Antonio Brufau - CAMINOS DE INNOVACIÓN
Escuchemos a la ciencia
Los caminos de esta transición son muchos y variados, pero en todos ellos, la industria tiene que desempeñar un papel clave
La industria ha sido uno de los principales motores del crecimiento y el bienestar que disfrutamos como españoles y europeos. De hecho, se puede decir que es la columna vertebral de la economía del continente: supone el 80% de las exportaciones y de los gastos en investigación, tecnología, desarrollo e innovación; genera trabajos altamente cualificados y bien pagados; y resulta clave en la competitividad y la prosperidad de los ciudadanos.
Sin embargo, el peso del sector industrial en la economía europea ha venido descendiendo sustancialmente en los últimos años hasta llegar al 16% del PIB, lejos del 19% que representaba en el año 2000.
No debemos perder de vista el objetivo de la Unión Europea de contar con una industria fuerte y de alto rendimiento para el futuro de la economía europea y la necesidad de incrementar su peso en el PIB de la UE hasta el 20% para 2020 y que, lamentablemente hoy estamos lejos de alcanzar este objetivo y tan sólo queda un año. Es evidente que estamos perdiendo terreno y que esto puede traer consecuencias seriamente negativas para nuestras economías y para el bienestar de los europeos. Tenemos que trabajar juntos para fortalecer nuestra industria nacional y europea y conseguir que compita en tecnología punta e innovación, al tiempo que avanzamos por la senda de la transición energética.
Como europeos, nos sentimos orgullosos de haber asumido el liderazgo global en la lucha contra el cambio climático y de haber fijado una ruta de crecimiento que aspira a que nos convirtamos en la primera gran economía del mundo en conseguir la neutralidad climática en 2050 . El liderazgo más efectivo para Europa consistirá en emplear todos nuestros recursos, nuestra inteligencia y nuestra ciencia en el desarrollo de las tecnologías que pueden ayudar a nuestros vecinos en todo el mundo a reducir, absorber o compensar sus emisiones y debemos ser generosos en este empeño.
El mundo debe tener éxito en la transición energética y la innovación y la tecnología serán claves en este camino hacia el éxito. No podemos olvidar que la industria es el mejor ecosistema para promover la innovación. Donde existe industria, florece la innovación. Estimulemos este ecosistema para conseguir una solución global.
Nos enfrentamos a un reto planetario y de una dimensión tal que decisiones meramente comerciales o políticas no aseguran por sí solas la respuesta necesaria. Es el momento para dejarnos guiar por científicos y expertos en tecnología con la habilidad suficiente para mirar más en profundidad y ver más allá. Si no le damos a la ciencia la oportunidad de generar las soluciones tecnológicas que necesita un reto tan complejo, esta transición estará condenada al fracaso.
Para completar este camino hacia el éxito, conducido por la tecnología y por la innovación, debemos ser conscientes de que cualquier actuación debe basarse en los pilares de la neutralidad tecnológica, la eficiencia y la rentabilidad, y situar a los ciudadanos en el centro de la toma de decisiones.
Escuchemos a la ciencia, aceptemos sus consejos y abramos nuestra mente a las soluciones, vengan de donde vengan. Los caminos de esta transición son muchos y variados, pero en todos ellos, la industria tiene que desempeñar un papel clave. Esta es la única manera de garantizar un crecimiento sostenible , crear empleo de calidad y solucionar los retos sociales a los que nos enfrentamos.
Antonio Brufau es presidente de Repsol