El coste del ERE recorta un 14% el beneficio de Caixabank frente a 2018
La entidad pide al nuevo Gobierno que incentive el empleo y no grave más a la banca
Caixabank cerró 2019 con unos beneficios de 1.705 millones, lo que supone un catorce por ciento menos que el año anterior. El ajuste laboral acometido por la entidad –con un coste de 978 millones de euros y 2.023 empleado afectados– lastró la cuenta de resultados en un ejercicio en el que el banco alejó por completo los fantasmas del i mpacto del desafío secesionista del Gobierno catalán.
De hecho, más allá de que mantiene su sede social en Valencia, donde sus máximos ejecutivos presentaron ayer la evolución de la entidad, Caixabank habría ganado 2.390 millones sin el impacto del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), lo que hubiera significado un repunte superior al veinte por ciento.
Además, la ratio de morosidad cayó hasta su nivel más bajo (un 3,6 por ciento) gracias a las ventas de cartera. De esa forma, los saldos dudosos se han reducido 2.401 millones de euros.
Los resultados de Caixabank, quefueron saludados con un aumento de su cotización en Bolsa durante la jornada de ayer, se sustentaron en gran medida por la aportación del negocio de banca y seguros, con 1.060 millones de euros. E l banco portugués BPI contribuyó con 332 millones y las participaciones, con otros 313.
El volumen de negocio de Caixabank creció un 4,7 %, hasta 611.692 millones, impulsado especialmente por los recursos de clientes, que ascendieron a 384.286 millones, un 6,9 % más, mientras que el crédito bruto a la clientela se situó en 227.406 millones, un 1,2 % más.
En este contexto, el presidente de la entidad, Jordi Gual , cerró la puerta a la posibilidad de establecer la sede en Cataluña a corto plazo. Al respecto, recordó que la decisión de trasladar el domicilio a Valencia en 2017 se acordó sin sin contemplar ningún plazo ni condición para el retorno a Barcelona-
En todo caso, Gual admitió, frente al anuncio de elecciones en Cataluña efectuado por el presidente de la Generalitat, Quim Torra , que «interesa un entorno de estabilidad gubernamental y que se lleve a cabo una actividad legislativa que sea el resultado de la expresión democrática de la sociedad». Mientras, el presidente de Caixabank, aprovechó la presentación de resultados para reclamar al nuevo Gobierno que forman el PSOE y Podemos que promueva «políticas favorables a la confianza y la creación de empleo» y que «no descuide» la necesidad de seguir reduciendo el déficit público y la deuda.
Respecto a la política fiscal, Gual calificó de «poco lógico» que unos sectores como la banca paguen más impuestos que otros o que las empresas grandes paguen más que las pequeñas, dado que se debe tener en cuenta que las empresas españolas compiten en Europa y en el mundo.
En este contexto de bajos tipos, al banco «no le queda otra» que gestionar esta situación adaptando su operativa y estructura, teniendo en cuenta además que no hay expectativas de que la situación cambie a corto plazo.
En esa línea, el consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar , concretó que, al menos hasta mediados de 2021, se espera un escenario con los tipos planos y luego una ligera subida, para poder entrar en positivos para 2024.
Sin fusiones a la vista
Un panorama que el banco afrontará en solitario. En ese sentido, el presidente de Caixabank descartó que su entidad esté estudiando la posibilidad de fusiones y apostó por el crecimiento orgánico conforme traza la hoja de ruta del banco en vigor hasta 2021: «Tenemos el tamaño, la diversificación y la presencia territorial que nos permite competir y tener éxito en este cambiante negocio bancario».
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