La amenaza intervencionista liquida la transición energética en México

La reforma elécrica de López Obrador, que pretende limitar la participación privada en la generación eléctrica, pone en alerta a la empresas españolas

Muchos expertos subrayan que el objetivo del presidente méxicano es convertir el mercado en un monopolio público EFE

BORJA RAMA

Como si de una electrocución se tratara, las empresas españolas con inversiones energéticas en México esperan con incertidumbre y cierto desasosiego la votación de la reforma eléctrica que Morena -el partido presidencialista- busca llevar a cabo el 13 de abril en la Cámara de Diputados mexicana, para al día siguiente trasladarla al Senado donde se discutirá su resolución definitiva. La nueva orden cancelaría los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos del sector privado teniendo a la CFE (Comisión Federal de Electricidad en México) como único cliente, convirtiéndolo «en un posible monopolio», opinan expertos consultados. Tal y como constata la ley, esta empresa estatal aglutinaría el poder eligiendo las modalidades de contrato, los procedimientos para despachar energía y las tarifas de las redes de transmisión y distribución, así como las tarifas para los usuarios finales.

Sombra expropiadora

«Es una expropiación indirecta porque nosotros invertimos con unas condiciones económicas y de costo tecnológico mucho más altas de las que habría hoy en día», admite categórico el dueño español de una empresa de energía limpia en sintonía con el parecer de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, que augura «la cancelación de la transición energética». «Si nos quita el permiso y nos hace vender al Gobierno, al plazo y el precio que diga para mí es una expropiación. Intenta controlar el sector público y el privado», concluye el expatriado con familia mexicana que se ha visto abocado a dar relevancia a sus otros negocios secundarios y menos suculentos.

«A mí me preocupa la fuga de talento», nos expresa otro ingeniero que trabaja para una enorme multinacional europea. Debido a que los técnicos especializados de la CRE (Comisión Reguladora de Energía) están valorados como los mejores del sector. Así, ingenieros formados en México parten a Colombia o Perú. A esto hay que añadir los dos años de parón de las renovables, casi obligatorios salga o no adelante la nueva ley que busca implantar López Obrador. Eso sí, las empresas se están manteniendo, reduciendo al mínimo sus estructuras, comprando terrenos para futuros proyectos, pero no quieren salir, dejar México, ya que a largo plazo lo visualizan seguro.

En el sector se habla de «expropiación indirecta» por el cambio de condiciones económicas

La elección no será baladí como demuestra que España tiene una participación de 19,7% (9,740 millones de dólares) en el sector energético con 471 sociedades, sólo por detrás de EE.UU. El Consejo Global de Energía Eólica augura unas pérdidas totales de 3.000 millones de euros si se aprueba la nueva reforma energética en México que podrían ascender al doble si se suma el mercado fotovoltaico.

«No es más bien contra las empresas españolas si no contra la iniciativa privada», declara Alberto Quílez, un ingeniero nacional sobre la nueva normativa. «Causará un cisma e incumpliremos a los bancos mientras está todo parado, no hay proyectos nuevos y ha supuesto un congelamiento de las inversiones desde hace un año y medio», nos comunica un inversor que se ha retirado a Sudamérica. «No creo que se atreva a expropiar porque los últimos años de mandato sería muy arriesgado. Los últimos años de Gobierno no puede haber pleitos», concluye.

ABC ha indagado y en exclusiva nos enteramos que el equipo de Guillermo Arizmendi, director corporativo de la CFE, está reforzando su equipo con nuevos fichajes por lo que la aprobación de la transición a un sistema público de energía podría ser efectiva. Por otro lado, trabajadores de Iberdrola manifiestan su tranquilidad con visión a largo plazo. Muchas de las grandes empresas que se han visto afectadas buscan ahora una cartera de proyectos para dentro de dos años, «esperando a que pase el chaparrón», por el gran potencial en energías renovables que presenta la nación hermana con sol acuciante y vientos fuertes.

Apuesta perida

Las renovables pasan por todo tipo de vicisitudes en México argumentando técnicamente su intermitencia, tildándolas de energías asíncronas que propician la desestabilización de la red cuando hace más de dos décadas que funcionan en el resto del mundo y no por ello se han dejado de utilizar. Los ingenieros analistas consultados observan una tendencia nacionalista a usar recursos propios desfasados, como el petróleo. México tiene la oportunidad de desarrollar proyectos de almacenamiento de energías renovables mediante hidrógeno verde (que está sin regular) gracias al agua y las renovables, con lo que dejarían de ser intermitentes, y podría integrarse en el sistema eléctrico mediante inversión. Sería así líder en hidrógeno y esto le quitaría dependencia del gas natural de otras naciones.

Una energía estatal, poco eficiente y sostenible

El experto en energía limpia Alberto Quílez, director de ingeniería de una empresa mexicana, asegura que vamos en el camino contrario para respetar la agenda 2030 cuando «se está potenciando la participación de la CFE con centrales obsoletas y contaminantes». Confiesan fuentes anónimas a este periódico, que comisionados de la Comisión Reguladora de Energía han vislumbrado que en suelo mesoamericano se debe potenciar el combustóleo, sobrante del refino de petróleo que emite sulfuros y que puede provocar lluvia ácida contraviniendo el Acuerdo de París. Un dato desconcertante, considerando que Ciudad de México es la quinta urbe más contaminada del mundo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación