Un IPC del 10,2% desbarata el optimismo del Gobierno: «Ya hemos dejado atrás en marzo el pico de la inflación»

Los precios se disparan por encima del 10% y ponen patas arriba los planes del Gobierno para frenar la tasa de IPC

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EFE
Teresa Sánchez Vicente

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Los precios siguen desbocados en España y la tasa de inflación supera ya los dos dígitos, hasta el 10,2% en junio , según los datos avanzados este miércoles por el Gobierno. Todo ello a pesar del plan de choque desplegado y de la convicción mostrada por los miembros del Ejecutivo respecto a que se había dejado atrás el máximo registrado en marzo , cuando comenzó la invasión bélica en Ucrania.

Pero, las subidas que no cesan y el descontrol que sufren partidas como los carburantes o la cesta de la compra han estropeado finalmente las previsiones del Ejecutivo y amenazan con destrozar también las proyecciones de crecimiento del PIB. Tal y como informó ABC , con las medidas de choque para frenar la inflación se han conseguido limitar en parte los precios de la electricidad, pero no se ha parado la filtración de estos encarecimientos a otras partidas y bienes básicos con la consiguiente merma de poder adquisitivo para el consumidor.

Así, el dato de inflación conocido hoy, que ha explosionado por encima de los dos dígitos, dinamita el optimismo del Gobierno y sus proyecciones económicas para los próximos meses . Hace tan solo un mes y medio, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, lanzaba un mensaje de esperanza durante unas jornadas con los empresarios catalanes: «Todo apunta a que ya hemos dejado atrás en marzo el pico de la inflación y que en la segunda parte del año se ralentizará para bajar al entorno del 2% el año próximo» , remarcó a comienzos de mayo.

Unos días antes, a finales de abril en una entrevista en la radio, la vicepresidenta primera se mostraba segura de que España no llegaría a alcanzar una inflación del 10% ya que se había producido «una bajada importante en los precios de la energía» . Calviño hacía referencia al leve respiro que los precios dieron en abril , cuando la tasa retrocedió al 8,3% tras tocar el 9,8% en marzo.

Además, pese al repunte de la inflación en mayo, cuando se quedó en el 8,7%, Calviño insistía a principios del mes en curso en que las medidas estaban funcionando. La titular de Economía defendió el plan de choque para abaratar la gasolina o la primera rebaja del IVA de la electricidad. La titular remarcó su eficacia y llegó a decir que sin estas medidas la inflación estaría entre dos y tres puntos porcentuales por encima de su nivel actual, es decir, entre el 10,5% y el 11,5% . «Gracias a las contundentes medidas adoptadas en respuesta a la guerra la inflación se ha reducido entre dos y tres puntos porcentuales en el curso de este año», afirmó Calviño.

Así, y aunque la subida de la inflación volvió a sorprender en mayo, el Ejecutivo no cejó en su optimismo y desde el ministerio de Asuntos Económicos se subrayó que todo apuntaba a que España había alcanzado el techo de inflación en el mes de marzo. «Las medidas de respuesta al impacto de la guerra desplegadas por el Gobierno claramente están limitando el alza de los precios» , argumentaron a finales del mes pasado desde la cartera capitaneada por Calviño.

Otro augurio no cumplido es el lanzado por la vicepresidenta y ministra para Transición Ecológica, Teresa Ribera , quien a principios de junio pronosticó un recorte del IPC gracias al tope introducido al gas. Ribera calculó que el límite al precio de esta materia prima para la producción de electricidad rebajaría la inflación cerca de «ocho décimas o un punto». En aquella fecha, la ministra señaló que los consumidores notarían la aplicación de la excepción ibérica en el recibo de la luz de julio.

El máximo responsable del Ejecutivo también pensaba que la inflación sería un episodio coyuntural, una tesis que ahora se diluye como un azucarillo. A finales de marzo, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se mostró convencido de que conseguiría «doblegar» la curva de la inflación gracias a las medidas puestas en marcha tras el estallido de la guerra en Ucrania. Ya por entonces, el responsable del Ejecutivo afinó al máximo y aseguró que un 73% del alza de los precios se debía al «desbocado» coste de la energía por la invasión rusa en suelo ucraniano.

Los responsables económicos de Unidas Podemos también han errado en sus cálculos. En esta línea, el secretario de Economía de Podemos y a su vez secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, estimó en abril que limitar el precio del gas permitiría rebajar entre tres y cuatro puntos la tasa de inflación en España a lo largo del año. Así, Álvarez, pronosticó que la inflación media anual de 2022 rondaría el 6,7%. Otros ministros del Gobierno de coalición, como Alberto Garzón, no dudan en echar las culpas a las empresas : «Están repercutiendo los costes de producción, sobre todo energéticos, en los productos finales», como los alimentos, indicó el titular de Consumo en una entrevista hace unas semanas. Asimismo, Garzón -en línea con el resto de miembros del Ejecutivo- achacó el repunte de mayo, principalmente, a los precios energéticos.

Un «problema internacional»

Pero, el discurso del Gobierno y el de Calviño empezó a virar hace unos días ante un contexto de recrudecimiento de precios y por las dificultades para frenar el encarecimiento de los costes en origen que sufren las empresas y fabricantes. Calviño se desdijo la semana pasada de sus declaraciones anteriores: «Tenemos que trabajar con un nuevo escenario de inflación más alta durante más tiempo a nivel internacional» , según reconoció en las jornadas organizadas por la APIE junto con la Universidad Menéndez Pelayo y BBVA.

Tras conocer hoy que la inflación supera ya los dos dígitos y que la situación se le ha ido de las manos al Ejecutivo, Calviño achacó la situación a un «problema internacional» que se «ha acelerado exponencialmente como consecuencia de la guerra , que lamentablemente no podemos parar», indicó en la sesión de control del Congreso. En opinión de la vicepresidenta, el plan del Gobierno ha permitido «bajar la inflación en 3,5 puntos en este año, e incluso en este contexto tan complejo, todos los organismos prevén que España crezca de forma fuerte». Por su parte, Sánchez, admitió hoy miércoles que el dato de IPC demuestra «la gravedad de la situación de la economía europea y española» . En este contexto de espiral inflacionista, Sánchez defendió la «idoneidad» de las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo para intentar paliar el impacto de los precios en el bolsillo de los españoles.

Lo cierto es que la transitoriedad de la inflación se ha convertido en un espejismo, ni el descuento aplicado a los carburantes ni el tope al gas aplicado desde mediados de junio han conseguido parar la escalada de los precios por encima del 10% . El alto coste de los carburantes, que podrían dispararse hasta los tres euros el litro este verano; así como los de los alimentos y bebidas han terminado por desmentir las afirmaciones del Gobierno.

Pese a la moderación del coste de la energía en abril, los precios volvieron a repuntar en mayo hasta el 8,7% y acabaron así con la esperanza de que la inflación fuera un fenómeno coyuntural. En junio, lejos de retroceder, los precios se vuelven a descontrolar y ya superan los dos dígitos, una situación inédita en nuestro país en los últimos 37 años, en concreto, desde abril de 1985.

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