Alemania endurece las inspecciones a la industria del motor

Berlín exigiendo más inspecciones de los motores e información específica sobre el software que incluye cada modelo

El presidente de Volkswagen, Matthias Müller AFP

ROSALÍA SÁNCHEZ

Habrá un antes y un después del escándalo Volkswagen en la normativa alemana para la industria del automóvil. El ministro alemán de Transporte, Alexander Dobrindt, ha confirmado sus planes para endurecer las condiciones de transparencia que impone a los fabricantes, exigiendo más inspecciones de los motores e información específica sobre el software que incluye cada modelo. “Estamos trabajando en un paquete amplio de medidas que incluirá la publicación con todo detalle de los softwares utilizados en cada uno de los motores. Contempla también creación de bancos de pruebas estatales para controles posteriores", ha adelantado el ministro, confiando en que esta nueva red de seguridad evite en el futuro fraudes de ese tipo.

Los nuevos controles se realizarán de forma que los inspectores roten de forma regular en sus puestos, evitando la connivencia de inspector e inspeccionado, y se crearán bancos de pruebas para efectuar controles posteriores para verificar y constatar la clásica inspección vehicular. Estas medidas han sido propuestas por la comisión de investigación nombrada por el Ministerio , pero no parecen suficientes para la organización ecologista "Bund für Umwelt und Naturschutz Deutschland" (BUND). Uno de sus expertos, Jens Hilgenberg, acusa al gobierno alemán de estar jugando un doble juego, ya que “maquilla la situación con esta pequeña reforma mientras presiona en Bruselas para que sean relajados los actuales topes de emisiones de óxido nítrico para coches cero kilómetro en lugar de abogar por una verdadera reforma de las inspecciones”.

Además, el gobierno alemán no logrará tan fácilmente contentar a las autoridades europeas con esta reforma y mantiene otros frentes abiertos. La Comisión ha anunciado una denuncia contra Alemania ante el Tribunal de Justicia de la UE por no haber aplicado la directiva sobre gases de los aires acondicionados al grupo Daimler AG, el fabricante de los vehículos Mercedes, que empleó como refrigerante un gas con efecto invernadero. Alega que Alemania ha infringido la ley comunitaria al permitir comercializar vehículos que no estaban en conformidad con la normativa comunitaria y critica a Berlín por "no haber tomado los pasos necesarios" para verificar que los vehículos cumplían con la legislación de la UE.

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