El Banco Santander lanza una oferta por una filial del Royal Bank of Scotland
El diario británico «The Times» informa de que la entidad española quiere hacerse con Williams & Glyn, con 1,8 millones de clientes

El 73% del Royal Bank of Scotland (RBS) es todavía propiedad del Estado. La crisis financiera golpeó muy duro al Reino Unido y la entidad fue nacionalizada en 2008, con un rescate del Gobierno británico de 53.100 millones de euros. La Comisión Europea impuso como condición que el banco debería vender algunos de sus activos antes de 2017 . Ahora la fecha se acerca y el RBS quiere desprenderse de Williams & Glyn, una filial con 1,8 millones de clientes individuales y cuentas de 250.000 empresas de pequeño tamaño. Según la prensa británica , el Banco Santander ha lanzado una oferta formal por sus 316 sucursales. Aunque en días pasados, su responsable en el Reino Unido, Nathan Bostock, antiguo director financieron del RBS, lo desdeñó con un “eso son especulaciones del mercado” y dio a entender que la entidad española buscaría mantener su crecimiento en Gran Bretaña sin más adquisiciones.
El Santander UK de 1.650 millones de libras (1.950 millones de euros), pero no salió adelante por problemas informáticos y supuestas dudas para la seguridad de los clientes. A pesar de que ha invertido unos 1.416 millones de euros en un plan para mejorar, el soporte tecnológico del RBS no acaba de funcionar bien. En 2013 la entidad sufrió una aparatosa avería, que impidió a millones de clientes acceder a sus cuentas, en algunos casos incluso durante semanas. En caso de cerrarse la nueva operación, el Santander trasladaría a su propia plataforma informática a los clientes de W&G, un proceso muy completo. Ross McEvan, el consejero delegado de RBS, ha comentado que este proceso de venta es “el proyecto más increíblemente complejo que en visto en banca en cualquier lugar del mundo”.
RBS sigue sin acabar de recuperarse. En la primera mitad del año ha perdido 247 millones de libras , frente a 153 del ejercicio anterior. Hoy también se han conocido los malos resultados de la mayor entidad británica , HSBC, con cabeceras en Londres y Hong Kong (Asia aporta ya el 83,5% del negocio). Su beneficio en la primera mitad del 2016 ha caído un 29% y reconocen que encaran “un periodo turbulento”, “una etapa de incertidumbre”. El Brexit no es ajeno al revés: “Hay una volatilidad excepcional en los mercados financieros tras la salida de la UE, un resultado que no habían anticipado”. HSBC cree que las empresas y bancos británicos “han entrado en una nueva era tras el Brexit” y la incertidumbre “continuará por algún tiempo”.
En contra de lo que proclaman los ministros bréxiters del Gobierno de Theresa May, que alardean de que se abren grandes oportunidades comerciales para el país una vez libre de las reglas de la UE, el HSBC cree que llevará muy tiempo firmar nuevos acuerdos con terceros países y que resultará un proceso complejo.
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