Los algoritmos también entienden del corazón
La startup española Idoven exprime las posibilidades de la Inteligencia Artificial para diagnosticar y prevenir los afecciones cardíacas
Idoven es la startup española que ha conseguido digitalizar los exámenes médicos cardiológicos. Esta ‘healthtech’ ha desarrollado un software en la nube de IA para cardiología, capaz de analizar electrocardiogramas ‘holters ’ (actividad eléctrica del corazón) y devolver un diagnóstico médico al paciente. Para ello, lo único que debe hacer el usuario es pedir a través de la web el «paquete» de chequeo cardiaco que desee (van desde 99 euros hasta 450 euros) y la compañía envía un dispositivo a domicilio con un mensajero. Después el software y el equipo médico analizan el corazón y al cabo de unos días el paciente devuelve el dispositivo y recibe su diagnóstico.
Si bien el negocio cuenta también con un área B2B (en la que Idoven presta el servicio directamente a médicos, empresas de hardware médico o a las plataformas digitales de salud), es del área B2C de la que Manuel Marina, CEO de la startup, se siente más orgulloso, ya que este área «se replantea desde cero cómo pueden diagnosticarse los pacientes en la nueva era digital, en la que la medicina puede llegar a tu casa». Con esta estrategia, que en la startup han llamado «dispositivos como puntos de cuidado», Marina asegura que se lleva la salud «más allá de los muros del hospital», un fenómeno que se vio potenciado durante la pandemia. « Pasamos de 2.000-3.000 visitas a nuestra página web a 60.000 visitas en los primeros siete días del covid», asegura el CEO de Idoven.
No sorprende que esta disruptiva empresa llegue de manos de un cardiólogo. Sin embargo, si es inusual encontrar un equipo de fundadores con tan diferenciados perfiles. La startup nació en mayo de 2018, pero estaba echando raíces desde el 2014, año en el que el médico cardiólogo Manuel Marina Breysse (actualmente CEO) y José María Lillo Castellano, ingeniero de Telecomunicaciones (actualmente CTO), coincidieron en el Centro Nacional de Investigaciones cardiovasculares, donde precisamente el segundo realizaba una tesis doctoral en ‘machine learning’ aplicado a la cardiología. « El objetivo fue que un cardiólogo y un ingeniero se entendieran para enseñarle a un software cardiología». Y, después de muchas horas de estudio, lo lograron. Fue en 2018 cuando consiguieron automatizar parcialmente el diagnóstico que le toma un millón de horas al día a los médicos en Europa. «Entonces decidimos montar la compañía», explica Marina. Y fue aquí cuando Íñigo Juantegui (con larga experiencia en la creación y gestión de startups, como La Nevera Roja o Ontrucks) se unió al proyecto como fundador después de que le explicaran no solo la tecnología detrás del dispositivo, sino su intención de desarrollar el producto y llevarlo al mercado. «La ciencia a veces se publica y nadie la lleva a la cabecera del paciente, son avances científicos de los cuales no se llega a beneficiar el paciente», se lamenta el CEO.
El factor equipo
La empresa, que logró eco mediático hace un año tras sumar a Iker Casillas como inversor, acaba de cerrar una ronda de financiación por dos millones de euros con el apoyo de Wayra, y aunque el producto sin ninguna duda se vale por sí mismo, ha sido el equipo que lo conforma quienes han convencido al hub de innovación de Telefónica. «Lo más importante y lo que más nos llamó la atención de toda la empresa es el tema de equipo, los perfiles complementarios que tienen», asegura Paloma Castellano, directora de Wayra Madrid. Marina asegura que el objetivo de la nueva ronda es impulsar el crecimiento y precisamente «acelerar la contratación de un equipo de primer nivel y fortalecer la internacionalización» mientras continúa desarrollando su tecnología.