción de las personas y la productividad, de manera que, cuanto más integrada, valorada y tenida en cuenta se siente una persona en su trabajo, mayor es la motivación y su eficiencia para que los objetivos empresariales se alcancen. El motivo de mayor insatisfacción laboral es la gestión mal estructurada y sin planificación, a este le sigue la carencia de respuesta o «feedback», la falta de agilidad y desempeño de las áreas de soporte y, por último, la burocracia.
Los tres primeros factores son consecuencia de los métodos utilizados por los líderes de la empresa y de una comunicación interna y externa pobre e instrumental. Dado que esto es común a la mayor parte de las empresas, la productividad del conjunto de la economía se resiente.
Mientras esa forma de gestión no se transforme, tampoco cambiará el problema estructural de la baja productividad, bajos salarios, menos consumo, menos atractivo para invertir y el temor a contratar por esa misma razón, una baja productividad.
Carlos Balado es director general de Eurocofin
Noticias relacionadas