La banca rechaza el impuesto al sector del Gobierno socialista al verlo injusto y dañino
Las patronales AEB y CECA defienden que la contribución del sector financiero al sostenimiento del gasto público es superior al de otros sectores
El Gobierno de Pedro Sánchez se ha encontrado, como era de esperar, con la oposición frontal del sector financiero a su plan de establecer un nuevo gravamen a la banca para ayudar a sufragrar las pensiones públicas . La Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) han remitido una carta al Ejecutivo socialista en la que le hacen saber de forma oficial su postura de rechazo. «La creación de nuevos gravámenes a la banca no constituye una solución adecuada, porque sería injusta y porque conllevaría efectos colaterales perjudiciales para la economía española en general», señalan las dos principales patronales del sector.
El primer argumento de las organizaciones que presiden José María Roldán e Isidro Fainé y que representan a entidades como el Santader, BBVA, Caixabank, Bankia, el Sabadell, Bankinter y las antiguas cajas de ahorros medianas , entre muchas otras, es que no ven «en modo alguno razonable» hacer esa discriminación entre unos y sectores y otros y «hacer recaer las necesidades de ingreso adicional del sistema de pensiones sobre un único sector empresarial». La banca ya ha manifestado en otras ocasiones que ni siquiera el rescate de una parte de las entidades, sobre todo cajas de ahorros, lo justifica.
Ahora, además, recuerda que el peso del sector financiero sobre la economía española y los beneficios empresariales es de en torno al 3% . En este sentido, las entidades financieras del país defienden que su contribución al sostenimiento del gasto público ya es superior al de otros sectores por la existencia, entre otras medidas, de un tipo impositivo incrementado del impuesto de Sociedades para el sector, de un impuesto sobre los depósitos y de cuotas del IVA soportado no deducibles. En todo caso, la banca no detalla en cifras cuál es su aportación anual a las arcas públicas.
«El incremento de la carga tributaria del sector financiero generaría para nuestras entidades una desventaja competitiva a nivel europeo, y supondría un obstáculo al relevante papel que desempeña este sector en términos económicos y sociales, con especial incidencia en lo que hace a su contribución al empleo y al desarrollo de la actividad económica a través de la concesión del crédito», añade la banca en su comunicado, en que que también se queja de que esto supondría una carga más para sus niveles de rentabilidad.
Los bancos recuerdan que sus contribuciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y al Fondo de Resolución ya suponen un coste para el sector financiero que afecta a los resultados y, por tanto, a los dividendos que percibe una amplia base accionarial minorista . «El establecimiento de un impuesto sectorial supondría un sobrecoste adicional que haría aún más difícil acceder al mercado de capitales», explica el sector, que advierte de que ese impuesto singular sobre el sector «podría tener unos efectos recaudatorios inferiores a los pretendidos y, sin embargo, afectar de forma muy negativa a la solvencia del mismo».
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