Benoît Cœuré se postula para suceder a Draghi al frente del BCE

Miembro del Consejo del BCE, quiere suceder en octubre al actual presidente

Mario Draghi, presidente del BCE Reuters

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«Quiero seguir sirviendo a Europa». Con esta disposición se postulaba ayer como candidato a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) el miembro del Consejo Benoît Coeuré . En una entrevista publicada por «Frankfurter Allegemeine», el francés de 50 años abría así oficialmente la carrera por la sucesión, que tendrá lugar en octubre, y adelantaba un programa que en las horas siguientes causó estragos en las cotizaciones en bolsa de los bancos europeos. Cœuré decía que no ve razón para crear una tasa de depósitos escalonada que exima a los bancos de pagar al menos parte de lo que actualmente les cuesta mantener dinero inactivo en el BCE.

Los tipos negativos del BCE , en su opinión, no son el mayor problema de los bancos y en lo que el sector debe concentrarse es en reducir sus costes. «En la coyuntura actual, no veo argumentos de política monetaria para un tipo escalonado», decía Cœuré, proponiendo así veladamente una suerte de programa electoral en el que ofrece una posición más dura que el «what ever it takes» de Draghi y más del gusto del Bundesbank alemán.

Durante años, el destinado a suceder a Draghi, con el apoyo declarado de la canciller Merkel, fue el actual presidente de Bundesbank, Jens Weidmann. En los últimos meses, sin embargo, Merkel ha optado por dar prioridad a un alemán en la presidencia de la Comisión Europea y dos alemanes en cargos tan decisivos someterían a la unión a un sobrepeso germano que violaría las leyes de equilibrio no escritas, por lo que Weidmann fue sacrificado. Al ofrecer un perfil más duro, Cœuré se muestra como candidato consensuable con los alemanes y, procedente de un país grande y del «norte», combinación perfecta con el vicepresidente español De Guindos.

El principal problema de Cœuré es que ya pertenece al Comité Ejecutivo del BCE y su mandato de ocho años le obligaría a renunciar y crear así un vacío legal que le permitiese suceder a Draghi. Podría despertar malestar que el cargo vuelva a recaer en un francés, después de Jean Claude Trichet, pero ese mismo problema tendría otro de los candidatos en liza, François Villeroy, gobernador del Banco de Francia, con vínculos familiares en Alemania y con un nivel fluido de alemán que también allanaría las negociaciones con Berlín . El ascenso de la ultraderecha en Finlandia, por otra parte, resta posibilidades a Erkki Liikanen, hasta hace poco el preferido en las encuestas del «Financial Times».

Cœuré llegó al BCE en noviembre de 2011, en reemplazo del italiano Lorenzo Bini Smaghi y como exigencia de Francia al ser sustituido Trichet por Draghi, sucediendo a González Páramo en Operaciones de Mercado. Apoyó durante la crisis la compra de bonos, pero insistiendo en que tendría que obedecer al objetivo principal de garantizar la estabilidad de precios.

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