La falta de negocio bancario en cinco viejas cajas reabre el baile de fusiones
Abanca, BMN, Ibercaja, Liberbank y Unicaja, llamadas a buscar alternativas para ser más rentables
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La solvencia ha dejado de ser un quebradero de cabeza para la banca española después de cinco años de reestructuración, recapitalización y saneamiento. El sector ha entrado ahora en una fase de normalización de la actividad financiera que empieza a traducirse en más negocio, más beneficios y mayor rentabilidad en la mayoría de los casos, pero no en todos. Las cuentas de cinco antiguas cajas de ahorros, ahora convertidas en bancos, siguen mostrando una atonía de los ingresos, y contando solo estos presentan un margen de explotación negativo. Se trata de Abanca, BMN, Ibercaja, Liberbank y Unicaja, cinco de las seis entidades de tamaño medio junto con Kutxabank llamadas a participar en un nuevo proceso de fusiones y absorciones para, precisamente, garantizar su rentabilidad futura.
En concreto, la rentabilidad anual de estas cinco entidades medida por su margen de explotación (todos los ingresos menos los gastos de explotación) sobre sus activos totales medios estaba al cierre de 2014 entre el 0,98% de Ibercaja y el 1,73% de BMN, según cálculos a partir de sus cuentas. Sin embargo, ese margen está compuesto en esos casos no solo por ingresos típicos bancarios, es decir, por lo que cobra en intereses por los créditos concedidos y las comisiones, básicamente. Esos resultados están nutridos, sobre todo, por las plusvalías procedentes de sus operaciones en el mercado con acciones, bonos y derivados y los dividendos e intereses que les generan sus carteras de valores, compuestas por títulos y bonos de compañías y deuda soberana. Esto es, ese resultado neto depende en gran parte de esa operativa financiera.
Si se resta esa aportación, ese margen y la rentabilidad así medida caen a terreno negativo. La de BMN, entidad en la que solo las operaciones financieras representan el 37,3% de los ingresos (margen bruto), al -0,06%. En Unicaja, con una dependencia del 28,97% a esa operativa, cae al -0,17%. Liberbank, que genera el 31,93% de sus ingresos por esa vía, registra un -0,27%, e Ibercaja un -0,80% al quitarle el 30,13% de sus ingresos, que proceden de esa gestión de esas carteras. Abanca, antigua Novagalicia, es la entidad con más dependencia de operaciones en el mercado (37,7%), registra un ratio de margen de explotación menos esos ingresos sobre los activos del -0,28%.
El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, ya avisó el pasado abril en el Congreso de los Diputados de que los crecientes beneficios del sector están apoyados en muchos casos en la operativa con instrumentos financieros. Los ingresos típicos de BMN, por ejemplo, cayeron el año pasado un 11,32%, y los de Abanca un 15,07%. Ibercaja, por su parte, logró mejorarlos (+18,62%) gracias sobre todo a las comisiones procedentes de la gestión de fondos de inversión.
Esos ingresos derivados de la operativa, como la especulación con deuda pública, los usó toda la industria financiera española en los años de crisis para subsistir. Ahora bien, y como recuerdan fuentes financieras consultadas por ABC, no puede convertirse en una fuente de ingresos recurrente, sino que la facturación tradicional (diferencia entre lo que se cobra por los créditos y lo que se paga por los depósitos más comisiones) debe ir tomando el relevo, como empieza a suceder en la mayoría de entidades.
Las mencionadas cifras de rentabilidad demuestran, según esas fuentes, una difícil adaptación de estas entidades al mercado más pequeño y más concentrado resultante de la crisis y, sobre todo, a un escenario de bajos tipos de interés que puede prolongarse durante años. La explicación está no solo en su limitación regional, sino en la composición de sus balances. Se trata de bancos que, en la mayoría de los casos, acumulan unas carteras de hipotecas poco rentables por tener tipos de interés bajos. Y, por otro lado, arrastran, fruto de políticas comerciales del pasado, depósitos con remuneraciones elevadas y por tanto caras para la entidad. De ahí que la capacidad de ampliar el margen de intereses sea más limitada, como demuestran los resultados del primer trimestre de este 2015 que las cinco entidades están presentando. No es de extrañar que, por ello, algunas de esas entidades estén destacando en la reducción de costes, como Ibercaja, que en los tres primeros meses de este año recortó 9,4% sus gastos.
Tampoco es casual que esas cinco entidades, más Kutxabank, sean las seis llamadas a protagonizar, antes o después, una nueva fase del proceso de consolidación del sector, como ya informó ABC y viene señalando todo el sector financiero español. Una concentración con muchas alternativas sobre la mesa, como fusiones entre ellas o su absorción por bancos mayores -Caixabank y el Popular están en las quinielas-; o ambas, primero una y luego la otra.
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