Bienvenidos a «Mainhattan»

A pesar de que los de la City la consideran «provinciana», Fráncfort es, desde hace tiempo, una ciudad de alto standard europeo a orillas del Main

Vista de la sede del Banco Central Europeo (BCE) en una imagen tomada con larga exposición en la noche del 6 de junio de 2015 en Fráncfort (Alemania) EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

No tiene la vida nocturna de Londres ni tantos turistas como París, pero hace ya tiempo que Fráncfort se ha convertido en una ciudad de alto standard europeo a orillas del Main. Tranquila, divertida y con una de las más cuidadas ofertas culturales de Europa , está a tiro de piedra de muchas otras capitales europeas y su impresionante centro financiero, popularmente bautizada como «Mainhattan» presume de algunos de los edificios más altos del continente.

A pesar de que los de la City la consideran «provinciana», la espiral de movimiento generada por el BCE ha aportado glamur a una ciudad multicultural por su carácter histórico de enclave comercial. Y su dura experiencia, sin duda, imprime a su estilo de hacer negocios un carácter que la diferencia de Londres. «Es una vida tranquila, con la oferta comercial y cultural de las grandes capitales del mundo pero sin el estrés de Nueva York », cuenta Pilar, empleada de un organismo internacional que va al trabajo en bicicleta y compatibiliza su carrera profesional con la maternidad de cuatro hijos. Reconoce que a diario, en invierno, a partir de las seis de la tarde, «no hay mucha vida en las calles», pero asegura que «si buscas, encuentras».

Con una situación de pleno empleo técnico , los habitantes de Fráncfort apenas saben lo que es el paro, pero aceptan a regañadientes la llegada de refugiados. Aquí tienen su sede el BCE, el Banco Federal de Alemania y otras 332 instituciones financieras son originarias o tienen oficinas en la ciudad, entre ellas 194 extranjeras de 40 países. De hecho, la familia de banqueros más conocida del mundo, los Rotschild son de Fráncfort, aunque de ellos en la actualidad sólo queda allí una placa conmemorativa. La Bolsa de Fráncfort es la cuarta más importante del mundo, después de Nueva York, Tokio y Londres, y su sede es bien reconocible por las esculturas ante su fachada: un enorme toro en pose amenazadora -el alza de los valores -, y un oso cabizbajo -recuerda esa ley de la gravedad de la bolsa según la cual todo lo que sube es susceptible también de bajar-. Las autoridades municipales invierten cada año el 10% de los impuestos en mejorar la oferta cultural. Por algo llaman al río Main el «dique de los museos».

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