Asenjo asume el espionaje y que falsificó las facturas de Villarejo

El juez emplaza al antiguo responsable de Seguridad de Iberdrola a una tercera declaración para analizar los audios

El comisario jubilado Jose Manuel Villarejo, durante una entrevista

Isabel Vega

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El que fue responsable de Seguridad de Iberdrola hasta que pactó hace unos meses su salida de la compañía, Antonio Asenjo, asume toda la responsabilidad de los 17 encargos por los que la eléctrica pagó 1,1 millones de euros a las empresas del comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo, hasta el punto de reconocer en la Audiencia Nacional que él falsificó todas y cada una de las facturas –no se firmaban contratos– y se inventó el concepto a consignar para «tapar» el auténtico propósito de las encomiendas. Mientras, la documentación original, la destruía , según fuentes jurídicas consultadas por ABC.

A lo largo de ocho horas de declaración en dos sesiones y pendiente de una nueva citación en la que se le mostrarán más audios de Villarejo que obran en el sumario, Asenjo ha cerrado filas en torno al presidente Ignacio Sánchez Galán, al que exime de cualquier implicación, al tiempo que ha defendido su propia inocencia. Argumenta, por un lado, que no pudo haber cohecho porque creía que Villarejo estaba en excedencia –en 2003 había vuelto a la Policía–.

Por otro lado, sostiene que aunque las facturas falsas escondían espionajes , los informes que el comisario generaba a cambio no contenían datos de fuentes ilícitas. Además, plantea que esa manipulación de la facturación podría estar ya prescrita en todos los casos salvo en uno: un pago por un informe patrimonial de un empresario de Rumanía con el que Iberdrola afrontaba un laudo arbitral. Para entonces, 2017, Villarejo se había jubilado en la Policía.

En cuanto a Galán, Asenjo le ha cubierto hasta tal punto que el juez ha preguntado cómo pudo ordenar espiar al presidente de la principal empresa de la competencia –Manuel Pizarro, de Endesa–, sin decírselo a su jefe. De acuerdo a las fuentes consultadas, ha reconocido que de algún informe sí debía estar al corriente y que algún asunto despacharon de tú a tú, pero duda que llegase a saber que detrás de Cenyt estaba Villarejo.

Esta fue la versión que contó a los responsables de la auditoría interna de Iberdrola sobre el caso Villarejo, ante los que reconoció la falsedad de las facturas, tal y como ha explicado al juez y los fiscales. No obstante, de su confesión no se desprendió despido disciplinario, pues hubo un amago de Recursos Humanos dos días después de saltar el escándalo que acabó en una baja médica. Asenjo, que estaba pendiente de una intervención, fue recibido por Galán en su casa y según ha dicho, no hablaron de dinero sino de su dolencia, pero al final, pactó su salida con la empresa: 1,1 millones de euros, tal cual ha explicado al juez, «en neto» y sin conocimiento del Consejo.

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