opinión
De los «Todo a 100» a los nuevos «Villar Mir», «Ortega»... de ojos rasgados
Los más importantes inversores chinos han decidido hacer suyos grandes proyectos españoles relacionados sobre todo con el sector turístico, ocio e inmobiliario
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Para hablar de la cultura china tradicional es de obligado cumplimiento referirse a Confucio (551-479 a. C.), el fundador de la escuela confuciana , una doctrina moderada y fuertemente anclada en la mentalidad tradicional que marcó la ética dominante en China al menos hasta comienzos del siglo XX , si bien la influencia hasta nuestros días, a pesar del esfuerzo de las autoridades comunistas por erradicarla, es constatable. No en vano, en la década de los setenta, un erudito estadounidense elaboró una lista de los cien personajes más influyentes de la historia y situó a Confucio en el quinto lugar, por detrás de Jesús y de Sakyamuni (Buda) . Pero... ¿y si esa lista la hubiera confeccionado un chino? Pues seguro que el filósofo oriental estaría en el «number one».
Entre las célebres frases de Confucio para la posteridad, destacar una que llevan inyectada prácticamente en vena sus compatriotas contemporáneos, y en mayor medida, sus empresarios: «Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos» . Tal cual. El empresario chino, esté en el estatus social que esté, y con el negocio que regente sea del tamaño que sea, aplica con escrupulosa diligencia dicha máxima. Además, muchos de ellos coinciden en su proceder: «Nuestro modelo es comprar rápido, trabajar duro y acabar pronto». Y, sobre todo, hacer suyo el negocio. Los resultados, sobre la mesa.
Y para muestra, más de un botón... porque en España que los empresarios chinos están triunfando , es una realidad. Y que siguen con especial interés todo lo que se mueve, también. En los últimos años, de hecho, han sabido pasar de esa imagen de pequeños empresarios del «Todo a 100» a estar involucrados en los mayores proyectos inmobiliarios y/o turísticos de la actualidad empresarial española, al tiempo que con nombres y apellidos muchos de ellos ganan popularidad día tras día. Son los grandes magnates del gigante asiático que ven en nuestro país el futuro de sus negocios y... de sus «pequeños», porque el futuro de los suyos está en juego, y España es buen lugar para crecer . Y para mirar oportunidades, si acaso alguna escuela de negocio que «no ande» con los números muy «en negro» que digamos. Por mirar que no quede... Pero algo hay de eso, sí.
Aunque, de momento, los inversores «de ojos rasgados» piensan más en inmuebles «baratos» y en sacarle partido al «sol» español. No en vano no tardaron en aprovechar las consecuencias del «boom» inmobiliario en nuestros suelos. Así, el hombre más rico de China, Wang Jianlin, propietario del Grupo Wanda , llegó a España con la firme intención de invertir. Tuvo suerte. Se topó con el empresario Enrique Cerezo -presidente del Atlético de Madrid- quien le convenció para que visitara el vacío Edificio España, ese tan nuestro y emblemático rascacielos levantado en el centro de Madrid allá por 1953. Tras cenar en el Teatro Real con el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y con el de la patronal madrileña, Arturo Fernández, el magnate chino decidió reunirse tan sólo un día después, en mayo de 2014, con los ejecutivos de Banco Santander, propietario del inmueble -y con unas ganas tremendas de desahacerse de él- y se lo compró . Un talón de 265 millones de euros en un plis plas. Y es que al final, el consejo inversor le vino bien a Cerezo que meses después, ya en enero de este año, decidió vender al magnate chino un 20% de las acciones de su club de fútbol , por 45 millones de euros.
Y mientras Wang no pierde ripio, el conglomerado industrial de igual nacionalidad HNA centra su interés en el sector turístico y de ocio español, no en la construcción ni en el negocio inmobiliario... ¡ojo! de momento. HNA es ya principal accionista de NH Hotel Group , donde llegó con la «sana» y «firme» intención de hacer lo que está haciendo: mandar. El conglomerado chino siempre actúa de igual forma: entra en empresas con situaciones de «incertidumbre» accionarial, o con relevos generacionales sin resolver, o negocios con ciertos problemas de liquidez... Minimizando la inversión, para maximizar el retorno. NHA ya es accionista mayoritario, con el 29,5%, y si bien quiere hacerse con el control total de la hotelera, lo quiere hacer sin tener que lanzar una OPA, atajando. Su propuesta, reducir el número de consejeros de 13 a 11 fue interpretada así. Y mientras mantiene el pulso con el resto de accionistas de NH, se reúne con Juan José Hidalgo , fundador y principal accionista de Globalia . El grupo turístico reconoció a principios de este mes que está analizando la entrada en su capital del grupo chino si bien Hidalgo no está por la labor de ceder la mayoría, sólo hasta un 49%. HNA, por su parte, ha condicionado la operación a hacerse con el control del 51% del capital del grupo turístico, lo que supone adquirir las participaciones de los inversores minoritarios, que controlan un 48,42%, y cerca de un 3% al propio Hidalgo. En las negociaciones, la posibilidad de que haya dos gobiernos al frente de la compañía, en definitiva, similar proceder que en NH. Dos presidentes, dos formas de gestionar... un sólo futuro ¿«con ojos rasgados»? Y mientras tanto también negocian con Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL ... Ya lo señaló Robert Kaplan en «Viaje al futuro del imperio»: «La minoría que más contribuyó a cambiar el mundo de los negocios en California fue la china». Quizá en España pase lo mismo.