con permiso
Sevilla, de las «dos tardes» con ZP a ayudar a «limpiar» la imagen de ¿«rojo»? de Sánchez
El ex ministro dará una solidez al programa económico del PSOE que ahora mismo no tiene
Un micrófono abierto, como a otros muchos entre nuestros políticos, le jugó una mala pasada, y le lanzó prácticamente al estrellato ante la opinión pública, aunque bien sabe Dios que no lo buscaba, ni mucho menos. Los que le conocen saben que fue así. «Lo que tú necesitas para saber esto son dos tardes», le dijo Jordi Sevilla a José Luis Rodríguez Zapatero, en octubre de 2003, en su etapa como Secretario de Política Económica del P SOE antes de la llegada del propio Zapatero al poder en 2004. Estas palabras llevaron a algunos (bueno más que a «algunos», a «la mayoría») a interpretar que Sevilla le había enseñado economía en dos tardes al futuro presidente del Gobierno. Y al final debió de ser así a tenor del desastre económico en el que cayó España tras sus dos legislaturas y de la herencia recibida... No obstante, Sevilla le abandonó (fue «despedido» más bien) tras dejar la cartera de Administraciones Públicas con Zapatero ya de «superjefe» del Estado.
Ahora bien, en honor a la verdad, Sevilla siempre ha negado la versión de los hechos de una historia «magnificada» (como dicen los concursantes de los «realities» televisivos) en los medios de comunicación, y en varias ocasiones ha reiterado que sus palabras se referían a aspectos concretos de la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado . ¿Por qué dudar? Eso sí, como a este prestigioso economista no le falta sentido del humor, ¡algo de alabar claro que sí!, él también quiso aprovechar la anécdota, y decidió escribir un libro bajo el título «La economía en dos tardes. Un manual para todos, incluidos presidentes del Gobierno» (Deusto, 2012).
Ahora, Jordi Sevilla vuelve a la actualidad mediática con sus «dos tardes de economía» porque ha sido llamado «a filas» por otro candidato socialista a La Moncloa , que con sus palabras lanzó al ruedo político sus verdaderas intenciones al elogiar su «marcado perfil independiente» . Una independencia, por cierto, que le llevó a criticar sin pudor alguno ciertas medidas de política económica de un entonces presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero , pero que le vendrá «de lujo» a Pedro Sánchez , el actual candidato socialista. De aquí al día de las elecciones generales -unos dicen que serán en noviembre, o el domingo 22 o el 29, otros advierten de que se puede alejar en el tiempo hasta el 13 de diciembre... ya saben, la agenda la lleva, «in person», el presidente Rajoy - tiene tiempo para acometer su función: dar una imagen de moderación para desactivar el discurso de los populares del cacareado «¡que vienen los rojos!». Porque lo que sí es un hecho es que sólo con nombrar a Jordi Sevilla como asesor económico el discurso socialista cambió . Y la imagen de Sánchez, lo podría hacer. Sevilla dará una solidez al programa económico del PSOE que ahora mismo no tiene. No en vano, el propio Sánchez está convencidísimo de que contar con Sevilla dará prestigio a su programa, y será clave para que muchos empresarios españoles -sobre todo, a gran nivel- recuperen la fe en una alternativa socialista para un futuro y cercano gobierno, si bien piensa en un programa económico a largo plazo. ¡Para la próxima década!
Desde luego Sánchez -también economista de formación- parece confiar de lleno en el exministro, al que conoció en su época en el equipo económico del candidato Rodríguez Zapatero, porque trabajó junto a él. Lo mismo se sentía con la obligación de compensarle por aquella etapa, no lo sé, pero desde luego que es consciente de lo que gana con sus «servicios». La jugada: si Sánchez gana las próximas elecciones su máximo responsable económico, q uizás como vicepresidente, será Sevilla . Si no, éste volverá a ser lo que era hasta prácticamente ayer, asesor de alto nivel en la consultora PricewaterhouseCoopers y profesor del IE Business School.
El fichaje bien podría ser un viaje sin retorno hacia el PSOE de los viejos tiempos. Urge mirar más al centro-izquierda y, con Sevilla, eso es fácil. Los innumerables pactos en ayuntamientos y comunidades autónomas por toda España ha dejado un poso demasiado «radical» que ha costado ya muchos votos. Ahora bien, para Sevilla el «estatismo» siempre soluciona los desastres. Lo principal es dirigirlo todo desde arriba, y, si el intervencionismo fracasa, pues a intentar enderezar la situación con una nueva batería de intervenciones. ¡Buf! Más de lo mismo. Ahora sabemos, pues, lo que le enseñó «en dos tardes» a Zapatero. En definitiva, propuestas de un socialista que se tapa los ojos ante los desastrosos efectos de sus adoradas políticas keynesianas.
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