Austria establece un precio mínimo de 40 euros para los billetes de avión

El gobierno austriaco presenta la medida como pionera en un mercado que tenderá a reducir, si no a eliminar, los vuelos «low cost»

Viena inyectará 450 millones para rescatar a Lufthansa REUTERS

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El gobierno austriaco ha llegado a un acuerdo con el grupo Lufthansa para aportar un paquete de rescate de 450 millones de euros , con el que se suma al rescate del gobierno alemán, que asciende a 9.000 millones. Intenta así contrarrestar los de la paralización de la actividad de Austrian Airlines, su compañía bandera, que es propiedad del grupo alemán. En este contexto, el gobierno de coalición entre los conservadores de Sebastian Kurz y el partido Los Verdes, se siente legitimado para introducir nuevos gravámenes especiales y reglas para toda la industria del transporte aéreo. Y la más llamativa es la que establece que, a partir de ahora, un billete de avión en Austria debe costar un mínimo de 40 euros.

El gobierno austriaco presenta la medida como pionera, en un mercado que tenderá a reducir, si no a eliminar, los vuelos «low cost». La República Alpina quiere ser el primer país de Europa en abolir los billetes más baratos, medida con la que espera beneficiar al medio ambiente y los trabajadores, pero con la que sin duda perjudicará a las compañías que viven de este modelo de negocio y a los clientes. La ministra de Medio Ambiente de Austria, Leonore Gewessler, ha justificado que las normas antidumping tienen por objeto poner fin a "ciertos excesos" y sus consecuencias sociales y ecológicas. Avanza un "cambio de rumbo en la aviación" y sitúa a Austria a la cabeza "de la lucha contra las aerolíneas baratas que obtienen ganancias a expensas de nuestro medio ambiente".

En términos de tarifas aeroportuarias, Austria dará trato preferente a los aviones que generen menos CO2 y menos ruido . En lugar de un impuesto por billete de avión de 3,50 a 17 euros escalonado según la ruta, las compañías deberán pagar un impuesto especial de 30 euros por cada pasajero de los vuelos que recorren menos de 350 kilómetros de distancia con el objetivo de que terminen desapareciendo los vuelos cuya ruta pueda ser recorrida en tren. Para los turistas que desean volar a destinos de sol desde aerolíneas de bajo coste, como Ryanair, Easyjet o Wizz desde Austria, ya no habrá billetes de super oferta en el futuro, lo que sin duda tendrá también consecuencias en el volumen de turismo que termine llegando a las costas mediterráneas. Ryanair, por ejemplo, cobró un precio promedio por billete de avión en el año fiscal 2019, antes de la crisis sanitaria, de 37 euros. El año pasado, la aerolínea de bajo coste irlandesa ofreció 100.000 billetes por 9,99 euros a través de su filial austriaca Lauda Air, muy populares entre los turistas austriacos y que ya no podrá vender en el futuro.

El CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, se había pronunciado en repetidas ocasiones en contra de los billetes súper baratos y Ryanair había respondido señalando que el Grupo Lufthansa tenía costes generales demasiado altos y, por lo tanto, no podía ofrecer productos tan baratos. También alegó que, cuando se trata de aviones modernos y, por lo tanto, más ecológicos, las aerolíneas baratas generalmente no tienen que ponerse al día.

El sector turístico austriaco, aunque de intensa actividad en relación con el tamaño del país, no es vital para economías cuyo PIB se nutre de turistas europeos, como la española, pero sí sería muy preocupante que otros países siguiesen el ejemplo de Viena . En este sentido, el acuerdo al que el gobierno alemán ha llegado con el grupo Lufthansa para el rescate, aunque incluye cláusulas de sostenibilidad, no exige un marco general para la industria que tan concreto como el de Viena. El gobierno francés, por su parte, ha acordado también recientemente miles de millones en ayuda a Air France con la condición de que la aerolínea no pueda ofrecer rutas dentro de Francia que puedan completarse en dos horas y media en tren.

Un reciente informe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) afirma que en 2020 se espera una caída de la demanda de pasajeros aéreos del 48% respecto a 2019 y que muchas aerolíneas podrían no superar la crisis. Alexandre de Juniac, director general de la IATA, ha advertido que las exigencias de distanciamiento de pasajeros obligará de por sí a incrementar los precios en al menos un 50% de cara al cliente. Los expertos en aviación comercial auguran que estamos asistiendo al principio del fin del a era de vuelos baratos, que ha durado 25 años y que la crisis sanitaria está precipitando a su final, después de la quiebra, anterior al coronavirus, de varias compañías de vuelos baratos en Europa. A la menor demanda que sin duda causará la pandemia y la reducción de viajes de negocios, tras consolidarse la videoconferencia como modo de comunicación homologado durante el confinamiento, se suman ahora normativas legales más restrictivas, lo que tendrá como consecuencia, en el mejor delos casos, una disminución de la oferta de vuelos y conexiones aéreas, además de un aumento de los precios que perjudicará principalmente a los consumidores, puesto que el coste –beneficio para las grandes compañías aéreas mejorará después de que las más pequeñas no hayan logrado sobrevivir.

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