El bitcoin salva el punto de partido de la crisis y aún aspira a ser valor refugio
La divisa digital suma un fuerte repunte tras su inicial desplome, un giro similar al del oro en el «crack» de 2008
Atractiva por su hermetismo enigmático y su compleja génesis tecnológica, el bitcoin había acuñado desde su creación en 2009 una fama de activo refugio , una suerte de oro digital, frente a las turbulencias de los mercados financieros. Toda una leyenda que necesitaba enfrentarse a una verdadera situación de crisis y convulsión generalizada para convertirse (o no) en una profecía autocumplida. Y la primera prueba de fuego para la criptomoneda por excelencia fue más un baño de realidad que de gloria. La pasada semana, en pleno jueves negro, el bitcoin no era capaz de escapar del guion de pánico al que se ciñeron todos los activos y se desplomó un 40% en un solo día , llegando a perder en algunos momentos la referencia de los 4.000 dólares (la jornada anterior se movía por encima de los 7.000). La caída desde sus máximos anuales en esa semana superó el 60%.
Ninguna criptomoneda escapó de una caída libre que algunos analistas intepretaron como el punto final de la historia de los sistemas monetarios digitales descentralizados como eventuales valores escudo frente al caos. Pero su posterior evolución inmediata que, en línea con su espíritu volátil, se ha traducido en notables repuntes (cerraba la semana en más de 6.600 dólares), ha vuelto a poner al bitcoin en la casilla de salida de las alternativas plausibles en la incertidumbre.
«Es un error creer que bitcoin y otras criptomonedas tienen una correlación negativa con otros índices cuando surgen estos cisnes negros. En todo caso, está descorrelacionado : tiene un comportamiento que no siempre es a la inversa de los grandes índices o “commodities“. Que la Bolsa baje no quiere decir que el bitcoin vaya a subir, pero tampoco necesariamente lo contrario. Va un poco por libre», explica Daniel Díez , profesor del programa de Innovación Tecnológica y Fintech del IEB.
Y parece que esa libertad apunta ahora más al cielo que al suelo. Para Jorge Soriano Lázaro , CEO y cofundador de Criptan, una compañía dedicada a la compra y venta de este tipo de divisas, el desplome de la semana pasada no significa que «el experimento haya fallado, simplemente se está poniendo a prueba una vez más. Y esto es positivo». «Lo que vimos en esos días es cómo se desarrollaba una crisis de liquidez . Esto significa que todos los inversores corren hacia las puertas de salida al mismo tiempo, pero como hay muchos más vendedores que compradores, a los inversores les cuesta mucho descargar sus activos en efectivo. Literalmente, los inversores comienzan a bajar agresivamente el precio que están dispuestos a aceptar por cada activo a cambio del efectivo que están buscando desesperadamente en este momento. Es por eso que vimos a cualquier activo con un mercado líquido hundirse de forma tan fuerte», explica Soriano.
Algo similar ocurrió con el oro, el valor refugio por excelencia , en la hecatombe bursátil que siguió al derrumbe de Lehman Brothers en 2008. En los primeros días llegó a perder un 30% de su valor, «pero pronto la tendencia se revirtió y siguió una correlación negativa con el resto de activos para cotizar en términos positivos frente al S&P 500», recuerda Diez.
Daniel Díez (IEB): «Que la Bolsa baje no quiere decir que el bitcoin vaya a subir, pero tampoco necesariamente lo contrario. Va un poco por libre»
Muchos expertos creen que ese es el destino de las criptomonedas en esta crisis, aunque por otro camino. «Su gran volatilidad contribuyó a su reciente caída, pero también refuerza su atractivo ahora para aquellos inversores que no sean conservadores. Su recuperación está siendo muy rápida y las oportunidades de rentabilidad que está ofreciendo son muy atractivas. Es muy difícil, por ejemplo, que una gran compañía repunte un 20% en un solo día», apunta Miguel Nombela , analista del bróker XTB.
Para Ramón Ferraz , CEO de 2gether, una plataforma de «trading» en criptomonedas, hay dos elementos que juegan a favor de la tesis de un bitcoin reforzado y con valor contracíclico durante las próximas semanas. «La primera es que el inversor no tiene muchas más alternativas . Se va a emitir mucho dinero por parte de los bancos, y eso será negativo para su valor. Y no puede pensar en bonos ni tampoco en acciones con la incertidumbre presente en casi todos los sectores. La segunda es que, en recientes crisis nacionales, como la cambiaria de Turquía o con los impagos de la deuda en Líbano, se ha visto un importante repunte de la actividad del bitcoin».
«Hay que recordar que el bitcoin fue diseñado específicamente para esa situación: incertidumbre económica, desconfianza en la capacidad del dinero de mantener su poder de compra y falta de alternativas para proteger el patrimonio adquirido durante el mercado alcista más largo de la historia», subraya Soriano (Criptan).
Oferta limitada y predecible
Otra factor a favor de la tesis, apunta Daniel Díez (IEB), «es que tanto el oro como el bitcoin tienen una oferta finita, y en el caso de la criptomoneda, totalmente predecible». Su escasez está matemáticamente programada . Como explica Soriano, «Bitcoin tiene un calendario de emisión con objetivo de imprimir un total de 21 millones de monedas, que divide entre dos el ritmo de emisión cada 4 años. Este evento se conoce como “halving” y ocurrirá a final de mayo de 2020». En esa fecha, como explica Daniel Díez se pasará de generar 12,5 bitcoins cada diez minutos a 6,25 en el mismo intervalo de tiempo. Este “halving” es el tercero desde el nacimiento de bitcoin. «Las dos ocasiones anteriores han coincidido con que la cotización se dispara y comienza un ciclo alcista», apunta el profesor del IEB.
6,25 es la cantidad de bitcoins que se fabricarán cada diez minutos a partir de mayo, la mitad que en la actualidad
¿Estamos ante el momento del gran salto adelante de las criptomonedas? «Es un mercado aún muy pequeñito si se compara con los mercados globables de activos mainstream, pero cada vez hay una comunidad mayor en torno a él y se aprecia mucho su carácter descentralizado. Creo que esta crisis, precisamente, va a potenciar este tipo de modelos», subraya Ferraz (2gether). «La clave de futuro será la regulación. Un exceso en ese sentido acabaría con su esencia y rompería su atractivo», concluye Robles (XTB). Por el momento, el «oro digital» ha salvado el punto de partido de su primera crisis.
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