La Bolsa mexicana registra máximos históricos tras cinco meses de Trump

El principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el IPC, se encuentra por primera vez en la historia por encima de los 49.000 puntos.

Desde mediados de noviembre, el IPC acumula una subida del 10%.

Muro fronterizo entre Tijuana (México) y la ciudad californiana de San Diego (EE.UU.) REUTERS

Ádrián Espallargas

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos vaticinaba un apocalipsis para la economía mexicana . Con frases como «el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es el peor acuerdo de la historia» y amenazas de poner elevados aranceles a los importadores de coches fabricados en México, empresas como Ford y Carrier anunciaron que retirarían millonarias inversiones del país azteca para destinarlas a plantas en EE.UU.

La hostilidad del nuevo presidente hacia su vecino sur, hacía presagiar una salida de inversores en México aterrados por una mayor política proteccionista en la primera potencia.

Pero casi seis meses después de que Trump tomará el poder en enero, ninguna de sus promesas proteccionistas ha prosperado . Ni el TLCAN ha sido dinamitado ni las empresas están huyendo de México, lo que ha resultado una renovada confianza de los mercados por invertir en el país azteca.

Así, el principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el IPC, lleva varias jornadas desde finales de marzo batiendo máximos históricos al superar por primera vez la barrera psicológica de los 49.000 puntos, un incremento a la fecha ligeramente superior al 10% desde mediados de noviembre, cuando Trump ganó las elecciones.

Tan sólo una semana después de la victoria del Republicano, el IPC se desplomaba casi un 9%. Por su parte, el peso mexicano se depreció esos días alrededor de un 17%, pasando desde los 18,3 pesos por dólar hasta los 21,9 a mediados de enero, fechas en las que Trump tomó posesión de su cargo como presidente de EE.UU.

Pero sólo seis meses después de que comenzó el «huracán Trump», su efecto devastador ha sido menos catastrófico de lo que se esperaba para México, lo que ha aupado a la bolsa y al peso.

Renegociación del TLCAN en marcha

El principal factor que ha liderado esta bonanza en la renta variable mexicana es la poca probabilidad de que haya un desmantelamiento del TLCAN.

La palabra «México» ha ido desapareciendo gradualmente de los discursos del presidente estadounidense, quien cada vez ha ido acumulando más frentes de batalla tanto en el exterior como en el interior como las acusaciones de intermediación rusa en las elecciones o las ambiciones nucleares de Corea del Norte.

Como Trump ha repetido en muchas ocasiones, EE.UU. tiene un déficit comercial con México de unos 60.000 millones de dólares. Si bien es cierto que la nación azteca exportó a su vecino del norte productos por valor de 290.000 millones en 2016, EE.UU. vendió a los mexicanos unos 230.000 millones, alrededor de un 30% de todas las ventas de la primera potencia al exterior.

Por ello, si desapareciera el tratado de libre comercio no sólo golpearía a los exportadores mexicanos, sino también a muchas empresas estadounidenses. Sólo en Kansas, el 99% de las exportaciones de maíz tienen México como destino.

Debido al impacto económico que tendría la desaparición del TLCAN también en EE.UU., la administración Trump ha terminado por inclinarse hacia una renegociación del acuerdo que deberá concretarse en la segunda mitad de este año y que en principio debería estar finalizada antes de julio de 2018, cuando México ha de celebrar elecciones federales para elegir al nuevo presidente de la República hasta 2024.

Recortes de impuestos y plan de infraestructuras en EE.UU.

Asimismo, dos de los factores que según los analistas han dado alas al IPC son dos promesas de Trump que todavía están por ser concretadas.

Por un lado, está el histórico recorte fiscal con el que bajará a las empresas el tipo nominal del 35% al 15%, además de reducir también el impuesto sobre la renta de las personas físicas. La propuesta ya ha sido presentada al legislador estadounidense y de ser aprobada, permitiría a empresas y personas de más capital para invertir, lo que en teoría estimularía el consumo interno.

Cerca del 80% de las exportaciones mexicanas tienen EE.UU. como destino, por lo que un mayor consumo en el país del norte, representaría mayores beneficios para las empresas exportadoras aztecas , que además se continúan beneficiando de un peso todavía bastante devaluado con el dólar comparado con el mismo mes de hace sólo dos años.

Mientras que un dólar costaba unos 15,4 pesos a finales de mayo de 2015, en el mismo mes en 2017 el tipo de cambio estaba en 18,5.

Por otro lado, está el megalómano plan de 1 billón de dólares en infraestructuras que prometió Trump durante la campaña, una inversión en obra pública similar al PIB de España, que ronda 1,2 billones de euros en 2015 de acuerdo con datos del Banco Mundial.

El ambicioso plan de infraestructura , que debería detallarse en las próximas semanas, ha dado alas a algunas acciones mexicanas como la cementera Cemex o las extractoras de cobre como Industrias Peñoles y Grupo México , que registraron una fuerte subida en enero por la promesa de Trump, pero se han ido debilitando en los últimos meses a la espera de que las promesas se concreten.

Por el momento, sólo seis meses de la llegada del «huracán Trump», la tormenta que México tanto temía ha amainado.

El peso ya cotiza a niveles anteriores a la victoria del presidente Republicano y la bolsa mexicana lleva batiendo máximos históricos en las últimas semanas, dos factores que demuestran por ahora la renovada confianza de los mercados en la economía azteca a pesar del efecto Trump.

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