«El principal riesgo para la economía es que se dé marcha atrás en las reformas»

El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, asegura que España crece y crea empleo no sólo por los vientos de cola -petróleo y BCE- sino porque ha hecho los deberes

«El principal riesgo para la economía es que se dé marcha atrás en las reformas» josé ramón ladra

M. nuñez

Fernández de Mesa (licenciado en Ciencias Económicas y técnico comercial del Estado) tiene amplia experiencia en el sector bancario (Banco Mundial, Banco de España y Barclays, entre otros puestos), fue secretario general del Tesoro en la primera parte de la legislatura y, en septiembre de 2014, se convirtió en el número dos del Ministerio de Economía con un objetivo, apuntalar la recuperación.

-Hay analistas que creen que el Gobierno no ha sido lo suficientemente ambicioso en las reformas y que debería haber aprovechado la mayoría absoluta para ir un poco más allá, tal y como nos ha recordado esta misma semana la Comisión Europea...

-En España se han hecho muchas reformas y las fundamentales en el año 2012, como la reforma del mercado de trabajo, que nos ha permitido que con mucho menos crecimiento económico hayamos creado empleo, nada menos que medio millón al año y además empleos de calidad ya que hay muchos más indefinidos que temporales. La reforma laboral española ha sido alabada por los organismos internacionales y desde el Gobierno lo que se está haciendo ahora es introducir mejoras en la formación de los parados y en políticas activas de empleo porque seguimos teniendo una tasa de paro muy elevada. En la consolidación fiscal hemos reducido el déficit de forma drástica en plena recesión y en el saneamiento financiero hemos llegado tan lejos como había que llegar para garantizar la aportación del sector a la recuperación económica. Ahora estamos culminando reformas de segunda ronda, como la ley de segunda oportunidad, de resolución de entidades financieras o de auditoría. Los inversores y los organismos internacionales nos admiran por nuestra capacidad de superación.

-Pero la temporalidad sigue siendo uno de los principales problemas del mercado laboral español.

-Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) el 62% de los nuevos empleos son indefinidos, lo que es un porcentaje muy alto, y además el 82% es a tiempo completo y, más interesante si cabe, es que el 93% de los nuevos trabajos se crean en el sector privados. Y dentro de los colectivos vulnerables también ha habido avances ya que el empleo entre los mayores de 55 años ha crecido un 8,4% en el último año, un 4,7% entre los menores de 25 años y el paro entre los desempleados de larga duración se ha reducido un 8,9%. Se crea más empleo con menos crecimiento económico de manera generalizada en todos los sectores y también entre los grupos vulnerables, o lo que es lo mismo, la recuperación económica cada vez se extiende a más población.

Una política económica que funciona

-Luis de Guindos ha dicho que, según los indicadores adelantados, la economía española podría estar creciendo ya por encima del 3%. ¿Es así?

-Las ventas al por mayor de las empresas, la producción industrial y las afiliaciones a la Seguridad Social indican que el nivel de confianza tanto de familias como de empresas es muy alto y confirma el buen momento en que se encuentra la economía española que, además, necesita crecer para crear empleo y reducir la tasa de paro. Desde 2012 hemos realizado siempre previsiones conservadoras y siempre hemos cumplido, y ahora no va a ser una excepción. La realidad es que España crece por encima del 3% en tasa anualizada, mucho más que el resto de las grandes economía europeas, y no sólo es por lo que se ha venido en llamar el viento de cola (bajo precio del petróleo y depreciación el euro), que favorece a todos los países, sino que en nuestro caso en España se han hecho las reformas y se ha llevado a cabo una política económica que funciona y esto está haciendo que crezcamos mucho más. No hay que olvidar tampoco la reforma que hicimos del sector financiero, que fue fundamental para que los bancos españoles empezaran a prestar dinero antes incluso de que el Banco Central Europeo pusiera en marcha su política monetaria expansiva. La realidad es que los créditos a las pymes llevan creciendo 18 meses seguidos y a los hogares también, en este caso 15 meses continuados al alza. Todo esto es un reflejo de que las reformas estructurales funcionan y que los vientos de cola empujan cuando se han hecho los deberes, como es el caso de España. Además se ha reducido a 50 puntos básicos el diferencial de financiación de las pymes españolas respecto a la media de la Eurozona.

-¿Hasta qué punto si hubiera un cambio de Gobierno a finales de año se podría parar este tren de la recuperación?

-En España la situación del año 2012 era muy delicada, con un déficit público del 9% y unas perspectivas de crecimiento económico muy negativas, las previsiones hablaban de un -5 ó -6%, que al final afortunadamente fue mucho menos. Además las administraciones públicas no pagaban, las pymes estaban ahogadas de liquidez y a punto de quebrar porque tenían retrasos de más de dos años. Teníamos un sector bancario que no podía prestar porque los bancos no podían financiarse ya que los mercados no se fiaban de ellos porque no había transparencia en sus balances. Y en muy poco tiempo se le ha dado la vuelta a la situación. Poca gente creía en 2012 que en el año 2015 la economía que entonces tenía uno de los mayores desequilibrios de Europa iba a ponerse al frente del crecimiento económico en Europa y de la creación de empleo. Todo esto demuestra que lo que se ha hecho hasta ahora ha funcionado y que las medidas de política económica son las correctas. Y ahora el principal riesgo que tiene la economía es que se paren o se dé marcha atrás en las reformas, porque tendría una repercusión muy negativa en el crecimiento y el empleo.

-En cuanto a la deflación, ¿es un riesgo para España que tengamos precios negativos desde hace 10 meses?

-La bajada de los precios se debe a la caída de la cotización del petróleo y a la mejora de la competitividad en el mercado de bienes y servicios, es lo que se denomina un shock de oferta positivo. En España no hay deflación, como ocurría en Japón, donde las personas reducían su consumo y las empresas sus inversiones porque esperaban que al mes siguiente los precios fueran menores. En España caen los precios porque la economía es más competitiva, y supone un aumento de la renta disponible de las familias y un aumento de su consumo. En 2015, por primera vez, se está produciendo un aumento de la inversión tanto en bienes de equipo pero también en construcción, y eso es positivo para España porque es un sector muy intensivo en creación de empleo.

Grecia, ejemplo de desconfianza

-¿Qué va a pasar en Grecia? Alemania animó hace unos días al Gobierno de Atenas a hacer un referéndum para preguntar a los ciudadanos sobre si quieren hacer o no las reformas, que es lo mismo que si quieren seguir en el euro o no?

-Desde el año 2012 hemos sido capaces de encontrar soluciones para el problema de Grecia. Cuando dos partes tienen interés en llegar a un acuerdo, en este caso la Unión Europea y el Gobierno griego, siempre se alcanza. Hay que mirar las cosas en su contexto y Grecia, después de 16 trimestres consecutivos de crecimiento negativo, empezó a crecer en el año 2014 y lo siguió haciendo a lo largo de todo el ejercicio, fruto de un programa serio de rescate y bien estructurado. Esta trayectoria se ha truncado desde enero fruto de las dudas sobre el futuro del país, como se ha reflejado en las previsiones de la Comisión Europea de crecimiento para el país heleno, que han pasado del 2,9% al 0,5% en pocos meses. Grecia es un buen ejemplo de los problemas que tiene un país en el que no confían los inversores y que sufre la incertidumbre de los mercados.

-En Grecia se ha constatado que las promesas electorales de acabar con la austeridad, en este caso las de Syriza, han distado mucho de la realidad...

-Sin duda. Lo que hay que ver es lo que funciona y lo que no funciona. Y España es un magnífico ejemplo de cómo un país puede reducir su déficit público, desde el 9% de 2012 hasta el 4,2% a final de 2015, al mismo tiempo que crece al 3%, cuando la Eurozona lo hace al 1,5%.

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