Europa se vacuna contra el «Grexit»
El programa de compras del BCE permitiría mitigar el contagio a la deuda soberana de un impago de Atenas o su salida el euro
hace tres años cualquier comentario sobre el hipotético abandono del euro por parte de Grecia era negado tajantemente por las autoridades comunitarias. Hoy no. El mensaje de los últimos meses es que la Eurozona está hoy mejor preparada que en 2012 para soportar su eventual salida o al menos un impago de su deuda.
«No es una parte importante de la economía de la Eurozona. Los mercados nos dicen que ya han descontado cualquier cosa que pudiera pasar. No vemos ningún contagio», espetó en abril el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Ayer mismo invitó a Atenas a celebrar un referéndum sobre el camino que quiere seguir .
Grecia, que supone el 2% de la economía europea y acumula una deuda pública igual al 177% de su PIB , afronta este año vencimientos por 26.500 millones de euros. Solo en junio por 6.500, y otros 6.000 en julio. El gran temor es que un próximo acuerdo con la Bruselas y el FMI suponga sólo un parche y en algún momento el país recurra al impago.
Las tensiones de los últimos meses no han afectado a países susceptibles de ser salpicados, como Portugal, Italia y España. Nuestro país viene financiándose a costes históricamente bajos y es la economía ahora más pujante del área. Además, la ruptura del euro ha dejado de aparecer como factor de riesgo en las previsioens macroeconómicas.
Ese cordón sanitario lo forman, según los analistas consultados, una reforma institucional de calado como la unión bancaria y su impacto en la estabilidad financiera, y el apoyo del programa de compra de bonos del BCE . «El BCE tendría un margen amplísimo de maniobra para mitigar los efectos de un impago, como ampliar el volumen de esas compras», apunta el estratega de Citi para España, José Luis Martínez Campuzano, quien ve más factible el acuerdo con Grecia o incluso un tercer rescate del país.
Ahora bien, el temor a que el Gobierno de Tsipras opte por un impago o sacar a Grecia de la Eurozona ha introducido volatilidad en los últimos días en el mercado de deuda, como recuerda el analista de XTB Javier Urones, para quien el escenario princial es también el acuerdo, aunque admite que «el Eurogrupo está haciendo esfuerzos para evitar un contagio de un eventual impago voluntario».
La pasada semana las rentabilidades de los bonos soberanos volvieron a ascender, con la consecuente alza de las primas de riesgo, incluida la española . «El impago supondría desestabilizar el mercado de renta fija y tirar por la borda parte del trabajo hecho», explica Urones, quien cree que en ese hipotético caso España vería repuntar el coste del bono a 10 años por encima del 2%, afectando también al PIB.
El gran perjudicado sería Grecia , que vería agravada la fuga de capitales que ya sufre y dejaría de contar con la asistencia de Europa y solo mantendría la del FMI, de forma que no podría afrontar sus compromisos y se declararía en bancarrota. La vuelta a un dracma débil haría perder poder adquisitivo a ciudadanos y empresas griegas, que tendrían que seguir pagando sus deudas en euros, y se dispararía la inflación, afectando a la actividad y el paro. El gran impacto para la Eurozona sería político por este revés para su proyecto de unión.
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