La industria alimenticia se encamina hacia la concentración para asegurar el futuro
La semana pasada se produjeron hasta tres importantes movimientos en compañías con gran peso en el sector
Menos actores a cambio de un mercado con más músculo y posibilidades de apertura al exterior . Es el paragidma al que parecen encaminarse las empresas dedicadas al sector alimenticio en España, que en poco más de una semana cerraron hasta tres operaciones de gran repercusión para el futuro de la industria. En concreto, dos compras y un importante acuerdo de colaboración que confirman l a tendencia de concentración empresarial que se viene registrando en los últimos años . La atomización del sector alimenticio español podría ser un fenómeno en vías de extinción.
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Hace poco más de diez días se anunció que la empresa mexicana Bimbo había firmado un principio de acuerdo para la compra del 100% de Panrico , hasta el momento en manos del fondo de capital riesgo estadounidense Oaktree. La operación se encuentra por el momento sujeta a que la CNMC autorice la posición de dominio del mercado que obtendran ambas empresas, así como a la posición que tome el Tribunal Supremo respecto a la legalidad del ERE que realizó Panrico el año pasado. Si se salvan ambos escollos, la creación de un gigante en el sector de la panadería española será un hecho.
Damm-Rodilla; Día-Eroski
Pocos días después de esta compra se conoció que Damm incrementaba su participación en Rodilla del 76% al 100% . Una operación que, según la empresa cervecera afirmó en un comunicado, se ha llevado a cabo «a través de una ampliación de capital» y que se enmarca « en los acuerdos alcanzados en diciembre de 2012 con la familia Rodilla , fecha desde la cual Damm accedió al control accionarial y a la gestión del negocio de la empresa pasando del 35% al 76% del accionariado».
El próximo reto de Damm, una vez cerrado el control total de la cadena de restaurantes, será continuar con «el plan de expansión geográfica y crecimiento del negocio de Grupo Rodilla ». El grupo cuenta, sólo en España, con 200 locales y un total de 1.500 empleados, incluido los franquiciados.
Por último, las empresas de distribución también han realizado su aportación a estos movimientos empresariales con un acuerdo de colaboración entre Eroski y Día , que les permitirá negociar de forma conjunta con sus proveedores y reducir los consiguientes costes en lo que a la distribución se refiere.
Lara Vadillo, responsable de comunicación Externa y Financiera del Grupo DIA , aseguró a ABC que se trata de «un acuerdo de cooperación que permitirá ser más eficientes a la hora de negociar con los proveedores para ofrecer finalmente un mejor precio a los consumidores ». Para Vadillo, existen determinadas «sinergias» por las que ambos grupos pueden salir beneficiados, un fenómeno «que es muy común en países europeos y que en España se ha comenzado a desarrollar , siempre respetando el mercado de competencia».
Precisamente estas relaciones de colaboración a las que hacen referencia desde el Grupo DIA son unos movimientos cada vez más habituales en la industria alimenticia.
José Antonio García, analista de Brattle Group, una consultoría especializada en este sector, destaca que la concentración del mercado es «la consecuencia de la desaparición de empresas como resultado de la recesión sufrida en los últimos años». Lo cierto es que en los últimos ejercicios el sector se ha visto afectado por la crisis económica. Según datos del INE, en los últimos seis años ha habido una reducción del 9,2% en el número de empresas alimenticias, pasando de contar con más de 31.282 compañías en 2008 a 28,343 en 2014.
A pesar de ello, la industria parece excesivamente atomizada. Así lo sostiene José Antonio García, quién explica que esta situación «impide conseguir una estructura de costes eficientes para competir en mercados exteriores y hacer frente a la entrada de competencia exterior en España».
Salida al exterior
De hecho, el analista de Brattle Group afirma que el 70% de las empresas que operan en el sector son pymes y que únicamente el 45% de ellas cuenta con más de nueve empleados , un panorama que provoca que la externalización de las compañías alimenticias sea cuanto menos complicada.
«El hecho de que no haya apenas grandes firmas nacionales entre las grandes del sector, con pequeñas excepciones , deja constancia del importante camino por recorrer y el importante reto al que las empresas españolas deben enfrentarse».
Es en este ámbito donde cobra mayor relevancia la concentración , una opción de futuro para el mercado alimenticio que podría favorecer la creación de entidades más grandes, más fuertes y con proyección internacional en el ámbito de la innovación del mercado alimenticio.
Para García, «la internacionalización , el progresivo proceso de concentración empresarial e incluso la entrada de capital extranjero» son estrategias que el sector tiene que tomar como referencia para mejorar en su asignatura pendiente: la competitividad.
