Uno de cada cuatro ejecutivos espera que el PIB tarde cuatro años en recuperar su nivel precrisis
Entre los consejeros delegados, uno de cada tres prevé una caída de los resultados de entre el 30 y el 60%
Los ejecutivos españoles esperan una crisis más feroz que la que apuntan los organismos internacionales y casas de análisis para nuestro país. Según un estudio realizado entre marzo y abril por Villafañe y asociados entre más de cien consejeros delegados españoles e iberoamericanos, en torno al 27% de los ejecutivos nacionales cree que el PIB tardará entre tres y cuatro años en recuperar su nivel precrisis, un porcentaje más negativo que en Iberoamérica, donde solo espera esta situación algo más del 20% de los consultados.
«Nadie confía en una salida en V de la crisis» , destaca dicho estudio, que se realizó durante los meses de marzo y abril, en pleno confinamiento. El Gobierno augura que el PIB se desplomará un 9,2% este año para crecer un 6,8% el próximo, de forma que en 2022 se recupere el nivel de producción previo al estallido de la crisis del coronavirus. Unos pronósticos que son más pesimistas entre los directivos y ejecutivos españoles.
Entre las tendencias que detectan los consejeros delegados que se van a producir destaca el aumento del proteccionismo, que detectan el 25,9% de los consejeros delegados de España, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Perú y República Dominicana. En este sentido, apuntan a un apoyo de los estados a sus empresas nacionales para competir globalmente. Un cariz que ya se advierte ante el permiso de Bruselas a los estados para rescatar compañías bandera en apuros y adquirir parte de su accionariado, como Alemania con Lufthansa.
«El escenario más probable según los CEO consultados es un mayor debilitamiento del multilateralismo y un aumento de las tensiones geopolíticas », recoge el documento. Otra de las consecuencias que tendrá la actual crisis, según la encuesta, es la instauración de un mayor darwinismo empresarial en fusiones y adquisiciones, como señalan el 15,8% de los consultados: es decir, habrá concentración de compañías y las fuertes se comerán a las más débiles. Otro 14,4% confía en que el sistema económico evolucionará a un capitalismo más inclusivo y el 10,3% señalan que el equilibrio entre los estados y los mercados financieros será mayor. Solo un 9,3% cree que en 2021 seguirá todo igual.
Estas sensaciones se trasladan al ámbito de la empresa. Uno de cada tres consejeros delegados en España (y el 36,5% si se añade Iberoamérica) augura que los resultados se desplomarán entre el 30 y el 60% e n una empresa similar a la suya. Eso sí, un 24% son optimistas y auguran que el coronavirus no tendrá efecto ni en los resultados ni en el empleo. Entre los comportamientos citados como los «más correctos» ante esta crisis la mayoría se inclina por destacar la flexibilidad laboral y el teletrabajo (el 40,5%), frente al 26,3% que citan minimizar la actividad económica, el 26,1% que responde que maximizarla y el 7,2% que considera que solicitar ERTE o suspensiones temporales de empleo es la mejor opción.
El 27,5% de los consejeros delegados creen que en la actual situación hay que proteger a los empleados en primer lugar frente a los clientes minoristas (15,8%) y mayoristas (13,8%) y la sociedad (9,4%). Como grandes prioridades, el 31,8% señala que deben mantener la continuidad del negocio, el 12% responden que evitar pérdidas en 2020 y el 6,5% que pedir ERTE para empleados no esenciales. Entre los roles que deben asumir los CEO, la respuesta mayoritaria entre este colectivo es la de «adoptar un mayor protagonismo hacia el interior de la empresa para infundir ánimo y prepararla para la recuperación» aunque en España la respuesta principal es «asumir públicamente el rol de líder».