William Saito, el «Steve Jobs» japonés
Estudió para cumplir el sueño de sus padres, tener un hijo medico, pero él estaba decidido a continuar su temprana aventura en el mundo informático
William Saito apenas tenía 11 años y ya había fundado su propia empresa centrada en la seguridad para los ordenadores a través de la huella digital y el reconocimiento del irisi.
Según informa la BBC, estudió medicina pero renunció poco después de graduarse. Estudió para cumplir el sueño de sus padres , tener un hijo medico, pero él estaba decidido a continuar su temprana aventura en el mundo informático .
En 1991, mientras estaba aun en la universidad, Saito estableció formalmente la empresa I/O Software , la cual se convirtió en una compañía lider en biometría y seguridad informática . 14 años después vendió la entidad a Microsoft por una cifra que, por acuerdo, no se puede revelar pero que Saito asegura que le permitía haberse jubilado. Ahora William tiene 44 años y dice no arrepentirse del resultado final.
Los padres de Saito fueron los percusores de su gran interes por aquellas cosas que no eran de su edad. «Tuve la oportunidad de aprovechar esta ventaja y eso cambió mi vida», declaraba William a la BBC.
A pesar de su inicio precoz , Saito asegura que sus padres le ofrecían una gran cantidad de actividades y le dejaban claro que el éxito era algo más que buenas calificaciones . Esta es una de las lecciones que más han marcado la vida del japonés, quien confiesa que una de sus actividades favoritas es juzgar los planes de negocio y recorrerse el mundo haciendolo.
Ayuda a emprendedores
En 2005, después de vender I/O Software , se transladó a Japón y fundó la firma de capital de riesgo y consultoría InTecur . Sin embargo, su objetivo principal es enseñarle a los japoneses a ser más emprendedores , como un día el fue.
Su nueva compañía, además de asesorar a las empresas pretende ayudar a estos jóvenes emprendedores del sector tecnológico a tener éxito, algo que Saito cree que es una gran dificultad en su país.
«A las personas veintiañeras no se les dan muchas oportunidades. Así que sentí la obligación de devolver a la próxima generación, porque a mi me dieron la oportunidad», así justificaba Saito ante la BBC la función social que ahora esta llevando a cabo.
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