Los Benetton saldrán de Autostrade tras una dura batalla política y veinte años de control

El Gobierno de Conte retirará la concesión a Benetton y Austostrade per l’Italia será una sociedad pública, controlada por el Estado

Imagen del puente de Génova derrumbado en agosto de 2018 Reuters

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Después de un culebrón que ha durado casi dos años, Italia pone fin a una batalla sobre «Autostrade per l’Italia» (ASPI), cuyo trasfondo más que económico ha sido político. Después de 20 años de control, la familia Benetton acabará, en el arco temporal de alrededor de un año, fuera de la gestión de Autostrade per l’Italia y las otras sociedades que forman parte del grupo Atlantia (bajo su control está el 88% de Aspi), socia de ACS en Abertis, que gestiona 3.257 kilómetros de autopistas en Italia, sobre un total de 5.866, es decir, el 55,3 %. En una decisión del consejo de ministros, que acabó al alba, a las 5:16, el Gobierno de Conte retirará la concesión a Benetton y Austostrade per l’Italia será una sociedad pública, controlada por el Estado.

Los Benetton podrían seguir manteniendo una participación muy minoritaria, pero en la práctica su poder sería casi nulo y marginal en el largo periodo. La estatal Caja de Depósitos y Préstamos, controlada por el ministerio de Economía y que gestiona los ahorros de buena parte de los italianos, tendrá la mayoría de capital de la sociedad ASPI (51%), que será pública y cotizada en Bolsa, de la que había salido en el 2003.

Atlantia, que en las negociaciones con el gobierno no estaba dispuesta a reducir más allá del 34% su porcentaje en el capital de Autostrade, ha acabado por ofrecer su disponibilidad a ceder su entera participación (88%) a inversores institucionales que sean de su agrado. Acepta también pagar una indemnización de 3.400 millones de euros por la catástrofe del puente Morandi y una reducción de las tarifas en las autopistas.

Conte: «Fuera los Benetton»

El primer ministro, Giuseppe Conte, había adelantado el lunes al periódico Il Fatto Quotidiano, próximo al Movimiento 5 Estrellas, que la concesión de «Austostrade per l’Italia» sería «revocada»: «Los Benetton nos toman el pelo. El Estado no puede ser socio de quien toma el pelo a las familias de las víctimas». Conte se refería a las 43 personas que fallecieron el 14 de agosto 2018 , tras el derrumbe del puente Morandi de Génova, gestionado por Atlantia , valorada en unos 10.000 millones de euros, grupo que la familia Benetton controla en un 30%.

En Italia no se recuerda que un primer ministro hubiera hecho una declaración tan contundente contra uno de los grupos más poderosos del país, como la familia Benetton. Desde la catástrofe del puente Morandi, se inició una dura batalla, con gran trasfondo político, con la amenaza por parte del gobierno de revocar la concesión a Autostrade per l’Italia. El Movimiento 5 Estrellas (M5E) hizo de esta batalla una marca de su identidad. La propaganda jugó un papel fundamental. El país quedó conmocionado por la muerte de 43 personas en el derrumbe del puente de Génova. Los grillinos culparon a Atlantia y a la familia Benetton de haber descuidado la manutención y preocuparse sobre todo por los beneficios económicos.

Batalla entre populismo y realismo

Durante casi dos años, la lucha se planteaba entre el realismo y el populismo. Para el M5E solo había una salida: la revocación. Esto hubiera supuesto la quiebra de la sociedad, el desempleo para sus 7.000 trabajadores, lo que preocupaba mucho a los sindicatos, y una indemnización por parte del Estado: el Gobierno ofrecía 7.000 millones y Atlantia exigía 23.000 millones . La amenaza de la revocación estaba causando ya notables perjuicios financieros, para Atlantia y otras sociedades privadas implicadas en la gestión: caída en picado en Bolsa y pérdidas económicas con la degradación de las obligaciones emitidas por Autostrade para financiar, entre otros proyectos, la reconstrucción del puente Morandi de Génova, ya finalizado y que será inaugurado oficialmente a primeros de agosto.

En resumen, revocar la concesión a Autostrade habría supuesto en el corto plazo una bancarrota, que habría tenido un coste estimado de más de 19.000 millones de euros que habría pesado como una losa sobre todo el sistema italiano y en su imagen exterior. Y , a largo plazo, tras un complicado y difícil proceso, probablemente habría obligado al Estado a pagar una indemnización seguramente próxima a los 23 mil millones que exigía Autostrade.

Se evita la revocación y una larga batalla judicial

Al final se ha impuesto el realismo y se llega a una solución de compromiso. No ha habido revocación y se ha evitado una dura y larga batalla legal, así como una probable mayor inestabilidad política en estos momentos ya dramáticos que vive el país por culpa del coronavirus. Diversos líderes políticos, incluso el jefe del Estado, Sergio Mattarella, aunque éste no lo ha hecho de forma pública, intervinieron para evitar la catástrofe económica y social que hubiera supuesto la revocación de la concesión. El compromiso final es que los Benetton ceden a las condiciones impuestas por el gobierno Conte, renunciando a futuras batallas legales . Conte sale reforzado y el Movimiento 5 Estrellas canta victoria: «Bye bye Benetton. Es un día histórico para los italianos», dicen los «grillinos» en un tuit. La bolsa premia este principio de acuerdo: Atlantia sube un 24%.

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