El impacto económico del coronavirus

«Los inversores están vendiendo activos de riesgo y comprando activos refugio, un comportamiento totalmente racional ante la incertidumbre»

EFE/Alex Hofford

Álvaro Cabeza

Las celebraciones del Año Nuevo Lunar en China se han visto ensombrecidas por la propagación del coronavirus , que ha afectado a miles personas y ya ha provocado cientos de muertes. Al no estar claros todos los detalles sobre su propagación a escala mundial, los síntomas, el periodo de incubación y las tasas de mortalidad, los inversores están vendiendo activos de riesgo y comprando activos refugio , un comportamiento totalmente racional ante tal incertidumbre.

No podemos decir con confianza cómo o con qué rapidez es probable que las cosas progresen. Pero, dejando de lado la tragedia humana, la Historia nos sugiere que estas epidemias tienen un impacto limitado a corto plazo en la economía en general, que a menudo va seguido de un fuerte rebote a medida que se desencadena la demanda acumulada. Sospechamos que este riesgo geopolítico en particular terminará siendo una oportunidad para entrar en activos de mercados emergentes con valoraciones más atractivas.

Esta opinión positiva comienza con nuestra convicción de que el crecimiento mundial está experimentando un repunte cíclico tras la fuerte desaceleración de la industria manufacturera en los años 2018 y 2019. En los últimos meses, los principales indicadores del crecimiento global han experimentado un claro repunte. Los indicadores macroeconómicos de alta frecuencia en todos los universos desarrollados y emergentes respaldan aún más esta opinión. Si bien es probable que el efecto del coronavirus afecte a ese impulso a corto plazo, no creemos que vaya a hacer descarrilar.

De hecho pensamos que hay más detrás de este rebote de lo que los mercados están descontando actualmente. El crecimiento de la demanda global parece apoyarse en el impacto retardado de la agresiva política monetaria acomodaticia en los mercados desarrollados y emergentes en 2019. Este tipo de movimiento brusco hacia una política acomodaticia ha facilitado históricamente las condiciones crediticias, sentando las bases para una recuperación económica en forma de V. Los bancos centrales seguirán siendo flexibles en 2020. Hay margen para que la política monetaria del mercado monetario en su conjunto proporcione un mayor estímulo en caso de que sea necesario.

Por supuesto, las perspectivas de China y del comercio mundial son de particular importancia para los mercados emergentes. La posición central de China a nivel mundial en la cadena de manufacturas, en el suministro de productos básicos, así como de inversiones, hace que el crecimiento y los beneficios de los mercados emergentes dependan en gran medida de este país. Por consiguiente, la reducción de los aranceles (y las tensiones) en el marco de la «Fase 1» del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China representa una bienvenida moderación del riesgo geopolítico.

Mientras tanto, el apoyo específico de China a su sector manufacturero y el estímulo monetario más amplio parecen estar funcionando. Hay pruebas convincentes de que la desaceleración se está estabilizando. Esto sugiere que, a pesar de su actual enfoque en el desapalancamiento estructural, China está dispuesta y es capaz de proporcionar el estímulo necesario para amortiguar su economía contra las adversidades cíclicas, tanto nacionales como internacionales.

¿Pero importa algo de esto a la luz del coronavirus? El coronavirus es una incógnita y su impacto es difícil de cuantificar. Por el momento, nuestro escenario principal es que el virus tendrá un impacto significativo en el crecimiento del consumo chino en el primer trimestre del ejercicio actual y luego se desvanecerá, preparando el terreno para un fuerte rebote. Para ello es importante que las autoridades chinas tengan a su disposición toda la combinación de políticas para mitigar cualquier impacto negativo más prolongado en caso de que sea necesario: una mayor relajación monetaria a través de recortes en los tipos de interés de referencia y en el aspecto fiscal a través del aumento del gasto público en inversiones en infraestructura y otras iniciativas de gasto de alto multiplicador. Lo más importante es que no vemos actualmente que el virus desmonte el impulso a la industria manufacturera china que comenzó a finales de 2019.

Álvaro Cabeza es director de UBS AM para Iberia

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