15.000 empleos menos son pocos para Daimler

El Director de Recursos Humanos, Wilfried Porth alega que la crisis ha debilitado al grupo y que no puede permitirse niveles de empleo como los alrededor de 300.000 puestos de trabajo que tiene repartidos en todo el mundo

Reuters

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El grupo automovilístico alemán Daimler planea el recorte de más de 15.000 empleos , una cifra mayor a la que en un primer lugar manejaba la empresa y que se ve ahora obligada a aumentar por la crisis del coronavirus. El Director de Recursos Humanos, Wilfried Porth, asegura que no puede todavía dar cifras concretas y se limita a decir que «el nuevo número es definitivamente más alto que los calculados 15.000». Porth acusa al comité de empresa de «falsa cortesía» y alega que la crisis consecuencia de la pandemia ha debilitado el grupo de tal modo que no puede ya pensar en permitirse niveles de empleo como los alrededor de 300.000 puestos de trabajo que tiene repartidos en todo el mundo.

El CEO, Ola Källenius, ya había enfatizado en la Asamblea General Anual del pasado miércoles que el programa de austeridad lanzado el otoño pasado tenía que ser más estricto. Además de una gran cantidad de medidas adicionales, ese plan contenía un recorte en el área de personal de 1.400 millones de euros . Pero estos tampoco son suficientes. «Esa es la base. Ahora el número definitivamente está aumentando», reconoce Porth.

Los problemas de Daimler están perfectamente identificados por la dirección de la empresa: restricciones debidas a la pandemia, movilidad eléctrica y posicionamiento de costes. «Tenemos tres conjuntos diferentes de problemas: uno es la pandemia, que ahora también está causando una crisis económica. Tenemos también el tema de la electromovilidad y el tema del posicionamiento competitivo de costes. Dos de estos asuntos estaban ahí ya antes, con la pandemia se han agravado. Por eso no se trata ahora de inventar nuevas medidas, sino de utilizar todavía más las palancas existentes», dice el feje de personal.

Hasta ahora, Daimler ha basado principalmente sus recortes en la fluctuación natural de trabajadores, en los planes de jubilación parcial y las indemnizaciones por despido y en costes de administración. Pero Porth considera que podrían extenderse ahora a áreas de producción y contratos individuales . Alrededor de 700 empleados han aceptado la oferta por el momento. Además, hay discusiones sobre la externalización del servicio de TI a una empresa externa, lo que afectaría a unos 2.000 puestos de trabajo. En relación con la reestructuración del grupo, se ha llegado a un acuerdo con el comité de empresa para la «Seguridad futura 2030», un programa denominado internamente «ZuSi», según el cual no debería haber despidos hasta el final de la década. Sin embargo, Porth considera que será necesaria la renegociación porque el marco económico está cambiando significativamente. «El mismo acuerdo describe el camino que en última instancia puede conducir a despidos sin la necesidad de rescindir el acuerdo en una situación económicamente excepcional», recuerda. «Desafortunadamente, la voluntad del comité de empresa para permitir medidas realmente significativas no es particularmente pronunciada», critica Porth.

En as grandes empresas automovilísticas alemanas está teniendo lugar además un cambio de gestión del empleo y surge una nueva cultura empresarial muy alejada de privilegios que están a punto de pasar a la historia. «Los cambios no afectan solamente al número de empleos. Tenemos convenios colectivos que establecen descansos, pagamos bonos de turno tardío a partir de los 214 días, todo esto es algo histórico, que pudo haber sido correcto en otro momento pero que ya no encaja con los tiempos de hoy ni con las estructuras de costes actuale», explica Porth, que prefiere no entrar todavía a concretar si estamos hablando de retirar las compensaciones por las reducciones de jornada o pagas extraordinarias de Navidad o vacaciones... «La pregunta que debemos hacernos es cuál es la medida más fácil de implementar y con menor impacto en los empleados», explica, «no queremos hacer nada que realmente ponga a los empleados en problemas económicos, pero tenemos que encontrar una manera de implementar la reestructuración de la compañía, es una cuestión de supervivencia».

La estructura de la empresa también está sufriendo modificaciones. La propietaria de las marcas Mercedes-Benz y Smart, busca nuevo dueño para su fábrica en Hambach, Francia, según un comunicado emitido por el consorcio alemán, una medida que implica llevarse la producción a China y que tendrá como resultado un efecto negativo de unos 500 millones de euros en el balance de la compañía. Alrededor de 1.600 empleados trabajan en Hambach. El objetivo de Daimler es «optimizar la red de producción global», de forma que la fabricación de Smart se trasladará a China y allí se encargará de la producción Smart Automobile Co, una empresa conjunta de Mercedes-Benz AG y el Grupo Zhejiang Geely (propietaria de Lotus, Proton, Lynk & Co y Volvo entre otras). Hace un año, el consorcio alemán se asoció con el gigante liderado por Li Shufu, y desde entonces comparten al 50% la marca smart, ahora 100% eléctrica . La planta de Hambach lleva funcionando desde octubre de 1997 con modelos eléctricos y de combustión, y ha estado produciendo la cuarta generación de vehículos eléctricos inteligentes con el smart EQ fortwo y el smart EQ fortwo Cabrio desde 2019.

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